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julio 10, 2025

René Torres: El hombre de la curiosidad infinita

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René Torres, creador de CONTPAQi. Fotos por Héctor Boix
René Torres, creador de CONTPAQi. Fotos por Héctor Boix

René Torres tiene la mirada de quien ha visto el futuro y ha decidido construirlo. No es un visionario al estilo de los gurús de Silicon Valley, con sus promesas de mundos virtuales y realidades aumentadas. No. René es un hombre de Guadalajara, de raíces profundamente jaliscienses, que entendió antes que nadie que la contabilidad, esa disciplina aparentemente árida, podía ser revolucionada por la tecnología. Y lo hizo. Con su empresa, Contpaqi, transformó la manera en que millones de mexicanos llevan sus finanzas, sus negocios, sus vidas.

Pero todo tiene un inicio. René no fue un niño prodigio de la tecnología. No desarmaba computadoras en su cuarto ni programaba videojuegos a los diez años. No. Él era un niño de barrio, de esos que crecen en el oriente de Guadalajara, cerca del Parque Morelos, jugando fútbol en las calles de una ciudad ya ida. “A mí me encantaba el fútbol”, recuerda con una sonrisa. “Era mi pasión”. Pero había algo más en ese niño: una curiosidad insaciable por entender cómo funcionaban las cosas. Los radios, por ejemplo. Los desarmaba, los estudiaba, intentaba arreglarlos. No siempre lo lograba, pero esa curiosidad lo llevó a tomar un curso de electrónica en la secundaria. Y ahí, en ese momento, algo hizo clic.

“Desde pequeño yo dije: ‘Quiero ser ingeniero electrónico'”, cuenta René. No fue una decisión caprichosa. Detrás de esa afirmación había horas de desvelo armando radios de bulbos, construyendo sumadoras de 4 bits con puertas de electrónica digital. Y también había un amor profundo por las matemáticas, alimentado por un maestro en la secundaria que supo transmitirle la belleza de los números. “Ese maestro me enamoró de las matemáticas”, dice René. “Era paciente, tenía una didáctica padrísima”. Con él, la trigonometría dejó de ser un dolor de cabeza para convertirse en un desafío fascinante.

Pero René no era el típico niño aplicado que solo vivía para los libros. También era un poco vago, un poco travieso. “En la secundaria, tenía un compañero que siempre me molestaba”, recuerda con una risa pícara. “Un día decidí vengarme. Le metí papeles debajo de su asiento de lámina y les prendí fuego. Cuando se sentó, saltó”. Esa mezcla de curiosidad, inteligencia y picardía lo definiría toda su vida.

Sus padres lo apoyaron en sus inquietudes. “Ellos me incentivaban”, dice René. “Cuando les dije que quería estudiar electrónica, no dudaron en pagarme los cursos”. Esa fue una de las grandes lecciones que aprendió de ellos: la importancia de apoyar los sueños, por descabellados que parezcan. Y aunque en ese momento nadie en su familia era ingeniero, René supo desde muy joven que ese sería su camino.

En la universidad, mientras estudiaba ingeniería electrónica, René tuvo su primer encuentro cercano con la contabilidad. No fue amor a primera vista. “Llevé un curso de contabilidad y dije: ‘Esto no es lo mío'”, confiesa. Pero esa experiencia, aunque no lo sabía en ese momento, sería crucial para su futuro. Porque René no solo era un ingeniero brillante; también era un observador agudo. Y lo que observó en esos años fue que los contadores sufrían. Sufrían con los cierres mensuales, con los balances, con la falta de información en tiempo real. Sufrían, en resumen, porque la tecnología no estaba de su lado.

Esa observación lo llevó a crear Contpaqi. Pero no fue un camino fácil. Todo comenzó en 1984, en una noche de fiesta después de un partido de fútbol. René y su socio, José Luis de Alba, estaban celebrando la victoria de las Chivas sobre el América. Entre cervezas y risas, empezaron a hablar de una idea que José Luis había plasmado en una tesis: una empresa que desarrollara software empaquetado. Esa idea los entusiasmó tanto que decidieron hacerla realidad. Así nació Contpaqi, con un propósito claro: facilitarles la vida a los contadores.

