Para un comensal común, un plato con hojarascas norteñas no es algo más que galletas espolvoreadas con azúcar y canela. Para Sonya Santos Garza, en cambio, se trata de un punto de partida fascinante: ¿en qué momento la manteca de puerco dejó de ser un ingrediente de esta receta?, ¿cuándo llegó el azúcar a América?, ¡aquí no había caña de azúcar!
“Tengo la curiosidad desbordada”; dice, con una sonrisa espontánea, la hija del empresario Ernesto Santos Zambrano y la escritora Sonya Garza Rapport. De ellos asegura que heredó la sensatez y la sensibilidad por las manifestaciones artísticas, respectivamente.
Consultora gastronómica, historiadora y promotora cultural, Sonya nació en Monterrey, pero lleva más de media vida en la Ciudad de México. Asume con orgullo sus raíces y presume que conserva su acento y los valores de trabajo, transparencia y templanza que la hacen norteña hasta la médula.
Desde su cuenta de Instagram, donde tiene casi 5 mil seguidores, esta multifacética mujer comparte información de platillos y tradiciones de diferentes culturas. Imágenes, videos y descripciones que ilustran desde la historia de la capirotada hasta las variedades de barbacoa disponibles en algunas regiones del país, entre cientos de anécdotas alrededor de la mesa.
“Detrás de todo lo que nos rodea hay una historia maravillosa, y la comida, que ha acompañado la evolución del hombre a lo largo de los milenios, no es la excepción”,
Sonya Santos
REGIA SAZÓN
En el marco del Festival Internacional Santa Lucía, por invitación de Lorenia Canavati, Sonya creó el concurso de cocina Nuevo León Sabe Bien, que en cuatro ediciones ha convocado a miles de personas con un propósito: recuperar la tradición culinaria de esta tierra.
Se trata del proyecto más entrañable en el que se ha involucrado Sonya, quien tiene la certeza de que a través de la gastronomía se puede conocer la historia de la humanidad.
“Incluir la historia de la receta es uno de los requisitos para participar, y ahí podemos saber cómo ha evolucionado la cocina, que estaba dentro de los fogones. Esas recetas estaban en las casas, en los cajones de nuestros ancestros y Nuevo León Sabe Bien ha permitido que ahora las conozcamos”, advierte.
En la cocina norestense, con cinco ingredientes se hacen maravillas, dice Sonya Santos. Ella le llama “la sofisticación de la sencillez”.
“Las cocinas tradicionales están regidas por lo que el ser humano tiene a la mano. Si te vas a Oaxaca, con esas selvas y montañas y vegetaciones pueden crear un mole de hasta 50 ingredientes. Nosotros no. Nuestra cocina norestense nace de los pocos elementos que la naturaleza nos dio y que hemos logrado transformar a partir de técnicas muy rudimentarias”, explica.
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Así, el asado de puerco no es otra cosa que el adobo de tres o cuatro chiles que se cuece sin agua en una olla y se le agrega manteca de puerco como conservador natural.
“¡Y mira nada más lo que creamos!”, exclama fascinada.
Para quienes desean adentrarse en el arte del buen comer, Sonya recomienda probar de todo y no tenerle miedo a los nuevos sabores.
“Es muy importante educar al paladar, promueve que evolucione la cocina, si no, nos quedamos donde mismo. Ahora con la globalización puede llegar hasta la puerta de tu casa toda clase de ingredientes”, señala.
Al respecto, Sonya predica con el ejemplo. Explora la cocina del mundo y recorre el país para descubrir la cultura y los platillos de cada región. Pero cuando le preguntan sobre su frase favorita, no duda en responder: “¡Nuevo León sabe bien!”.Lo dicho: norteña hasta la médula.
