Fotos: Alejandro Almaraz
Locación: Borgwarner
En una cena íntima en La Terraza Romana, Lourdes Cobos, actual presidenta del Clúster Automotriz de Coahuila y general manager de BorgWarner, compartió entre risas, anécdotas de viajes y reflexión profunda, los múltiples matices de su nueva etapa al frente de uno de los clústeres más relevantes del país. Con entusiasmo, narró cómo su agenda se ha transformado en una travesía global: China, California, Brasil, Chicago, Michigan, y Carolina del Norte.
Pero más allá del glamour de los viajes y la agenda apretada, Lourdes transmite una visión clara ante los nuevos retos geopolíticos y amenazas de aranceles: fortalecer la industria automotriz desde la raíz, promoviendo la integración regional y sumando nuevos miembros al clúster.
Una mujer al volante
Desde noviembre del año pasado, cuando fue nombrada presidenta, su objetivo ha sido claro: sumar, conectar y consolidar a Coahuila como una potencia automotriz a nivel global. “Soy muy consciente de la responsabilidad. Es el estado que más autopartes produce en todo México. Hay que estar a la altura”, afirma.
“La cantidad de proveeduría en la región es impresionante para que seamos solo 50 miembros. La meta es crecer, integrar y alinear esfuerzos”, comenta, subrayando que el Clúster representa a empresas que generan más de 110,000 empleos en el Estado.
Su liderazgo, firme pero cercano, ha sido clave para posicionar a Saltillo como un referente a nivel nacional, pese a las complejidades globales y la amenaza de aranceles en el contexto político actual.
“Coahuila debería tener el clúster automotriz más importante del país. Tal vez no en número de socios, pero sí en el peso de su operación y en el impacto económico que representa”, afirma Cobos con convicción.
Para lograrlo, una de sus prioridades ha sido fortalecer la vinculación entre empresas y abrir las puertas a nuevos actores, incluso si aún no son socios formales. “Estamos invitando a empresas externas a participar en nuestros comités y juntas, para que vivan de cerca los beneficios de formar parte del clúster”, explica.
Una de las iniciativas más importantes para este año es la organización de la AIEC en agosto, un evento clave para la industria que se celebrará en el auditorio de la UAdC. Este encuentro reunirá a líderes y expertos nacionales e internacionales en torno a temas como la innovación, el liderazgo y las nuevas tecnologías aplicadas a la manufactura.
“No es solo un foro automotriz. Es un espacio para abrir la mente, hacer networking real y entender hacia dónde va la industria”, señala.
Lourdes también subraya que, ante la llegada de nuevos competidores y cambios en el mercado, Coahuila debe transformarse. “Nuestro reto es adaptarnos al nuevo entorno con digitalización, productividad y mejora continua. No podemos esperar a que el cambio nos alcance”, afirma. Esta visión es parte de una estrategia de mediano plazo que busca robustecer el ecosistema automotriz de la región y prepararlo para un escenario global cada vez más exigente.
La ciudad se transforma, la industria también
En la conversación, también se abordó el tema del crecimiento urbano. Lourdes reconoce el reto de movilidad que enfrenta Saltillo ante la llegada constante de más personas, talento y empresas. “Hace cinco años no teníamos estos niveles de tráfico. Ahora trabajamos con el gobierno para proponer soluciones reales”, asegura.
Lourdes no duda en afirmar que Saltillo vive un momento privilegiado. “Somos productores desde hace años. Mientras otros apenas van a comenzar, aquí ya se fabrican”, señala con orgullo y pone como ejemplo a General Motors, asentada en la región, que considera ha jugado un papel clave en esta transformación.
Pero para Cobos, el verdadero valor está en el ecosistema completo: universidades, gobierno, empresas y clústeres trabajando en conjunto para impulsar la electro movilidad, la inteligencia artificial y la innovación tecnológica.
“El sureste de Coahuila tiene un nivel técnico altísimo y una vinculación académica que no ves en otras regiones del país. Aquí los planes de estudio se adaptan a las necesidades reales de la industria”, comenta. Esta sinergia convierte a Saltillo en un punto clave para atraer inversión, formar talento y enfrentar los retos globales con soluciones locales.
Líder del camino
Ser mujer en una industria históricamente liderada por hombres representa un reto, pero también una gran oportunidad. Lourdes lo asume con convicción y perspectiva: “Puedo abrir caminos para las generaciones que vienen detrás, y pienso mucho en mis hijas. Quiero que crezcan sabiendo que pueden llegar a donde quieran”.
Lourdes comentó que en la región, las mujeres ya tienen una presencia significativa en áreas operativas, con una proporción de 70% mujeres y 30% hombres. Sin embargo, en niveles administrativos y de liderazgo, aún queda camino por recorrer. Ella no solo lidera, también inspira. “Es muy reconfortante ayudar a las personas a creer en sí mismas. A veces un detalle puede cambiarles la vida”, reflexiona.
