Fotos por Eduardo Corrales
De espíritu resiliente, claridad en la toma de decisiones y fe en la planeación, este empresario confiesa una obsesión por hacer las cosas mejor, misión que define su liderazgo
Luis Horacio Salinas González, originario de Monterrey pero saltillense de toda la vida, dirige hoy uno de los desarrollos inmobiliarios más prometedores de Saltillo. Sin embargo, su historia empresarial comenzó lejos de los terrenos que ahora urbaniza.
“Decidir emprender en una empresa de hielo en Mérida marcó mi vida profesional”, cuenta.
El negocio no prosperó como esperaba, pero el desafío de instalarse en una Ciudad distinta, y competir en un giro totalmente ajeno, le dejó lecciones fundamentales. “Se aprende más cuando las cosas no salen como uno espera”, reflexiona.
La capacidad de adaptación, adquirida en ese primer tropiezo, hoy alimenta su enfoque empresarial. “Entre más tiempo dediques a la planeación, mejor será la ejecución”, señala, contrastando su mentalidad actual con la confianza de sus 20 años.
El sello de Sagon
Desde hace seis años dirige Sagon Desarrollos, una firma que busca “crear espacios en los que a las personas les guste estar”. Con un enfoque centrado en la experiencia del usuario y la solidez de la inversión, su trabajo se ha consolidado en la capital. El proyecto Aura Place, en desarrollo actualmente, marca un punto de inflexión para la firma: “Es el inicio de una nueva etapa para nosotros en la verticalización y proyectos de usos mixtos”.
Pero Luis Horacio no se deja llevar por el entusiasmo fácil. “Me obsesiona el crecimiento ordenado y la institucionalización”, afirma con claridad. Esa búsqueda de estructura y permanencia es el eje de su modelo de liderazgo: “Siempre se pueden hacer mejor las cosas”.
Oportunidades del futuro
“Me preocupa la incertidumbre de los mercados internacionales y cómo pueden impactar a México”, comenta, aunque se muestra confiado: “Estamos haciendo los ajustes necesarios para adaptarnos”.
También es crítico con los mitos que rodean a su industria. “Hay una percepción de que no se cumplen los tiempos comprometidos”, reconoce, “pero es algo que se puede revertir con disciplina y una comunicación clara con el cliente”.
A pesar del contexto desafiante, ve una oportunidad en la evolución de las ciudades. “La tendencia al desarrollo vertical es una necesidad y una gran oportunidad”, asegura, convencido de que el futuro está en aprovechar mejor los espacios y servicios urbanos.
En la cotidianidad
Fuera del ámbito empresarial, Luis Horacio encuentra equilibrio en lo simple. “Lo que más me gusta es estar con mi familia, y si es al aire libre, mejor”, dice. Le apasiona el deporte, y confiesa admiración por quienes se proponen retos aparentemente imposibles, como escalar montañas o correr distancias insólitas.
Tiene también sus placeres culposos: “Me gusta algo dulce después de cada comida”, ríe. Su ritual matutino incluye ejercicio para arrancar el día con energía, y entre sus apps imprescindibles están Gmail y WhatsApp, herramientas clave para coordinar su universo personal y profesional.
Luis Horacio Salinas es audaz y resiliente. Su compromiso con el desarrollo urbano no solo transforma el paisaje de la Ciudad, sino que apuesta por un modelo de crecimiento responsable, con proyectos que invitan a quedarse.
Humano, directo y metódico, su historia recuerda que los fracasos también construyen cimientos, y que no hay mejor inversión que aquella que, como sus desarrollos, busca trascender.
“Entre más tiempo dediques a la planeación, mejor será tu ejecución”
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