“Lo primero que hicimos fue diseñar un sistema en línea”, explica René. “Queríamos que, al momento de capturar una póliza, se actualizaran automáticamente los saldos de las cuentas. Que no hubiera que esperar semanas para tener un estado financiero”. Eso, que hoy parece obvio, fue revolucionario en su momento. Y fue posible gracias a un algoritmo que René desarrolló en una madrugada de inspiración. “Ese algoritmo nos permitía encontrar una cuenta entre un millón en máximo tres accesos”, dice con orgullo. “Fue nuestro ‘eureka'”.

Los primeros años de Contpaqi fueron de pura adrenalina. René y su equipo trabajaban día y noche, quemando capital, enfrentando obstáculos. “Los primeros cinco años fueron muy difíciles”, admite. “Pero sabíamos que estábamos resolviendo una necesidad real”. Y tenían razón. Poco a poco, Contpaqi se fue consolidando como la solución preferida de los contadores mexicanos. Hoy, la empresa tiene más de un millón y medio de clientes y genera empleos para casi 500 personas.

Pero René no se detuvo ahí. A lo largo de los años, ha seguido innovando, adaptándose a los cambios tecnológicos. “La inteligencia artificial está transformando la manera en que desarrollamos software”, dice. “Ahora, el 95% del código lo genera la máquina. Nosotros solo hacemos los ajustes necesarios”. Para René, eso no es una amenaza, sino una oportunidad. “La IA va a hacer por los desarrolladores lo que Contpaqi hizo por los contadores: liberarlos de la talacha para que puedan enfocarse en lo importante”.

René Torres, craedor de Contpaqi. Fotos por Héctor Boix

IDENTIFICA UN PROBLEMA

Hoy, con más de 40 años de trayectoria, René sigue siendo ese niño curioso que desarmaba radios en su cuarto. Solo que ahora, en lugar de radios, desarma algoritmos y sistemas complejos. Y en lugar de hacerlo solo, lo hace acompañado de un equipo talentoso y comprometido. “Para mí, lo más importante es el propósito”, dice. “No se trata de ganar dinero, sino de resolver problemas reales”.

Esa filosofía, esa pasión por mejorar la vida de los demás, es lo que lo ha hecho no solo un empresario exitoso, sino un verdadero agente de cambio. Y aunque ya no juega fútbol en las calles de Guadalajara, sigue corriendo tras la pelota, solo que ahora la pelota es el futuro, y el campo de juego es el mundo entero.

Pero, ¿qué consejo le daría a esos jóvenes que deciden dar un salto al vacío y fundar una empresa? “Lo primero es tener un propósito claro”, responde sin dudar. “Contpaqi no nació para ganar dinero. Nació para ayudar a los contadores a tener información en tiempo real y para que los empresarios pudieran tomar mejores decisiones. Ese fue nuestro propósito, y eso nos guio siempre”.

Insiste en la importancia de identificar una necesidad real. “No se trata de inventar algo nuevo por inventar”, dice. “Se trata de observar, de preguntarse: ¿por qué esto es así? ¿Cómo puedo mejorarlo? Si encuentras una necesidad mal resuelta o parcialmente resuelta, y tienes una idea para resolverla mejor, ahí está tu oportunidad”.

Otro consejo clave es no emprender solo. “Los negocios exitosos son aquellos que tienen un equipo complementario”, explica René. “En mi caso, yo era el hacker, el que entendía la tecnología. José Luis de Alba era el hustler, el que entendía las necesidades del mercado y sabía vender. Y Berta Limón, nuestra otra socia, también jugó un papel crucial. Los tres nos complementábamos. Por eso, si vas a emprender, busca a alguien que comparta tu visión pero que tenga habilidades diferentes a las tuyas”.

