Para Anna Nora siempre fue un compromiso aportar algo a la sociedad, generar un cambio positivo en su entorno a través de causas sociales, así que cuando surgió la oportunidad de tomar el puesto de apoyo en la Procuración de Fondos de Effeta no lo pensó 2 veces y decidió tomar el reto.
Su llegada coincidió con la etapa de crecimiento de la institución, dándole la posibilidad de desenvolverse y crecer tanto personal como profesionalmente poniendo su empeño en conseguir el apoyo necesario para seguir brindando la atención integral y personalizada a niños y jóvenes con discapacidad intelectual.
Hace 16 años de esta decisión y el reto fue creciendo y cambiando, llevando a Anna a tomar las riendas de Effeta desde hace ya 2 años. Este nuevo puesto, además de una gran satisfacción, le ha traído nuevos retos, siendo los principales: conectar y motivar a las empresas y personas a que se sumen; conectar con las nuevas generaciones para que vibren con esta causa; lograr una mayor colaboración con otras instituciones para crear iniciativas en conjunto; y por último, profesionalizar y mantener la filosofía fundacional.
“¿Cómo involucras a la gente, cómo la motivamos y sumamos? ¿Cómo hacemos que ellos sientan y vibren lo que nosotros al ver una persona con discapacidad tener logros?” esas eran las preguntas a resolver para Anna Nora. La manera en que se comunican ha sido la clave para involucrar a la sociedad en esta causa, hoy buscan presentarle al público no lo que hacen sino lo que se transforma con el trabajo de Effeta utilizando como plataforma las redes sociales.
Otro medio importante para sustentarse y captar fondos para las becas que otorgan es su Torneo Anual de Tenis, el cual llevan realizando en el campestre desde hace 41 años, convirtiéndolo en el torneo amateur a beneficio más grande, trascendental y con mayor convocatoria a nivel local. Esta respuesta los impulsa a seguir creciendo y diversificando sus fuentes de ingreso.
Para Anna y el equipo de Effeta una de sus mayores satisfacciones es ver a los niños y jóvenes del instituto desenvolverse y ver cada vez más inclusión. De hecho, uno de los talleres con mayor valor para la regiomontana es el que tienen los lunes donde un grupo de voluntarias llevan a los estudiantes a realizar servicio comunitario a otras instituciones, dándoles ese sentido de trascendencia que brinda el ayudar.
Ha sido un reto liderar la institución como directora general, pero uno que le apasiona y para el que se sigue preparando. Hace 2 años, se le presentó la oportunidad personal de tomar la maestría en Alta Dirección del IPADE Business School que tomó justamente para ampliar su visión y herramientas para su puesto en Effeta, para que su administración deje una marca profesional y de transparencia para próximas generaciones.
La tarea de Anna Nora Peters continúa, mantener el legado que durante casi 45 años se ha formado a través del trabajo de diferentes personas, familias, colaboradores, el patronato, donantes y estudiantes; cuidar de la familia en la que se ha transformado Effeta; diversificar y crecer la manera en la que la institución se nutre para sustentarse; y principalmente, seguir abriendo camino a los niños y jóvenes con discapacidad intelectual en una sociedad inclusiva.
“La mayor satisfacción es saber que lo que hago no es solo por el tema de dinero sino para algo más grande como lo es transformar vidas y que a la par ha transformado el sentido de mi vida. Ver a los chavos crecer, transformarse y superarse me llena de satisfacción”
161 alumnos con discapacidad intelectual
80% de sus alumnos cuentan con beca
32 personas trabajando en Effeta
