En su búsqueda por llevar una vida más sustentable, Georgina Sánchez y Miguel Ubaldo no solo modificaron hábitos personales y de consumo. Esto abrió puertas para emprender Tortolita Inventiva, acuarelas artesanales creadas en Guadalajara.
Celebrando su quinto aniversario, Georgina y Miguel nos narran la historia de Tortolita Inventiva. Desde sus orígenes, inspiración, desafíos y cómo incluso han llamado la atención de plataformas de proyección empresarial como Shark Tank, y Domestika, donde hoy son uno de los proyectos tapatíos con un curso línea.
A la fecha, su curso de acuarelas líquidas y tintas botánicas en Domestika suma más de 2 mil alumnos en línea en México y a nivel internacional.
“Nuestros amigos y familia nos decían que nuestros sets de acuarelas estaban bonitos, que deberíamos venderlos y sí lo hicimos. Lo publicamos en Facebook y a la gente se les hizo curioso, empezaron a comprar”.
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Tortolitos creativos
Georgina Sánchez Vega y Miguel de los Santos Ubaldo comparten muchas cosas en común previo a fundar Tortolita Inventiva. Partiendo de que son pareja, ambos también se desempeñan laboralmente como diseñadores gráficos.
En gran medida, esto también se relaciona, y ha sido clave, en el empuje de este negocio que encontró su nicho en la comunidad artística que busca ser más amigable con el medio ambiente.
Ambos son inventores de cada uno de los “artilugios” que dan identidad a Tortolita. Explicando cómo se dan a la tarea de explorar diversos paisajes para encontrar tierras y flores que les permitan generar sus acuarelas, Miguel y Georgina ponen cómo antecedente el impacto que, en el caso de los materiales artísticos, les generó al saber los niveles de contaminación que estos productos, generalmente importados, traen consigo.
“En nuestros hábitos también empezamos a ver el material de arte. Al final de cuentas todo contamina, y en esto viene mucho empaque que es muy innecesario”, apunta Georgina al reflexionar sobre cómo en el proceso habitual de utilizar acuarelas o pinturas comerciales, los pigmentos, bases, solventes y químicos generalmente desembocan en los drenajes y los ríos si no hay un tratamiento adecuado y seguro.
Si bien ambos destacan comprender que cada artista accede al material que está a su alcance en términos de técnicas y presupuestos, puntualizan que desde su caso buscaron alternativas a tal grado de establecer su propio taller dentro de su casa para crear así pigmentos naturales.
“Cuando empiezas a hacer este tipo de trabajo, sí experimentas mucho, es parte de. Ha sido una labor de mucha capacitación. Habrá colores que no te salgan, pero sobre la marcha vas descubriendo, conociendo”.
“Todo lo que está hecho a mano, es lo mío”
Desde 2017 Tortolita dio sus primeros pasos. Un año después esta propuesta ya comenzaba a llamar la atención incluso dando talleres de educación ambiental. También resaltaron no solo por su concepto sustentable, sino por toda la estética y verdadero trabajo artesanal que Georgina y Miguel realizan hasta en la creación de sus estuches hechos a mano cada uno.
“Todo esto es un gusto adquirido, porque realmente no sabía que era capaz de lograr tantas cosas con artesanías hasta que lo empecé a hacer con Georgina”, refiere Miguel Ubaldo, quien –originario de Tamaulipas- rescata los desechos de las madererías para elaborar cada estuche para sus diferentes colecciones. Esto a raíz de que los carpinteros de oficio no accedieron a materializar los diseños propuestos por estos emprendedores.
“Donde no existe algo, si no encontramos algo, hay que hacerlo nosotros y así empecé a comprar herramienta. No es que sea carpintero, lo que hago son cosas muy caseras y esto nos ha funcionado”.
Georgina recuerda que el hecho de rescatar restos de madera que irán directo a la basura, fortalece la filosofía de Tortolita para llevar su mensaje ambiental desde el quehacer artístico.
“El tipo de arte que hacemos es un nicho diferente. La filosofía de Tortolita no empieza a partir de las acuarelas, nosotros vamos más atrás. Sin experimentos no hay inventos”
Georgina Sánchez & Miguel Ubaldo, fundadores de Tortotila Inventiva
Del Taller de Guadalajara al taller de Domestika
Tortolita Inventiva apuesta por la técnica de pigmentos laca. En cinco años han lanzado diversas colecciones con acuarelas básicas para quienes inician con el set “Aleteo”. También tonalidades y conceptos más sofisticados en metálicos con la paleta “Cosmos” y hasta con flores de cempasúchil. Con tierras que van desde Tesistán o Mazamitla, hasta de Oaxaca.
En el proceso se han asesorado con químicos y geólogos para generar sus acuarelas artesanales pasteles, de tierra, botánicas, de carbón con arcilla y óxido de zinc, minerales e iridiscentes, por ejemplo.
Tras definir el primer estuche, Tortolita emprendió su primer lote de venta con un precio promedio de 600 pesos que a la fecha se mantiene en este rango dependiendo de la complejidad de cada acuarela y estuche. Sin embargo, en el arranque de este negocio local, las críticas no faltaron.
“Al principio, cuando publicamos en un grupo de Facebook de estudiantes, fueron puras malas críticas, que estaba carísimo. Nos echaron carrilla, que fuéramos a Shark Tank a ver si nos agarraban. Después sí nos llamaron, pero pensamos que era broma o fraude”, recuerda con humor Georgina.
No obstante, Georgina y Miguel pensaron que su proyecto tenía potencial para llegar a otra plataforma: “Imagínate que hiciéramos un curso en Domestika. A los años lo logramos”.
Aunque inicialmente Tortolita se autopropuso a Domestika y no obtuvieron respuesta, pasaría tiempo para que finalmente fueran invitados directamente por la plataforma para grabar su curso en 2022 en Ciudad de México.
“Uno llega a Domestika cuando sus scouters, sus buscadores de talento, ven que estás haciendo un trabajo significativo y te contactan. Ese fue nuestro caso y no nos la creímos que lo estuviéramos viviendo”, detalla Miguel agradeciendo el enfoque y apoyo del equipo de Domestika: Nadia Islas, Mónica Romero, Alan Maldonado, Milburga Rodríguez, Efrén Martínez y Nicole Woodman, por ejemplo.
Tortolita Inventiva: acuarelas entre el negocio y la ética ambiental
Georgina y Miguel destacan que más allá de estar satisfechos con los logros de Tortolita, también ha sido un desafío lograr que este proyecto sea redituable apelando al mensaje, ética y coherencia ambiental que buscan personalmente.
“Tenemos que hacerlo redituable para nosotros, porque sí nos gusta, es nuestra pasión, pero también queremos ayudarnos para poder seguirlo haciendo cada vez más”, determina Miguel sobre el reto de establecer un balance en sus finanzas y administración.
Esto también se refleja en el controlado lote de acuarelas que Tortolita lanza en cada juego de acuarelas con ediciones limitadas.
“Es encontrar in balance. Cuando sacamos a la venta estuches o acuarelas, son lotes de 20 o 30, incluso hasta de 10. Depende mucho de los pigmentos y material que tengamos, porque todo es hecho a mano en nuestro taller”.
Lo que sigue
¿Cómo se ve Tortolita en el futuro? Miguel y Georgina resaltan que con sus acuarelas y estuches en marcha, aspiran emprender talleres nacionales e internacionales sobre esta vocación y su mensaje ambiental.