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abril 30, 2024

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El momento de Amaury

Por

El nuevo Vicepresidente Ejecutivo y Director General de Grupo Omnilife-Chivas habla de lo que significa ser hijo de uno de los empresarios más conocidos del país y de los retos que implica hacer una transición generacional.

Para Amaury Vergara, las bases de cualquier negocio o sueño están en sus valores. Lo aprendió de su papá, el reconocido empresario Jorge Vergara, y de la filosofía que éste le imprimió a Omnilife y Chivas a través de los años.

Desde su nombramiento como líder del grupo empresarial, el joven directivo se ha encargado de continuar con la visión de negocio de las distintas compañías y de encabezar una transición de mando sustentada en el trabajo en equipo.

Empecemos por lo inevitable: ¿qué significa ser hijo de Jorge Vergara y ser ahora el relevo generacional de uno de los grupos empresariales más importantes de México?

De entrada, obviamente, puedo decir que amo a mi padre. Pero también comprendo que la vida está llena de ciclos y que a veces son necesarios para muchas otras cosas. En el momento en que suceden ciertas situaciones, por más que no te sientas listo, te das cuenta que todo, desde que eras chico hasta que te toca asumir un puesto como este, que todo te enseñó algo, que todo tuvo un por qué. De pronto entiendes la verdadera razón del por qué estuviste ahí porque, de una u otra manera, lo viste con tu papá.

Además, mi papá es un empresario que admiro. Independientemente de que Jorge Vergara sea mi papá, si lo hubiera yo visto desde fuera, lo admiraría muchísimo. De hecho, lo que más me cautiva de él es el por qué ha hecho las cosas, y lo que le ha costado hacerlas a pesar de muchos factores. Me parece que por eso tiene doble mérito y que a su vez tiene algo de aspiracional.

Otra cosa que me motivó a tomar esta responsabilidad no es el know how técnico que aprendí de él, sino los valores y virtudes que le he visto transmitir a lo largo de su vida. Para mí, las bases de cualquier negocio o sueño están en los valores. Cuando estás persiguiendo tus sueños y tienes valores, encuentras el camino.

Después viene lo demás: las habilidades que desarrollas, lo que aprendes, la parte técnica, tu especialización, pero el éxito real como tal, o lo que para mí es el éxito, tiene que ver con responsabilizarte de las cosas y conocer cuáles son tus valores. Sin todos estos valores que yo vi y aprendí de mi papá, no habría podido haber dado este salto cuántico y no me habría atrevido a asumir este reto.

Me siento orgulloso de ser tapatío, de ser mexicano, de ser parte de una empresa que tiene presencia en 21 países, y de ser miembro de esta familia Omnilife en la que he conocido a gente que quiero y admiro desde hace muchos años. Hoy en día las fronteras y líneas que nos conciben como compañía o como país se están borrando.

Lo que sucede con el mundo actual es que cada vez somos más una red de conexión entre personas con valores similares. Así que vernos como una compañía es limitarnos. Y vernos como una familia es vernos sin límites. Ser ahora quien continúe con la filosofía de vida de mi padre es algo muy transformador en muchos sentidos, tanto en mi vida profesional, como en la personal, y en quien soy yo también de manera general.

¿De qué manera trabajas con él ahora que tú estás al frente del grupo? ¿Cómo es su relación en el plano laboral y personal? ¿Lo consultas para tu toma de decisiones, o qué plan de trabajo siguen entre ustedes?

Mi admiración y respeto han crecido exponencialmente en los últimos meses. Ahora que tengo control en las decisiones de la operación, mi admiración por él se ha vuelto mucho más grande que antes.

Obviamente hubo un proceso complejo para la transición, y no solo por tratarse de una relación padre e hijo, sino por ser una transición de mando. Cualquier compañía que sufre una transición de este tipo tiene sus retos. Por fortuna, ya pasó, y lo que ahora ha surgido es una confianza tremenda entre nosotros porque él está muy confiado en que cuento con los elementos para entender la compañía.

Mi papá y yo coincidimos en que, mientras se conozcan los valores, el resto es experiencia, es aprender, y que eso es algo que se da de una forma mucho más natural. Él está contento y orgulloso por lo que estoy logrando, pero también por lo que están haciendo mis hermanas, que me acompañan en el Consejo Administrativo, y con lo que están haciendo todos en la empresa.

La clave del éxito de Jorge Vergara está marcada por un arduo trabajo, por la disciplina, por la constancia, y ahora él está entendiendo que su proyecto tiene una continuidad verdadera no solo en materia de negocios, pero en término de valores.

En esta etapa mi relación con él se ha intensificado y se ha vuelto mucho más padre e interesante. No es una relación de tener que reportarle o de buscarlo para la toma de decisiones, sino de buscarlo en una postura más de guía, de gurú del negocio. Si yo lo busco para una toma de decisiones no estaríamos realmente ejecutando una transición generacional, simplemente estaríamos respetando una jerarquía estructural cuasi corporativa.

