El Estadio Francisco I. Madero se ha convertido en uno de los espacios más emblemáticos de Saltillo para pasar tiempo de calidad con quienes más importan. Ir a un juego de los Saraperos no es solo ver béisbol, es formar parte de una experiencia diseñada para todas las generaciones. Desde que llegas, el ambiente invita a celebrar con música, actividades para niños, venta de alimentos y bebidas, souvenirs oficiales y una energía que se contagia.
Es habitual ver a abuelos con sus nietos, parejas jóvenes, grupos de amigos y visitantes de otras ciudades, todos compartiendo un sentimiento común en el Estadio Francisco I. Madero. Niños con guantes, rostros pintados y uniformes nuevos crean una atmósfera animada, en la que cada juego se siente como una reunión familiar.
Estadio Francisco I. Madero: Un ambiente para todos
La afición sarapera —una de las más fieles de la Liga Mexicana— convierte cada encuentro en una celebración. Familias completas, grupos de amigos, parejas jóvenes y abuelos con sus nietos comparten gradas, risas y emociones. La seguridad y comodidad del Estadio Francisco I. Madero permiten que todos disfruten sin preocupaciones: hay zonas bien señalizadas, limpieza constante y espacios que favorecen la convivencia. Las mascotas del equipo recorren las tribunas tomándose fotos, se organizan dinámicas para el público y, al caer la noche, los fuegos artificiales elevan la emoción al máximo.
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Experiencia que deja huella en el Estadio Francisco I. Madero
En lo que va de la temporada, los Saraperos han ofrecido partidos temáticos, juegos con causa y celebraciones que suman valor a la experiencia. Más allá del resultado, lo que permanece es la memoria compartida: una tarde de verano, una ola en el estadio, un niño con su primer jersey, un aplauso que se da en familia. Eso es lo que hace del Madero un lugar que vale la pena visitar.
Ambiente sin barreras, para todas las edades
El estadio —reforzado tras varias renovaciones para albergar a más de 16 000 espectadores— conserva un ambiente seguro y festivo. Familias completas, adolescentes, adultos mayores, grupos de amigos nacionales e invitados foráneos se sienten bien recibidos. Se respira respeto, camaradería y un genuino disfrute del encuentro. Quienes visitan desde otras ciudades encuentran un entorno amable, con tips útiles para estacionarse y disfrutar sin contratiempos .