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mayo 21, 2024

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Vino de México para enamorarnos

A través de Toma Vino Mexicano, Daniel Sada busca contar las historias detrás de esta bebida y que las personas no tengan miedo a incursionar en el mundo del vino.

Por

Daniel Sada Marroquín recuerda que de pequeño cuando le preguntaban cómo se veía en un futuro, su respuesta siempre era: trabajando en la industria gastronómica.

El regiomontano creció rodeado de una familia apasionada por los vinos, su abuelo paterno tenía una pequeña cava afuera de su casa y eso recuerda Daniel que fue el primer contacto que tuvo con el mundo de los vinos.

El ahora empresario y emprendedor estudió Administración de Empresas en el Tecnológico de Monterrey, misma que terminó hace cerca de dos décadas.

Al finalizar su carrera profesional, trabajó cerca de dos años en el área administrativa de RENACE, asociación que brinda defensa legal a personas de escasos recursos, que han cometido un delito y buscan reinsertarse en la sociedad.

Tiempo después, estuvo trabajando en un proyecto donde, de la mano de sus socios, creó una tarjeta que podía detectar si una bebida estaba adulterada, solo se necesitaba colocar una gota para saberlo y aunque la idea fue buena y la introdujeron en tiendas de conveniencia de la ciudad, no fue un éxito.

En noviembre del 2003, lo invitaron a formar parte de una empresa estadounidense que producía tapones y corchos para la industria vinícola y así fue como Daniel empezó a distribuir esos productos en nuestro país y se convirtió en proveedor de dicha industria.

A principios del 2010 con ganas de continuar aprendiendo, regresó a las aulas para estudiar la Maestría de Innovación en el Centro de Estudios Superiores de Diseño de Monterrey (CEDIM).

Como parte de la maestría desarrolló un proyecto, al llevar años trabajando en esa industria la conocía muy bien. En la búsqueda de agregar valor a la misma, descubrió que había una división en el gremio y el punto en común que tenían era: todos los productores quieren que se tome vino mexicano.

En septiembre de 2012 surge la marca Toma Vino Mexicano, un hashtag escrito en un post-it que Daniel aún conserva y que a través de los años se ha logrado posicionar como un movimiento en México.

#TomaVinoMexicano busca celebrar la diversidad de nuestro país.

“México es un hermoso caos que nos gusta disfrutar, podemos estar en muchas cosas en desacuerdo pero, la gastronomía y el vino es algo que nos hace sentarnos y ponernos de acuerdo”.

Daniel comenzó a visitar diferentes festivales gastronómicos de México para conocer más sobre el tema. Fue en Querétaro donde mientras platicaba con el propietario de la vinícola Tres Valles de Baja California, Joaquín Prieto, surgió la propuesta de traerse un festival de ese estilo a Monterrey.

En mayo de 2015 se vivió la primera edición del Festival Toma Vino Mexicano, una celebración física de este movimiento, que busca que la comunidad conozca a los productores, su historia y disfrute de buen vino.

“Estoy convencido que cada año hemos aprendido de nuestros errores. Hemos visto la experiencia desde distintas ópticas, tengo la gracia de ser socio de una vinícola, me ha tocado estar de ese lado, ser visitante y también organizador. Nuestro objetivo con el FTVM es que los asistentes, las vinícolas y los patrocinadores salgan con una sonrisa de oreja a oreja. Si todo mundo sale contento, para mí el evento es un éxito”, destacó Daniel.

La primera edición tuvo una duración de dos días, fue complejo convencer a las personas de asistir ya que en esa época ese tipo de eventos no estaban tan bien posicionados en la ciudad como hoy en día.

A través de los años, las cifras de asistentes han aumentado de manera orgánica. En la primera edición recibieron a mil 200 personas que pudieron disfrutar de 53 vinícolas, para la segunda edición aumentaron a 65 vinícolas y tuvieron el primer Concurso de Maridaje.

La edición 2017 no la realizaron debido a cuestiones de agenda del Parque Fundidora. La fecha se empalmaba con el Northside y con un festival de esa magnitud solo se puede que suceda un evento a la vez. Gracias a esto, la fecha la cambiaron para el segundo fin de semana de febrero.

En el 2019 recibieron a 3 mil 300 personas y para la próxima edición que será el sábado 15 de febrero del 2020, esperan a 4 mil 500 asistentes.

En esta quinta edición podremos encontrar más de 200 etiquetas de vino de más de 120 vinícolas de: Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Aguascalientes, Zacatecas, Durango, Guanajuato y Querétaro.

Los asistentes podrán disfrutar de catas de vino, talleres, mercado, música en vivo y el cuarto Concurso de Maridaje, con 30 equipos de vinícolas nacionales y restaurantes locales, este concurso tiene una duración de 3 horas, donde el ganador es elegido por los asistentes.

En las experiencias gastronómicas, podremos disfrutar de talleres, maridajes especiales y catas temáticas. Mientras que en la sección de mercado local, los expositores de comida ofrecerán una degustación especial de sus productos.

Desde hace varios años han trabajado de la mano de dos despachos importantes de la ciudad para que el festival sea una realidad, mientras que para el diseño gráfico han colaborado de la mano de Parámetro Studio y para la decoración, producción, montaje, interiores y mucho más, lo han hecho con Kiffer Design Studio.

Cuando le preguntamos a Daniel qué busca lograr con el movimiento nos respondió: “Quiero que la gente se enamore del vino mexicano, como lo estamos de nuestro tequila, del mezcal, de la cerveza y de la comida”.

“No se trata de que saques un tratado filosófico de cada copa de vino, se trata de que te la pases bien, lo más importante de la mesa no es el vino, es lo que sucede, es la conversación y la convivencia, el vino está para acompañarte, hacerlo más divertido y rico”, destacó el empresario de 41 años.

Daniel afirma que vienen muchos retos para la industria vinícola en México: “El vino en Baja California está teniendo un boom de turismo, debemos de crecer de manera ordenada, si no le ponemos orden se nos va de las manos y lo echamos a perder. La industria turística te hace pedazos como pasó en Cancún y Playa del Carmen, que son una sombra de lo que era, demasiado desarrollo. Es importante saber crecer como industria y sobretodo hacerlo juntos”.

Aunque le han pedido en varias ocasiones llevar el festival a otras ciudades, por el momento busca enfocarse en consolidarse y ser un referente en Monterrey para convertirse dentro de unos años en el mejor evento gastronómico de todo el territorio mexicano.

“Haz bien tu plan, ten paciencia, hay muchos baches en el camino, si te vas a desanimar por los problemas, a lo mejor lo de emprender no es lo tuyo. No todo mundo tiene el temperamento, a veces la terquedad es buena, pero hay que entender cuando es necesario cambiar de opinión o evolucionar tu idea, es importante que tu proyecto agregue valor”, destacó el apasionado de los vinos mexicanos.

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