Actualmente, Hugo de la Peña radica en la capital inglesa y desde allá nos cuenta su experiencia en el mundo de la medicina y cómo ha sido su vida fuera de Torreón.
Tras haber atravesado por una dura experiencia de vida a causa de un diagnóstico erróneo, Hugo emprendió un camino que lo llevó a ser líder en la lucha contra uno de los peores males que enfrenta la humanidad.
Se dedicó de lleno a una de las más nobles profesiones con un objetivo claro y bien definido: curar el cáncer.
Siendo apenas un adolescente, vivió en carne propia la terrible experiencia por la que pasan los pacientes detectados con algún tipo de linfoma, y aunque para su fortuna todo quedó en un mal diagnóstico, aprendió y se sensibilizó al respecto, marcando su vida y obra hasta el momento.
Hoy es reconocido como uno de los más destacados científicos a nivel mundial. Esta es su historia.
“Quise estudiar Medicina con el objetivo de tratar el cáncer. A los 13 años me diagnosticaron erróneamente con un linfoma; me querían quitar el bazo y estaban a punto de darme quimioterapia”, comparte Hugo de la Peña.
“Me había salido una bola en el cuello, que me extirparon y mandaron a analizar; además, me hicieron una linfografía. Eso era demasiado dramático y, en ese tiempo, el tratamiento no se aplicaba en México, así que tuvimos que ir a Estados Unidos”.
Casi a punto de comenzar a recibir las dosis de quimio, recibió la noticia que le salvó la vida y que lo llevó a elegir su profesión y modo de vida:
“Una semana antes de que me aplicaran el tratamiento, nos llamaron para decirnos que se suspendía ya que no tenía cáncer”.
“Por seis meses, toda la familia vivió con la incertidumbre de enfrentar el cáncer, de estar en terapias o en cirugía, y desde entonces entendí que la sola palabra cáncer altera, causa pánico, además de que afecta emocional, física y económicamente. ¡Es brutal!”.
“Yo pensé en qué hacer si me volvía a pasar, así que decidí entrar a la Facultad de Medicina en Torreón, de la que salí con el primer lugar de mi generación”.
“Hay cosas que nos pasan en la vida que nos van marcando y, si bien siempre estuve interesado en el funcionamiento del cuerpo humano y en las ciencias naturales, esa experiencia tan fuerte y darme cuenta de que es algo muy común, me llevó a estudiar Medicina con la única intención de, eventualmente, curar el cáncer”.
LAGUNERO DE EXPORTACIÓN
Egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Coahuila con los máximos honores, dio el siguiente paso en su preparación: viajar al Reino Unido para comenzar de nuevo en un sitio que le era totalmente ajeno y en el que tuvo que enfrentar nuevas dificultades; sin embargo, gracias a la entereza y determinación que le caracterizan, salió nuevamente triunfante .
“Una vez terminada la carrera, busqué un nuevo lugar para poder ser experto mundial en cáncer”, comparte Hugo de la Peña.
“Apliqué para una beca de doctorado ante el Conacyt, la obtuve y me vine a Inglaterra para estudiar en la College University de Londres sobre la inmunología del cáncer y terapia génica”.
“Fue algo totalmente nuevo y difícil, mi inglés no era bueno, y para obtener el doctorado es imprescindible hacer algo novedoso, descubrir cosas y aplicarlas”.
“Cuando comencé a tener resultados, tuve que dar conferencias en inglés; eso fue complicado porque no dominaba el idioma. Londres es una ciudad muy bella, pero fue muy duro en un principio”.
“Mi tesis de doctorado ganó el premio de Joven Científico en la Gran Bretaña y Europa”.
“De ahí pasé a la Universidad de Cambridge para estudiar el posgrado un par de años y seguir haciendo vacunas contra el cáncer. Mis trabajos comenzaron a publicarse en revistas de la especialidad, lo cual representa un gran triunfo que me permitió a entrar en las altas esferas de la especialidad”.
“En ese momento, mi carrera científica estaba despegando, pero pensé en usar estas drogas maravillosas en pacientes, así que me fui a Oxford para graduarme en cancerología y cumplir con el llamado “Golden Triangle” de las universidades en Gran Bretaña”.
EL INVESTIGADOR
Hugo se define a sí mismo como un guerrero más en el combate por la salud de la humanidad y con ello ha logrado establecer sistemas y tácticas médicas que han permitido ganar las batallas más importantes; no obstante, sabe que falta mucho camino por andar.
“Soy un luchador que he dedicado su vida al combate contra el cáncer y quiero que mi legado sea ese”.
“Cuando se descubre un medicamento nuevo, toma relevancia a nivel mundial y eso no tiene precio. Yo inventé y diseñé vacunas que ya se usan en humanos para estimular el sistema inmunitario para matar el cáncer”.
