En el mundo del maquillaje, donde la creatividad y la técnica se fusionan para transformar rostros en lienzos, Paulina Valdés Lomelín se ha consolidado como una profesional destacada.
Con 34 años y una década de experiencia en la industria, su trayectoria es un testimonio de dedicación, aprendizaje constante y pasión por el arte del maquillaje.
Desde la adolescencia, Paulina encontró en el maquillaje una forma de expresión y embellecimiento.
“Siempre me llamó la atención todo lo relacionado con belleza. Veía revistas y experimentaba con mis amigas y conmigo misma”, recuerda.
Su interés la llevó a dar un paso más allá y, a los 24 años, viajó a Barcelona para estudiar maquillaje profesional y caracterización durante un año.
Esta experiencia la dotó de técnicas innovadoras y le permitió ampliar su visión sobre el maquillaje como un arte versátil y sin límites.
Versatilidad y personalización: El sello distintivo de Paulina Valdés
A diferencia de otros artistas que definen un estilo específico, Paulina prefiere adaptarse a las necesidades y preferencias de cada cliente.
“Me gusta maquillar de todo tipo: novias, quinceañeras, social, editorial, efectos especiales. Lo más importante para mí es que la persona se vea y se sienta bien”, afirma.
Su capacidad para capturar la esencia de cada individuo y reflejar su personalidad a través del maquillaje la ha convertido en una experta en realzar la belleza natural sin perder la autenticidad.
El maquillaje es un campo en constante transformación, y Paulina lo sabe mejor que nadie. “Cada año hay que actualizarse; siempre sale algo nuevo”, comenta.
Su técnica ha evolucionado gracias a la práctica diaria y la capacitación continua. Inspirada por grandes referentes como Linda Hallberg, Luis Torres y Josué Luquin, busca perfeccionar su arte y mantenerse al día con las tendencias más innovadoras.
La clave del éxito
Para Paulina, la creatividad es un elemento esencial en su trabajo. “Es importante ser creativa y conocer la teoría del color para proporcionar el mejor servicio”, explica.
Su enfoque la ha llevado a desarrollar maquillajes que van desde lo más natural hasta lo más audaz y artístico. Cuando una clienta acude a ella sin referencias previas, su primer paso es entender sus gustos y necesidades.
“Pregunto qué evento tiene y qué estilo le gusta. Lo más importante es saber qué busca la clienta”, menciona.
Para Paulina, el maquillaje es mucho más que una simple aplicación de productos: es una forma de arte.
“Puedes crear lo que sea. Es impresionante la cantidad de productos y marcas que existen y que permiten transformar cada rostro en un lienzo único”, expresa con entusiasmo.
Su pasión por el maquillaje editorial le ha permitido explorar estilos innovadores, jugando con colores, formas y delineados gráficos que desafían lo convencional.
El camino de Paulina Valdés Lomelín es un recordatorio de que la pasión, combinada con el esfuerzo y la actualización constante, puede llevar al éxito en cualquier disciplina.
“Mi inspiración soy yo misma, siempre buscando crecer y ser cada día mejor en lo que hago”, concluye.
Con su talento y compromiso, sigue dejando huella en la industria del maquillaje y motivando a otros a seguir sus sueños con la misma determinación.