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abril 25, 2024

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Carlos Bremer

Natural Born Leader

Por

Carlos Bremer es de esas personas que inmediatamente captan tu atención, porque es sumamente carismático y brillante. No necesitas interactuar mucho con él, a los pocos minutos, cualquiera puede entender el porqué del éxito que ha logrado en su trayectoria profesional: posee un liderazgo natural.
   El financiero dista mucho de la imagen que algunos grandes hombres de negocios tienen: serios  e inalcanzables. Bremer es todo lo contario: sencillo, amigable y agradable en el trato.
   En esta ocasión, el presidente y director general de Value Grupo Financiero,  grupo no bancario con mayor crecimiento y rentabilidad en el Sistema Financiero Nacional, comparte con PLAYERS su historia y sus ideas para abrir nuevos caminos en México.
   “Yo siempre dije que nunca iba a salir en la tele y mira”, comenta sobre su participación en Shark TankMéxico, el programa cuyo objetivo es financiar ideas de nuevos emprendedores.
   Lo que lo convenció de participar en este programa, que ya va en su segunda temporada, es que desde que es niño, el empresario cree en apoyar al talento nuevo. Esta filosofía lo ha acompañado a lo largo de toda su vida y empezó con el ejemplo de su padre, Guillermo Bremer, quien apoyó al deporte infantil regalando uniformes y material deportivo a ligas de béisbol y futbol de niños de escasos recursos.
   “De mis papás aprendí a ser alguien que ayuda a la comunidad. Yo jugaba golf desde los siete años con los pudientes en el club más caro de México, pero también al mismo tiempo jugaba béisbol con los menos pudientes. Viví los dos escenarios. Eso me ayudó mucho a valorar lo que tenía y trataba de que para mí fueran iguales que los niños de la escuela en la que estaba.  Eso me ayudó a entender que todos somos importantes, desde el de más abajo, hasta el de más arriba” comenta el también filántropo.
   Otro momento pivotal en su vida llegó cuando decidió empezar su primer negocio a los 12 años: vender calculadoras a los empresarios que él conocía.
Bremer decidió emprender este primer negocio junto a un amigo, porque ya no quería pedirle dinero a sus papás. Comenzó a comprar y vender calculadoras, y con su primera venta se llevó una gran lección, misma que hasta la fecha lo acompaña.
   “El primer empresario con el que fui le dio mucho gusto que yo estuviera haciendo negocios tan joven, me preguntó que cuánto me quería ganar por calculadora y cuántas le quería vender. Me hizo un cheque por esa cantidad sin que me las comprara. Me dio el cheque por la utilidad, me dijo ‘yo no tengo quién las necesite, pero tenlas, ya hiciste tu primer negocio’.  Por esa razón es por la que estoy en Shark Tank.  Así como él me motivó a mí yo creo que yo también puedo ayudar a gente emprendedora. No me interesa tanto por los negocios, pero porque yo quisiera transmitir lo que yo sé”, dice.
   De ahí usó el dinero que ganó para emprender su segundo negocio: poner juegos de video en un local que su mamá tenía en el centro; sin embargo, esta segunda experiencia no resultó como esperaba.
“Me hacían la competencia unos videogames piratas que cobraban menos y estaban a unas cuadras de ahí. Empecé a abrir gratis, tres días gratis de la semana. Sacaba dinero de la venta de las jícamas y los pepinos, pero aprendí que  cuando haces un negocio siempre hay que ver el peor escenario posible”, recuerda.
   Su pasión por las finanzas se consolidó por esa época, cuando de adolescente comenzaba a leer columnas financieras en diferentes periódicos. Y es en esta etapa, antes de los 15 años, cuando Carlos decide comenzar su tercer negocio. Como estudiaba en el Colegio Irlandés, uno de los más exclusivos de Monterrey, tuvo una idea: organizar viajes con sus compañeros de clases.
   “A los 14  y 15 empezamos a hacer viajes a Disneylandia para los de 11 y 12. Los organizaba con el mismo amigo de las calculadoras. Batallé mucho para formar el primer grupo, no sé cómo le hicieron para explicarle a sus papás, pero nos los soltaron. Empezamos con un grupo de seis y ya luego en otros viajes acabamos con 60 y tantos niños”, recuerda Bremer.
   Al hacer otros viajes los papás de estos niños empezaron a tenerle confianza y así llega su cuarta oportunidad, que sería la puerta de entrada al mundo de las finanzas.
“Tuve la idea de convertirme en broker. Me dieron la oportunidad varios señores y, ya que tenía 20 clientes ya luego de salir del colegio, era como un broker externo. Estoy hablando de 1978, se me ocurrió una idea de conseguir algo que era muy difícil de conseguir, que creía que lo podía conseguir con las casas de bolsa o bancos de aquel entonces. Empecé a ser el mejor cliente de los bancos porque traía a 20 clientes. Y así lo hice”, dice el empresario.
   A raíz de esta experiencia se colocó a las 18 años como jefe de ventas en Banpaís y levantó al banco de una posible quiebra. El resto de su carrera financiera es historia; Banpaís, después en Abaco y finalmente su proyecto más representativo: Value Grupo Financiero, que está por cumplir 25 años.
Soñador e idealista: su trayectoria como mecenas del deporte
Bremer se define a sí mismo como un apasionado de México y cree que impulsar los sueños de jóvenes promesas del deporte y de la educación es su mejor forma de hacer un mejor país.
   Para todo es conocido que el regio ha ayudado a avanzar en sus carreras a estrellas como Paola Longoria, Adrián González y Saúl “El Canelo” Álvarez, entre muchos otros.
   Este año el fundador de Value recibió de manos del presidente Enrique Peña Nieto el Premio al Mérito Deportivo por su labor en apoyo a los deportistas.
“Me motiva mucho la responsabilidad que tengo de tocar vidas. Si yo no hubiera tenido la historia que te platiqué (del empresario que lo apoyó con su primer negocio) yo no hubiera entrado a Shark Tank. Como sea en el destino las cosas pasan por algo, a mí me apoyaron cuando empezaba, me gusta hacer lo mismo. Eso me da mucho fuerza interna”, dice al respecto el empresario.
 A lo largo de su camino ha tenido la oportunidad de coincidir con grandes figuras del deporte y de los negocios, muchos a quienes considera su inspiración para tratar de hacer un mundo mejor.
   “Mis papás fueron un ejemplo, tengo un grupo de amigos muy privilegiado, tengo gente que me ha dado la oportunidad de estar cerca y ahí me tiene como Carlos Slim, le aprendo mucho, es muy sencillo. Tiene más corazón que billetera.
   Tengo a otros personajes, tengo al mejor presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, por el destino pude jugar golf con él. Tengo la anécdota que la noche antes del apoyo para salvar a México (en la crisis del 95) yo hablé con él. Es muy brillante, llevo 16 años como parte de su consejo y quiere mucho a México, aprendo mucho de él.”
“Los empresarios regiomontanos son los mejores de México”
Otra inspiración para Bremer la encuentra en la Iniciativa Privada regia, ya que dice que son los más interesados en apoyar sus empleados y hacer por la economía del país.
   “La gente de Monterrey, los empresarios, son los mejores del mundo. Son disciplinados con el gasto, pero al mismo tiempo son los más generosos de todos. La gente en Monterrey es la que más apoya. Es otro de mis ejemplos, los empresarios de aquí y no nada más los grandotes, también los medianos, son los mejores patrones. En Monterrey es en donde más obras de filantropía existen. La gente de aquí es un ejemplo para todo México”, finaliza el filántropo.

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