También habla de la importancia de la resiliencia. “Los primeros cinco años son una prueba de fuego”, advierte. “Vas a enfrentar obstáculos, vas a quemar capital, vas a dudar. Pero si crees en tu propósito y estás resolviendo una necesidad real, sigue adelante. El fracaso no existe si no dejas de intentarlo”.

Finalmente, subraya la importancia de la ética y la transparencia. “En Contpaqi siempre hemos sido muy claros con nuestros colaboradores. Les mostramos los estados financieros, les explicamos cómo va el negocio. Eso genera confianza y lealtad. Y también nos ha ayudado a mantener una cultura empresarial sólida”.

Ese es el legado de René Torres: no solo una empresa exitosa, sino una filosofía de vida. Una filosofía basada en la curiosidad, el propósito, el trabajo en equipo y la ética. Y aunque ya no desarma radios, sigue desarmando problemas, buscando soluciones, construyendo el futuro. Porque, al final, eso es lo que hace un verdadero emprendedor: no solo ver el futuro, sino crearlo.

René Torres, creador de Contpaqi. Fotos por Héctor Boix
René Torres, creador de Contpaqi. Fotos por Héctor Boix

EL MODELO DEL HAPPYTALISMO

René Torres no es un hombre de teorías económicas complejas ni de discursos políticos grandilocuentes. Sin embargo, su experiencia de más de 40 años al frente de una de las empresas más importantes de México lo ha llevado a reflexionar sobre un modelo que él llama “happytalismo”. Este concepto, que podría sonar utópico, surge de su crítica tanto al capitalismo como al socialismo, y se basa en una idea sencilla pero poderosa: la felicidad como motor de la economía.

“El capitalismo nos hace libres, pero no nos hace iguales ni fraternos”, dice René. “El principio básico del capitalismo, según Adam Smith, es que cada quien cuide su propio interés. Eso nos vuelve egoístas, pensando solo en nosotros mismos”. Por otro lado, el socialismo propone que el Estado cuide el interés de todos, pero, como bien señala René, “el Estado está formado por personas que terminan cuidando su propio interés”.

Frente a estas dos visiones, René propone el “happytalismo”, un modelo que pone a la empresa en el centro, no como una máquina de generar utilidades, sino como un espacio donde convergen clientes, colaboradores, proveedores y hasta el SAT. “En la empresa, todos deben ser felices”, explica. “El happytalismo se trata de hacer felices a los demás a través del trabajo, y de que ese trabajo sea una expresión de tus dones y talentos”.

Para René, el trabajo no debe ser una carga ni una simple fuente de ingresos. “No trabajes por dinero”, aconseja. “Trabaja por algo que te llame la atención, que esté alineado con tu propósito y con tus dones. De esa manera, lo demás viene por añadidura”. Esta filosofía, que podría parecer idealista, ha sido la base del éxito de Contpaqi, una empresa que nació con el propósito de facilitarle la vida a los contadores y que hoy tiene más de un millón y medio de clientes.

René Torres, creador de Contpaqi. Fotos por Héctor Boix
René Torres, creador de Contpaqi. Fotos por Héctor Boix

 

LA LÍNEA DE TIEMPO DE UN SUEÑO HECHO REALIDAD

  • 1984: La formalización de Contpaqi ante notario público marca el inicio de un proyecto audaz.
  • 1984: Alberto Silva, un contador de Colima, se convierte en el primer cliente, validando la idea de una contabilidad en tiempo real.
  • Década de 1980: Durante estos años, la empresa enfrenta enormes desafíos tecnológicos y financieros, desarrollando y perfeccionando el primer software contable.
  • 1994: La crisis económica impulsa un ajuste en la estrategia, marcando un punto de inflexión que fortalecerá la base operativa de la empresa.
  • 2005: La transición a plataformas Windows inaugura una nueva era en la tecnología de Contpaqi, mejorando la eficiencia y la capacidad operativa.
  • 2024-2025: Con más de 400 colaboradores y una base de clientes que supera el millón y medio, Contpaqi se consolida como líder en soluciones contables en México, timbrando facturas para más de 5 millones de empleados y revolucionando la gestión financiera en tiempo real.

 

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