Las enfermedades y padecimientos cardiovasculares son una de las principales causas de muerte en nuestro país, siendo el infarto al miocardio uno de los más comunes. Un caso de este tipo, en su carácter más agudo, llegó a la sala de urgencias del Hospital Angeles Valle Oriente el pasado mes de noviembre, donde un grupo multidisciplinario de médicos se dio a la tarea de actuar y salvar la vida de este paciente.
La Dra. Mariana de la Parra Galán, especialista en medicina interna y medicina crítica, quien además es directora de la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital, atendió a este paciente masculino de 50 años que inicialmente presentaba una falla respiratoria grave, lo cual después detectó se trataba de un infarto agudo, por lo que decidió llamar a dos de sus colegas del área de cardiología para atender el caso.
El diagnóstico: infarto al miocardio con choque cardiogénico, una complicación poco común, pero extremadamente letal si no se actúa con prontitud, pues este diagnóstico tiene un índice de mortalidad del 50% de los casos.
Complicaciones agudas
El Dr. Ricardo García de la Peña, cardiólogo clínico y cardiólogo intervencionista, especialista en procedimientos mínimamente invasivos, y quien estuvo encargado de la cirugía de este paciente, explica un poco más sobre esta condición poco usual. “El choque cardiogénico significa que no está fluyendo de forma normal la sangre en todo el cuerpo porque el corazón está fallando. Un infarto, que es la obstrucción de alguna o de varias arterias del corazón, daña o deteriora la fuerza de contracción del corazón y provoca que la sangre no fluya en todo el cuerpo, lo que daña también a otros órganos como los riñones, pulmones y cerebro. Por eso es tan importante el manejo multidisciplinario”.
Como lo menciona el médico, el trabajo en equipo es vital, pues se necesita estabilizar los órganos de manera integral al ingreso del paciente, para después evaluar y darle seguimiento clínico con ultrasonido al corazón, y finalmente actuar con una intervención precisa para resolver esa obstrucción de las arterias, mediante cateterismo y angioplastia coronaria.
Para lograr un resultado exitoso y cuidar la supervivencia del paciente fue necesario brindar asistencia ventricular con el dispositivo Impela CP®, que funge como una bomba mecánica que le ayuda al corazón a realizar su función cuando está muy débil y así soportar la cirugía.
Este dispositivo es de mínima invasión, es prácticamente indoloro y puede durar hasta 14 días en su posición. Su utilización reduce en gran manera las complicaciones, el sangrado, y el tiempo de recuperación.
El Dr. Felipe Alberto Valdéz Dávila, médico internista, cardiólogo y ecocardiografista, estuvo también involucrado en este caso, llevando a cabo la evaluación y detección de la afectación en el corazón. Él nos comenta que existe un parámetro llamado fracción de expulsión, que se refiere al porcentaje de sangre que es capaz de expulsar el corazón, el cual entre 50 y 70% es lo normal.
“El paciente llegó con 10%, es decir es una quinta parte del mínimo que debería de tener, y a casa se fue con 38%. Está lejos de lo normal, sí, pero ya con más de 30% puedes desempeñar actividades básicas de tu vida diaria, puedes caminar”, asegura.
Sincronización estratégica
“El éxito de en estos casos es el trabajo en equipo entre diferentes especialidades…”, comenta el Dr. Ricardo García, pues lo que inició como una afectación al corazón también impactó negativamente a otros órganos, por lo que fue necesario la asistencia del Dr. Rogelio Maya, nefrólogo, quien administró terapia de sustitución renal debido a una falla en los riñones, es decir, hemodiálisis, la cual se logró retirar exitosamente, así como también se logró retirar la ventilación mecánica que daba soporte a los pulmones.
La Dra. Mariana de la Parra nos comenta que el protocolo de atención en el área de urgencias está enfocado a reducir al máximo el tiempo de comunicación y respuesta entre médicos de distintas especialidades, y es justo eso lo que juega un papel importante: la proximidad y la infraestructura.
“En este caso en específico tuvimos mucho a nuestro favor, desde el punto de vista de estructura y de acceso a los servicios del hospital. Pudimos hacer el diagnóstico de manera temprana porque contamos con el equipo médico y de laboratorio necesario, y oportunamente se incluyó al equipo, tanto de cardiólogos como intervencionistas y ecocardiografistas, y hubo oportunidad de actuar a tiempo”, enfatiza.
Tecnología y experiencia, herramientas clave
El Dr. Felipe Valdéz destaca que la utilización de tecnologías como el ultrasonido y dispositivo de asistencia ventricular abonan a la gran preparación y experiencia de los especialistas del hospital, y marcan la diferencia en los resultados. “Gracias a que hemos podido enriquecer la práctica diaria, tanto en consulta y emergencias como en diferentes ámbitos del hospital, podemos enriquecer también el diagnóstico, y eso nos da oportunidad a ser más eficientes y más precisos. Yo creo que de eso depende también cómo le va al paciente”.
A las dos semanas de su ingreso a la sala de urgencias por falla respiratoria, el paciente fue dado de alta con estabilidad y hoy se recupera en casa, con medicamentos y descanso, de un padecimiento con una de las mayores tasas de mortalidad.
El seguimiento también es parte fundamental del procedimiento, los médicos se encuentran en comunicación con los familiares y el paciente en su recuperación. Este contacto y la oportunidad de ver al paciente volver a sus actividades les genera una gran satisfacción a estos médicos.
“Siempre es grato y satisfactorio poderte desarrollar profesionalmente en un lugar donde cuentas con todo el soporte, donde tienes colegas especialistas que son excelentes en su área y donde ves que a tu paciente le va bien. Para mí fue una experiencia muy positiva, muy enriquecedora y ese tipo de casos me motivan a seguir haciendo lo que hago”, comparte la Dra. Mariana.
El Dr. Ricardo se muestra muy orgulloso de poder impactar positivamente, devolver la salud al paciente y la tranquilidad a su familia. Asimismo, comenta que la clave de la medicina actual yace en la colaboración entre médicos, un enfoque que está presente en el ADN de Hospital Angeles Valle Oriente.
“Esa es la filosofía que tenemos actualmente en nuestro hospital, los tiempos de competencia entre especialistas han quedado en el pasado, hoy estamos enfocados en sumar, en crecer y en ser equipos multidisciplinarios de diferentes especialidades. Eso está demostrado que mejora la calidad de la atención y hace que la medicina sea más enriquecedora para todos”, concluye.
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