Por: Mauro Garza Marín
Presidente de Coparmex Jalisco
@garzamarin
En un mundo cada vez más globalizado, las empresas se ven obligadas a adaptarse a los cambios y avances tecnológicos si aspiran a crecer o a mantenerse en el mercado. En este sentido, y en el contexto de la industria 4.0, la tecnología y la sistematización de procesos se han convertido en una ventaja competitiva que impulsa el desarrollo y la productividad empresarial.
Datos del último informe global de tecnologías de la información del Foro Económico Mundial (FEM) muestran que nuestro país disminuyó 7 lugares en innovación, ciencia y tecnología, colocándose en la posición número 76 de 139 países; ante ello tenemos como reto involucrar a los jóvenes en la investigación y desarrollo de tecnología, trabajo en conjunto de iniciativa privada, gobierno y academia.
Jalisco ha demostrado ser capaz de generar las condiciones para un ecosistema de alta tecnología y emprendimiento; sin embargo, no debemos de asumir una postura de completo optimismo.
Falta la generación de políticas públicas encaminadas a incentivar a que los jóvenes modifiquen sus preferencias de estudio a las carreras del futuro, enfocadas a la tecnología y desarrollo de conocimiento, adecuadas a los requerimientos de un nuevo mercado laboral, muestra de ello son los estudios que dan fe de un alto porcentaje de los niños que actualmente se encuentran en primaria trabajarán en profesiones aún inexistentes, factor que obliga a realizar una reingeniería en los planes educativos.
Ante este escenario se vuelve cada vez más urgente el mejorar las currículas escolares desde niveles básicos a un pensamiento crítico y lógico, las matemáticas, lenguas extranjeras, pero adicional a ello, formar alumnos con valores éticos y sociales los cuales generan ciudadanos preparados a las exigencias del sector productivo, pero también comprometidos con su entorno.
La transformación digital que estamos viviendo nos obliga como empresarios a estar preparados con acciones concretas, como son apostar por la capacitación de nuestro capital humano, migrar a plataformas de trabajo digital que facilitarán la comunicación y los procesos al interior de la empresa, pero, sobre todo, a generar los lazos de comunicación y trabajo en conjunto con el sector público y las instituciones de educación. Desde el sector empresarial somos conscientes del valor de la educación en el desarrollo y competitividad del país y, además, del beneficio social que propicia para sus ciudadanos.