“No se trata de suerte, sino de preparación. Y prepararse va más allá de lo técnico. Necesitamos líderes empáticos y humildes, que sepan ponerse en los zapatos del otro”
Fuerte compromiso
Desde su llegada a BorgWarner Ramos Arizpe hace casi un año, Lourdes Cobos no ha dejado de asumir retos de gran escala. “Tenemos cerca de 2,000 colaboradores en BorgWarner y una población predominantemente joven”, señala.
“El reto es claro: trabajar con tres generaciones al mismo tiempo, ser mentores, escuchar y desarrollar talento en un entorno altamente competitivo, sin perder lo que nos distingue como Great Place to Work”. Para Lourdes, esta insignia es más que un sello: es el reflejo de un esfuerzo sostenido por promover el bienestar físico, mental y emocional dentro de la organización.
El liderazgo de Cobos se caracteriza por combinar la experiencia con la innovación. Menciona que en una época en que los jóvenes desean crecer profesionalmente a un ritmo acelerado, ella procura guiarlos con equilibrio: “Si los impulsas demasiado pronto, puedes exponerlos al fracaso. Hay que aterrizarlos sin cortarles las alas”.
Lourdes Cobos está haciendo historia, no solo por ocupar un puesto de poder en una industria clave, sino por cómo lo ejerce: con conciencia, generosidad y visión de largo plazo. Su liderazgo está marcando una pauta no solo para la industria automotriz, sino para todos aquellos que creen en la transformación a través del ejemplo.
Entre la incertidumbre y la oportunidad
El escenario internacional, marcado por las tensiones comerciales con China y los posibles aranceles impuestos por Estados Unidos, plantea desafíos, pero también grandes áreas de oportunidad para México. “Tenemos que convertir la incertidumbre en certidumbre”, afirma Cobos.
“Somos el socio comercial más importante de Estados Unidos. Esta es nuestra oportunidad para atraer inversiones vía nearshoring y sustituir importaciones que venían de Asia o Europa”.
Desde su trinchera, Lourdes ya observa cómo muchas empresas están relocalizando operaciones, desarrollando producción local para componentes estratégicos. Asegura que esta tendencia no solo fortalece la economía nacional, sino que también exige una nueva etapa de preparación técnica, legal y aduanera. “Hay que certificar pieza por pieza. Va a ser un trabajal, pero estamos listos”.
El futuro no es solo eléctrico: es híbrido y humano
A pesar del impulso de los autos eléctricos, Lourdes es clara al señalar que la infraestructura en México y América Latina aún no está lista para un cambio total. “La electromovilidad es ideal en ciudades como Monterrey o CDMX, pero aún falta mucho en el resto del país. Los híbridos, en cambio, son una solución realista y funcional. Yo ya no me regreso a un carro que no sea híbrido”.
Lourdes Cobos lidera con la mente en lo global y los pies en lo local. Representa una generación de mujeres que está transformando la industria con visión estratégica, sensibilidad humana y una clara determinación por dejar huella.
El motor de Lulú
Más allá de su rol empresarial, Cobos proyecta equilibrio y claridad personal. Después de casi 21 años viviendo en Saltillo, describe la ciudad como un lugar de seguridad, familia y oportunidades. “Aquí he encontrado armonía. A pesar del crecimiento, Saltillo conserva valores que lo hacen único”, comparte.
En su tiempo libre, practica entrenamiento funcional, una rutina que ha seguido durante seis años y que considera fundamental para liberar el estrés y mantenerse enfocada.
Al hablar de influencias en su trayectoria, nombra con cariño y respeto a sus padres. “Aunque no fueron profesionistas, nos heredaron algo valioso: la educación. Mi papá siempre nos dijo que sería lo único que nadie nos podría quitar”. Esa mentalidad marcó su carrera: sin pausas, sin dejar de crecer, sin perder de vista el compromiso familiar y personal.
Entre los libros que han definido su pensamiento está Good to Great, de Jim Collins, el cual considera su “biblia profesional”. Lo ha leído varias veces, lo subraya, lo regala a su equipo y siempre encuentra en sus páginas nuevas ideas para implementar en cada etapa profesional.
Aunque se visualiza en un futuro más tranquilo, viajando con su familia, Lourdes no planea retirarse de forma pasiva.
Hoy, su visión optimista no es ingenua: es estratégica. Cree profundamente en el valor de ver el panorama con esperanza, de crear oportunidades donde otros sólo ven obstáculos. Y esa filosofía, sin duda, está dejando huella en la industria automotriz del norte del país.
“El empoderamiento viene del conocimiento. Si no conoces, no puedes liderar ni inspirar”