Es importante que, en este ejercicio que él y yo tenemos, y que lo tenemos muy claro, no sea una búsqueda para la toma de decisiones, pero sí que sea más una guía, una consultoría, una mentoría y, por supuesto, la mística del negocio. Además él está en una etapa de su vida en la que nosotros lo vamos a aprovechar mejor en ese tipo de relación.

“Siempre estuve involucrado en todo. Mis primeros trabajos fueron en esta compañía, y la forma en la que yo concibo el mundo, es a través de los ojos y valores de Omnilife y Chivas”

Además eres uno de los directivos más jóvenes del país. ¿Qué significa esto para ti, y cuáles consideras que son los principales retos, en especial para ti, que tu familia es conocida y reconocida en muchos sectores?

Definitivamente no tenemos precedentes para entender el mundo en el que estamos. Los tiempos que vivimos, de la conectividad y de la información, no existían como tal. Antes no había este acceso a todo, y la información viajaba distinto, pero ahora somos todos más públicos porque podemos llegar a cualquier persona, y eso tiene una gran ventaja y también grandes retos y desventajas.

Cualquiera que diga que es experto en esto me parece soberbio. El humano en general está viviendo una transición en su manera de comunicarse, así que todos estamos viviendo esta nueva etapa a la par. Lo anterior me hace pensar que quizá ahora, en este contexto que estamos viviendo, por la edad que tengo, me sea más fácil adaptarme a la nueva forma de hacer mundo.

Creo que la transición está siendo tan fuerte que difícilmente las  generaciones pasadas van a poder vivir esta nueva etapa como lo hacen las generaciones actuales. Ellos nos dejaron la base de lo que es este país, este mundo, y ahora viene una transición muy fuerte en todos los sentidos sobre qué vamos a hacer con estas bases y cómo las vamos a llevar al mundo actual.

Considero que esta etapa es justo cuando México tiene que despegar en muchos sentidos, o en los muchos sentidos que importan en una concepción global. Además, ser un directivo joven me ha traído una experiencia de vida muy lúdica, pues me ha tocado ser esta especie de underdog, el que carga con este prejuicio o paradigma de que, al ser joven, se es inexperto, o que solo se es un heredero. Pero que tiene mucho de razón de ser porque, estadísticamente, las segundas generaciones tienden a fracasar. No hay que negarlo, y yo estoy muy consciente de esa estadística, y sé que a eso me enfrento. Las segundas generaciones tienden a no vivir o a no entender el negocio de la primera generación. Afortunadamente creo que no es mi caso, y me emociona poder demostrar lo contrario. Es como un campo fértil para poder trabajar porque, lo que podría parecer una adversidad, termina convirtiéndose en una ventaja porque sorprendes a la gente, porque luchas contra el escepticismo.

Lo digo desde un aspecto genuino, no de manera presuntuosa, ya que vi a mi padre hacerlo, y también fui parte de la creación y desarrollo de la compañía, como miembro de la familia y como miembro activo de su crecimiento.

En México no suele haber directores generales en mi rango de edad, y creo que eso está cambiando. No son casos tan aislados, pero sí veo una tendencia generalizada ya de segundas generaciones tomando el mando de las compañías de sus familias, y lo veo mucho más latente que antes.

Cada vez me doy más cuenta de que no formo parte de casos aislados, sino que formo parte de un fenómeno que está dándose cada vez más en el país. Y me entusiasma mucho porque sé que voy a encontrar gente que está en situaciones parecidas a la mía y que eso puede generar un intercambio muy interesante de experiencias o, incluso, hasta de alianzas futuras de lo que podemos hacer. Quizás con una visión más apropiada a la generación a la que pertenecemos.

No podemos negar que mi generación está más preocupada por el bienestar del entorno y por el bienestar de la gente. Ese es el contexto en el que estamos viviendo hoy en día, y no podemos ignorar que hacer negocios debe estar ligado a un interés real por hacer un bien o por formar parte de un bien común.

Mi padre fue un self made man, alguien que empezó de cero y creó, pero esa no es mi historia. A mí me tocó recibir una antorcha y aportarle a la compañía un valor agregado que no tiene que ver con empezar de cero. No es necesario trabajar solo, ahora hay que buscar colaboraciones en donde podamos tenerlas. Somos la generación del trabajo en equipo.

En México son pocos los casos como los de tu papá y el tuyo que, de fuera, llegaron a tener un club de futbol. Otros equipos tienen dueños o directivos con años de trayectoria en el medio, pero ¿cómo ha sido para ti tu experiencia de tomar las riendas del equipo? ¿Cuál crees que ha sido tu aportación en esta nueva etapa?

