Recientemente, tuve una capacitación en combate contra incendios forestales impartida por la CONAFOR. Fueron tres días intensos de teoría y práctica en los que comprendí la magnitud del reto que enfrentan los brigadistas.
A menudo vemos imágenes de hombres y mujeres vestidos de amarillo, luchando contra el fuego. Pero estar ahí es otra historia. El calor es insoportable, la radiación atraviesa la piel, el humo invade los pulmones y las brasas vuelan con el viento. Caminar hasta tres horas con una mochila de 20 kilos, además del equipo de protección, es parte de la rutina de estos héroes.
Ellos arriesgan su vida no solo para contener el fuego, sino para proteger nuestro futuro. La mejor manera de combatir un incendio es previniéndolo. Y ahí entramos nosotros.
Cada año, la temporada de incendios se vuelve más difícil. El calor extremo, la sequía y los vientos fuertes crean las condiciones perfectas para que cualquier chispa se convierta en un desastre. Y cuando un bosque arde, no solo se pierden árboles y fauna, también perdemos agua.
La Sierra de Zapalinamé nos provee el 40% del agua potable de Saltillo. Si la vegetación desaparece, el agua de lluvia no podrá infiltrarse en los mantos acuíferos, generando una crisis hídrica sin precedentes.
Prevenir está en nuestras manos:
- No enciendas fogatas en zonas no autorizadas.
- No arrojes colillas de cigarro.
- No dejes basura en áreas naturales.
Este año tenemos una temporada de incendios muy difícil. Las condiciones son ideales, mucho combustible ligero, falta de lluvia y aires fuertes están presentes para que cualquier incendio se convierta en uno de grandes proporciones.
Te invitamos a ser parte del cambio. Tómate una foto con el letrero “Yo prevengo incendios” y compártela en redes sociales usando el hashtag #YoPrevengoIncendios.
La naturaleza nos da aire limpio, sombra, agua y vida. Es momento de devolverle el favor.
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