La demanda nacional de vehículos en México se situó en casi 976 mil unidades, pero lamentablemente, la industria nacional solo pudo cubrir un poco menos del 34 por ciento de esta demanda.
El restante 66 por ciento de los vehículos fueron importados, lo que plantea un desafío significativo para los consumidores mexicanos.
La especialización de la industria automotriz nacional a menudo se vuelve una espada de doble filo. A las armadoras les resulta mucho más conveniente exportar sus vehículos que venderlos en el mercado interno.
Esto se debe en parte a que un mismo automóvil puede valer hasta un 20 por ciento más en Estados Unidos que en México, según Xuedong Liu, fundador del Centro de Estudios China-México (Cechimex).
Gerardo San Román, director de Checkmark, una empresa dedicada a la gestión de autos seminuevos, coincide en esta perspectiva al afirmar que siempre será más ventajoso vender un automóvil en Estados Unidos que en México debido a los márgenes de ganancia superiores.
Exportaciones Masivas
Las cifras respaldan esta tendencia. Durante los primeros nueve meses del año, México produjo un impresionante total de 2.9 millones de vehículos.
Sin embargo, asombrosamente, alrededor del 85 por ciento de estos vehículos, es decir, 2.4 millones, se destinaron a la exportación, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Este enfoque en las exportaciones no es nuevo, ya que tomó fuerza con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) anterior.
Más del 80 por ciento de las exportaciones de vehículos fabricados en México tienen como destino final los Estados Unidos o Canadá, según lo señalado por San Román.
México siempre ha sido un país enfocado en la exportación de vehículos, en lugar de satisfacer la demanda interna.
Como señala San Román, la idea de ser grandes productores siempre ha sido para atender a otros mercados, no al mercado interno. México es un país vendedor por naturaleza.
Diferencias en la demanda
Las diferencias en el poder adquisitivo y el espacio en los hogares también influyen en esta tendencia. Los estadounidenses, con mayor poder adquisitivo y hogares más espaciosos, tienden a demandar vehículos más grandes y costosos. Esto se traduce en una demanda que es más lucrativa para los fabricantes.
Por esta razón, durante el periodo de enero a septiembre, el 53.9 por ciento de los vehículos exportados desde México fueron SUV, lo que representa el mayor volumen por tipo de vehículo.
Las camionetas pick-up siguieron en importancia, con un 27.9 por ciento, según información de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), con datos de Inegi.
En contraste, el poder adquisitivo de los mexicanos es menor y las personas que suelen comprar vehículos nuevos a menudo viven en ciudades donde los espacios son más reducidos. Esto también es válido en China, como señala Liu.
Por lo tanto, los vehículos fabricados en China se adaptan más fácilmente al mercado mexicano y están al alcance del bolsillo de los consumidores locales.