No ha pasado el tiempo suficiente como para que yo pueda decir qué es lo que me caracteriza. Es más, ni siquiera lo veo así. No opero ni visualizo lo que aporto yo al club pensando en que tengo que imprimir mi sello. De entrada ahí es un approach equivocado. No aprendí yo esa forma de hacer las cosas, y tampoco lo vi yo en mi padre.

Creo que lo que hace exitosa a una institución son sus valores, y a mí me toca continuar esos valores bien establecidos para que la empresa se perciba cada vez mejor. Me toca detectar cuáles aspectos son buenos, para continuarlos, y cuáles se pudieron haber dejado de lado y que vale la pena recuperar. Tengo mucho de eso en mi trabajo de día a día. Además hay cosas que vale la pena retomar porque están asentadas en valores institucionales muy fuertes, muy sólidos. La forma de ver que se hagan y que  se ejecuten de manera adecuada, ahí es donde imprimes tu sello como dirigente, como líder. Un líder se hace o muestra en la ejecución, en las maneras diferentes en que implementa su plan.

Estoy muy peleado con la idea de que el éxito es inventar el hilo negro. No me gusta esa visión del éxito. Me gusta la visión del éxito que reconoce que las cosas importantes ya están ahí y que lo único que se tiene que hacer es integrarlas y ejecutarlas. Con el club está claro hacia dónde tenemos que ir, que es hacia adelante y hacia crecer los valores de la institución. Tenemos que convertirnos en el club de excelencia, en el más mexicano, en el que forme jugadores y que, cualquier mexicano que quiera jugar futbol, piense en jugar en Chivas.

Para lograr eso hay que ejecutar las cosas bien. Así que no estoy pensando en mi sello, estoy pensando más en cómo hacer que las cosas funcionen y se hagan correctamente. Es algo muy personal, ya que no soy una persona que busque dejar un sello o una firma. Si después sucede, qué padre, y que sirva de inspiración, pero a mí lo que me interesa es hacer las cosas bien, no el reconocimiento ni la fama.

Anteriormente, la aspiración de un futbolista mexicano era jugar en un equipo como Chivas, hoy en día, los jóvenes mexicanos con talento sueñan con irse a jugar al futbol europeo a su corta edad, mientras que otros equipos gastan grandes cantidades en jugadores sudamericanos. ¿Cómo has enfrentado este reto? ¿Qué estrategias han pensado para mantener al talento mexicano en Chivas y seguir siendo competitivos?

Mi opinión es que existe una distorsión en este tema. Para mí, no es que jugar en Europa esté mal, todo lo contrario. Es una aspiración que motiva mucho. Quién que no sueña con ser jugador quisiera estar en el espectáculo quizá más prestigioso de este deporte y además codearse con los jugadores más representativos.

Creo que sí hay una distorsión en el sentido de que el jugador mexicano piensa que el talento es lo que lo va a llevar a Europa, pero yo he comprobado que el talento es un porcentaje muy pequeño en comparación con la formación y la excelencia que, como ser humano y profesionista del deporte, tienes que tener para que la idea de jugar en Europa realmente sea posible.

En Chivas creemos en eso, en que primero se debe ser un profesionista y un atleta de alto rendimiento, para después dar ese brinco. Pero el jugador mexicano muchas veces quiere saltarse esa etapa y llegar directo al futbol europeo. Lamentablemente ha pasado que se llevan al jugador a Europa, con todo este talento, y que después terminan por no tener toda esta parte de profesionista y disciplina que al final le impiden alcanzar su sueño europeo.

Entonces, desde un aspecto más positivo, a mí no me cabe duda de que, para ser exitoso en el futbol, primero el jugador tiene que ser una persona de valores, un atleta completo y, después, si ya tiene el talento, que sí es un complemento, que se vea, pero primero sí debe tener todo esto.

Los equipos mexicanos solemos ser bastante paternalistas y estamos siempre atrás de los jugadores para que entrenen, para que mejoren sus condiciones físicas, y este acompañamiento es fundamental para su rendimiento en los partidos. Sin embargo, en Europa lo tienen que hacer todo ellos por su cuenta, sin nadie que esté detrás de ellos para que cumplan con su parte profesional y con los indicadores que estos clubes les exigen para ser parte de sus equipos.

Chivas quiere lograr que el jugador entienda que su formación es más importante que su talento. Es un esfuerzo muy grande todavía el que tenemos por delante porque es un tema cultural, de educación, de país, y de cómo concebimos el éxito.

¿Cómo ha sido la etapa de unas Chivas que buscan innovar en todos los sentidos? Los vimos sacar una plataforma digital con Chivas TV, luego romper el esquema tradicional de las televisoras, y ahora también abrirse a más patrocinadores, ¿cómo ha evolucionado entonces el marketing para el club?

