La mejor forma de buscar un sueño es empezar con poner los pies en la tierra. En un mundo de hombres, Rebeca Landa no abandonó la ilusión de cumplir su propósito, que va más allá de triunfar en lo que hace, sino que trata de dejar huella y abrir espacios para futuras generaciones. En una palabra, la periodista deportiva y jugadora profesional de ‘flag football’ quiere trascender.
Rebeca Landa recuerda que en su casa siempre hubo deporte. Su padre jugó basquetbol y hasta la fecha, su mamá practica el tenis. Por lo que desde niña, ella estuvo en natación, futbol, judo, patinaje artístico, softbol, basquetbol, ballet, hasta que descubrió lo que es su verdadera pasión. El primer contacto que tuvo con el futbol americano fue la película Duelo de Titanes, desde entonces le comentó a su papá que quería jugar. Lejos de asustarse por ser un “deporte de hombres”, la acompañó a un club local, al cual llegaron tarde: “La edad límite para entrar era de 9 años y para ese entonces yo ya tenía 13”, recuerda. “Entonces acepté mi realidad de tener que vivir como aficionada del futbol americano, pero siempre me encantó”.
Cuando cumplió 15 años, le pidió a su hermano que la dejara jugar en su equipo. Luego, un amigo que sabía del cariño que le tenía al futbol americano la invitó a su torneo intramuros de tochito; “Yo no sabía qué era. Fui, vi el balón
CUARTO DE HOMBRES
De entrada, Rebeca había escogido una disciplina que tradicionalmente no practicaban las mujeres, sin embargo para ella no era algo raro. “Crecí en una casa para niños de la calle, mi papá, Agustín Landa García-Téllez, era el Director. En esa casa, vivían 72 niños y yo; si mi papá me hubiera limitado, no hubiera hecho muchas cosas. Siempre conviví con hombres, no entendía cómo el mundo vivía la diferencia de género porque en mi casa nunca se vivió”.
Desde entonces, no paró de jugar. Quizá un tiempo, en el que estudió en la universidad de sus sueños, la Universidad de las Américas, donde había logrado obtener una beca académica en la carrera de Artes Plásticas. Pero el destino lo tenía todo planeado. En la universidad, había un canal en el que la especialidad era el futbol americano: “Llegué, hice casting, presenté un examen de conocimientos y me pidieron que fuera la analista de futbol americano. Entonces me convertí en la primera mexicana en narrar un partido de futbol americano. Tenía unos 20 años de edad”.
Con el tiempo, se le abrieron las oportunidades en otros deportes, incluso entró a un concurso que se llamaba Cantera Fox Sports. Ahí comenzó el verdadero sueño de ser profesional.
DESCANSO
Cuando Rebeca se graduó, su padre la apoyó para que siguiera en la comunicación deportiva y se fue a Miami a estudiar un curso de ‘broadcasting’. Hizo prácticas profesionales en un noticiero en Estados Unidos, donde aprendió sobre manejo de cámaras, edición y demás. A su regreso, le hablaron para el Abierto de Tenis de Monterrey, ayudaba mucho en la sala de prensa, coordinando. Tuvo varios trabajos como ‘freelance’.
“A veces jalaba cables o iba por tacos, porque era asistente. Escribía para un periódico una sección semanal, gratis, aunque de repente me pagaban, yo lo hacía porque pensaba en que luego podría entrar de manera permanente”.
Tras conocer a Raúl Allegre en una Navidad, meses para entrar a ESPN. “Fue largo, en ese tiempo yo seguía de ‘freelance’, vendía seguros y era entrenadora de un equipo de tochito en una universidad en Puebla. Ahí estaba sobreviviendo cuando me habló ESPN y me dicen que me van a contratar”.
REBECA DE ‘ORO’
Para la hoy periodista deportiva y jugadora profesional de ‘flag football’, las cosas no fueron fáciles. Sin embargo, ella se muestra muy agradecida con cada cosa que vivió para llegar hasta donde está. “Hubo momentos muy difíciles en todo ese proceso en los que dudaba. Hoy, puedo entender el propósito de cada momento y puedo apreciar más en donde estoy”.
La fortuna de Landa no radica solo en logros en el ramo de la comunicación, sino que además cuenta con todo el apoyo de ESPN, donde actualmente trabaja, para seguir con su carrera deportiva. Forma parte del equipo que este julio ganó el torneo World Games Birmingham 2022 de ‘flag football’, donde pasaron por encima de todos sus rivales, incluyendo el local, para colgarse la medalla de oro.
“Es de las sensaciones más lindas que he tenido, el tema de la mujer y lo que podemos lograr juntas. Creo que generábamos esta hermandad, el deseo de que la otra triunfe, porque es un triunfo de todas. Me siento muy orgullosa del equipo del que soy parte. De repente me sorprendo y en ocasiones creo que no entiendo la magnitud de lo que conseguimos juntas”. Esa selección mexicana a la que Rebeca le costó tanto llegar, compitió en el mundial de Panamá en 2018, donde obtuvieron un cuarto lugar; luego un segundo en Israel (después de la pandemia) para finalmente alcanzar la gloria en Estados Unidos este año.
“Antes de empezar el torneo nos juntamos para platicar de lo que significaba y nuestro lema para los últimos seis meses de proceso era ‘Piensa en oro’. Luego pensamos: ‘qué pasa si no llegamos con el oro’. El mensaje que les di es que en realidad nunca habíamos jugado porque pensamos.
“Predico con el ejemplo. Estoy en contra con eso de que la mujer sea nada más un adorno, creo que la mujer puede ser hermosa, estar cómoda con su cuerpo, en cómo se viste, pero la mujer es mucho más que solo belleza. La mujer es inteligencia, es lucha, es capacidad. Mi forma de aportar es yo siendo esa mujer”.