“Mi mayor satisfacción en esta lucha es curar el cáncer”.
“Cuando hacemos las tomografías o las resonancias magnéticas y podemos ver cómo el cáncer se derrite poco a poco con el tratamiento hasta que desaparece, es una satisfacción que no puedo explicar”.
“Cuando le decimos al paciente que está curado, es una sensación indescriptible”.
“GOLDEN TRIANGLE”
Hugo es uno de los pocos médicos del mundo, y el único mexicano, en pertenecer al llamado “Triángulo Dorado” de las universidades británicas, es decir, estudió en las tres facultades de mayor renombre de la isla como la University College de Londres, la de Cambridge y la de Oxford, lo que le dio la oportunidad de convertirse en un experto de clase mundial y en uno de los máximos exponentes en el tema.
“Son las tres universidades más importantes de Gran Bretaña y que, geográficamente, están en un triángulo”.
“En realidad, hay muy pocas personas que pueden decir que pasaron por estas tres universidades, como mexicano muy probablemente soy el único”.
Toda esa experiencia académica le llevó a ser experto y a poder innovar procedimientos para ayudar a los pacientes en sus momentos más difíciles:
“Una vez considerado experto mundial en cáncer, me dediqué a hacer estudios de fase clínica para poder usar estas drogas maravilla en los pacientes, porque así es como curamos más cánceres”.
“En general, hay 200 tipos de cáncer y a una de cada dos personas nos va a dar; es una estadística brutal y eso no lo podemos permitir”.
“De esos 200 tipos, hay cuatro que son los más comunes en todo el mundo: el de pulmón, de mama, de colon y de próstata, pero hay cinco cosas que podemos hacer para prevenirlo: no fumar, consumir poco alcohol, tener un peso adecuado, disfrutar del sol responsablemente y cuidar del sistema inmunitario”.
“Si seguimos estas indicaciones reducimos hasta en un 40% las probabilidades de padecerlo”.
UNA HISTORIA POR CADA PACIENTE
La medicina de precisión, de la que Hugo es precursor, se está convirtiendo en un enfoque cada vez más importante en la lucha contra el cáncer.
Se basa en la idea de que cada paciente es único y que el tratamiento del cáncer debe adaptarse a las características moleculares y genéticas de cada tumor.
En lugar de aplicar un tratamiento generalizado, los médicos pueden utilizar la medicina de precisión para identificar lo que es más efectivo para cada paciente.
“Está muy de moda la medicina de precisión, que es darle el tratamiento correcto al paciente correcto y en el momento correcto. Nosotros hacemos una biopsia para analizar el tumor por dentro y por fuera, y ya cuando lo conocemos bien, nos enfocamos en atacarlo de manera específica“.
“Esos bazucasos de quimioterapia son muy raros en nuestros procedimientos”.
“Ahora, nuestros tratamientos son inteligentes y atacan una mutación genética en particular, o bien, estimulan el sistema inmunitario para que ataque el cáncer con medicamentos menos tóxicos y sin necesidad de usar quimioterapias”.
“Eso es lo que llamamos medicina de precisión. Cada vez surgen más medicamentos de precisión y es por eso que curamos muchos cánceres”.
LA FAMILIA, LA BASE DE TODO
Como todo ser humano, enfoca su razón de ser y existir en la familia que logró crear estando en Inglaterra, ya que comprende que ahí está la base de la existencia humana.
Por eso, para él, su esposa y sus tres hijos son quienes lo mantienen centrado como persona y como profesional de la medicina.
“Mi familia es mi ancla. Me considero padre y hombre de familia, y a pesar de tener metas muy claras en mi trabajo, ellos representan toda mi motivación y razón de ser. He visto tanto sufrimiento con pacientes y amigos que valoro más y disfruto más a la familia. Si tuviera que escoger, ella tiene prioridad”.
PROFETA EN SU TIERRA
Aficionado al futbol desde niño, y santista de corazón, recibió en meses pasados el nombramiento de Embajador Guerrero, designación que le otorgó el Club Santos Laguna y que le llena de un orgullo quizá mayor que otros que ha recibido por su amplia trayectoria.
“El futbol es una segunda religión para mí. Me han dado muchos premios, pero ese reconocimiento del equipo es uno de los más especiales, porque vi al Santos desde la Segunda División, estuve en sus grandes momentos y ser parte de esa familia es algo muy importante”.
“Poder mandar mensajes de llevar una vida sana a través de los Guerreros es algo que me gusta mucho, porque el ejercicio es de gran ayuda para prevenir el cáncer. Es por eso que esta colaboración tiene mucho significado para mí”.
Es indudable que personas como él son necesarias para la existencia humana. El legado que está dejando es tan valioso como la vida misma. Hugo de la Peña es punta de lanza en una investigación que busca hacer del mundo un lugar feliz y lo mejor de todo es que va ganando la batalla.
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