Fotos por Mariangela González @GogaPhotography
Marcela Cabral, líder de Fundidora Cabral ha demostrado que con determinación se pueden superar todas las expectativas
Marcela Cabral nació el 1 de mayo de 1974, en un hogar con una fuerte raíz empresarial. Desde pequeña, estuvo en contacto con el negocio familiar, Fundidora Cabral de Saltillo, emprendido por su abuelo y luego liderado por Rafael Cabral, su padre. “Fue mi ejemplo”, comentó Marcela, destacando la influencia que tuvo en su formación profesional.
Su vocación por la ingeniería surgió de su interés en comprender y mejorar los procesos productivos de la empresa. Siguiendo el consejo de un mentor, eligió estudiar Ingeniería Industrial en el Tecnológico de Saltillo y posteriormente realizó una maestría en Mercadotecnia en la Universidad Autónoma de Coahuila.
Huellas de acero
Desde su infancia, Marcela visitaba la empresa familiar, primero como espectadora y luego como colaboradora. Su primer proyecto empresarial fue una fábrica de velas, donde aprendió sobre administración, producción y responsabilidad fiscal. “Fue mi primera experiencia manejando un negocio por mi cuenta”, recordó.
Sin embargo, su padre la alentó a integrarse de lleno en la empresa familiar, donde se enfrentó a retos significativos. “Entrar a una industria dominada por hombres no fue sencillo”, comentó. Ganarse el respeto de sus colaboradores y demostrar su capacidad fue un desafío que enfrentó con determinación y empatía. Inició en el área de producción y, con el tiempo, asumió también las responsabilidades administrativas, consolidándose como la principal líder de la empresa.
A lo largo de los años, Marcela ha impulsado mejoras en los procesos productivos y administrativos, manteniendo el equilibrio entre la tradición y la innovación. La transición de liderazgo con su padre fue gradual, permitiéndole fortalecer su visión estratégica y su capacidad de toma de decisiones. “Mi papá sigue siendo mi referente, aunque ya no esté presente en el día a día”, afirmó.
“Yo creo que las mujeres hemos ganado mucho terreno y nos ha costado mucho pero cada vez vamos avanzando más, a lo mejor a un paso lento pero firme”
Marcela Cabral
La mejor motivación
Para la empresaria, Fundidora Cabral de Saltillo no es solo un negocio, es un vínculo con sus relativos. “Somos una familia dentro y fuera de la empresa”, expresó. La empatía y el trabajo en equipo han sido valores fundamentales en su gestión, permitiéndole generar un ambiente laboral armonioso y productivo.
Hoy en día, su esposo también se ha integrado al negocio, formando una mancuerna que le permite seguir expandiendo la empresa sin descuidar el equilibrio personal. “Contar con alguien de confianza a mi lado ha sido clave”, afirmó.
Marcela refleja la importancia de la perseverancia y la adaptabilidad, sobre todo en el tema de las empresas familiares y las sucesiones que conllevan. Desde sus inicios, ha demostrado que el liderazgo se construye con lealtad, compromiso y una visión clara del futuro. Su objetivo es seguir consolidando la empresa, honrando el legado de su familia y abriendo camino para futuras generaciones.