La gestión de mi padre en los últimos 17 años transformó totalmente la forma de hacer futbol en el país. Diga quien lo diga. Es una realidad, y creo que cada vez se le reconoce más eso a Jorge Vergara. Es muy inspirador saber que tenemos que continuar siendo disruptivos, innovadores y, sobre todo, promotores de la constante evolución, algo que ya está en nuestro ADN. Incluso me atrevo a decir que nos cuesta mucho trabajo quedarnos con algo, o donde estamos, y no querer tratar de cambiarlo. Pecamos más de estar queriendo siempre innovar que de irnos a la segura con modelos conservadores, como pudiera ser el caso del marketing.

El futbol también tiene un ritmo y una velocidad muy intensa. Sí es una industria, un negocio, un entretenimiento, que avanza muy rápido. Finalmente tenemos dos torneos al año. Con eso ya cambia totalmente la concepción de cómo tenemos que hacer las cosas. En un modelo tradicional de negocios tú haces tus planeaciones anuales, y acá hay que reconfigurar lo que uno piensa cada seis meses o menos.

También en su momento me sorprendió mucho lo disruptivo que fue el tema de Chivas TV y las televisoras. En un sentido era algo muy natural porque, cómo no innovar en el streaming cuando sabíamos que era el futuro y ahora presente de la comunicación. La mayoría de la gente consume contenidos y entretenimiento de esta manera, y nosotros teníamos que aventurarnos. A mí me da mucha risa que la gente lo vea como algo que fracasó, o que hablen de un supuesto fracaso de Chivas TV, cuando, para mí, el puro hecho de haberlo creado es algo exitoso.

Para cambiar el status quo de la forma en que se hacía comunicación con el futbol de este país, había que innovar, y nosotros lo hicimos. La forma, o las relaciones que se daban en la industria antes de Chivas TV, hoy en día son distintas. El hecho de que Chivas se atreviera a desafiar la manera de negociar y creara su propia plataforma para diversificar la forma de distribución de la señal, es todo un tema de conversación que todavía genera nuevos temas y cuestionamientos.

Tu relación con el cine y la producción audiovisual es algo muy importante también en tu vida. ¿Cómo fue tu acercamiento con la industria y qué te ha hecho desarrollar proyectos de este tipo? Recientemente tuvimos oportunidad de ver el documental de las Chivas, pero has estado detrás de otras cosas. ¿Qué es para ti el cine y qué cualidades le ves en nuestro país?

El cine es contar historias. Realmente eso es lo que es, y nosotros, como sociedad, tenemos contando historias desde siempre. Ahora que cada vez entiendo más, o vivo más lo que es Omnilife, entiendo que la compañía también se trata de contar historias. Su negocio se basa en cómo contamos nuestra historia para recomendar nuestro producto.

Muy recientemente me di cuenta de que mi interés por el cine viene de haber vivido toda una vida escuchando historias de la gente, y de estar en constante contacto con las historias de la gente. Para mí, el cine, aparte de ser esta plataforma pata contar historias es, quizá, una de las comunicaciones más poderosas que estamos viviendo hoy en día. La velocidad con la que vivimos nos ha llevado hasta este punto en el que la comunicación audiovisual lo rige todo. Entonces, una vez que entiendes eso te das cuenta que tiene una gran importancia para cualquier empresa que quiera comunicar algo, sea Omnilife o Chivas.

En México, la comunicación se ha diversificado. Antes era más unilateral o estaba dominado solo por algunos canales tradicionales, pero por el Internet se han abierto muchas posibilidades y también se han descubierto tantos nuevos talentos, porque ya hay una oportunidad de comunicar más de lo que se comunicaba. Con el cine se pueden cambiar conciencias, y como ser humano creo mucho en eso, en cómo hacer o generar cambios positivos en la gente, en la sociedad misma, para tener un mundo mejor, y el cine es una herramienta muy poderosa para eso.

En el documental de las Chivas, que pudo haber sido mil y un cosas de lo que al final hicimos, la gente se imaginaba que sería una ficción de Chivas, o la historia biográfica del club, pero lo que decidimos hacer fue que, a través de la historia de lo que pasaba al interior de las Chivas, inspiráramos no solo a mexicanos, sino a cualquier persona que viera las historias de estos jugadores, para que quisiera ser mejor persona, para que quisiera lograr sus sueños, o para que luchara más, que son los valores que tiene la película.

-OMNILIFE se fundó en 1991 con un solo producto y seis distribuidores

-Más de 7 millones de empresarios a la fecha

-21 países cuentan ya con presencia de la empresa

-Chivas TV transmite señal a más de 60 países

Entrevista: Felipe H. Leal

Fotografías: Valeria Bross  @valeriebross @valeriabrossphoto

Arte: Armando González

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