Desde muy joven, Lucía Sada comenzó hacer de su pasión una fuente no solo de ingresos, sino también de felicidad, realizando distintos proyectos hasta finalmente llegar hasta donde se encuentra hoy con Lucía Sada Eventos, negocio enfocado a la organización de eventos y al servicio de catering.
“Primero empecé con renta de equipo, mobiliario, cristalería, toldos, loza, entre otras cosas”, comenta Lucía. “Después fui complementando con un menú más amplio para todo tipo de eventos sociales y corporativos. Siempre teniendo en mente cerrar el círculo de nuestro negocio con un lugar físico para realizar eventos. Hoy me siento orgullosa que es una realidad y ya hemos hecho nuestros primeros eventos en Magnalia”.
Tener esa claridad para impulsar un nuevo negocio viene gracias a una familia de emprendedores. Así, emprender se vuelve el único camino cuando el abuelo de Lucía tenía su empacadora en Saltillo y su papá fundó Fanal. “Mi familia es grande, tengo siete hijos, por lo que entrar a una empresa con un horario de 9:00 am a 7:00 pm nunca lo consideré como opción”.
Como ingredientes clave del éxito está el hecho de que Lucía es una persona a la que le encanta estar activa, le apasionan los negocios y, sobre todo, la cocina. A esto se agregó la posibilidad de adquirir un negocio de renta de equipo y posteriormente un terreno que hoy es el ‘showroom’.
“No creo tener un momento Eureka o algo por el estilo, es más bien algo que siempre he sentido como el único camino [emprender]. No me imagino mi vida de ninguna otra forma”, explica. Lo que sí es importante para Lucía es dar gracias a Dios por poder sacar a la familia y al negocio adelante.
Con esta visión, hoy Lucía y su equipo pueden atender toda clase de eventos sociales sin importar su tamaño; desde aquellos enfocados a un solo cliente hasta atender a 5,000 personas. A esto se agrega el reto de haber tenido que salir de su zona de confort para ofrecer nuevas soluciones porque las necesidades de sus clientes han cambiado durante la pandemia; por ejemplo, en la forma de servir los alimentos para evitar los contagios u organizar bodas más pequeñas.
“Es adaptarte a cada época, momento y circunstancia a lo que tu cliente va queriendo, tratar de hacerlo lo mejor posible en la cocina para que la gente quede muy complacida con la expectativa o incluso superarla”, detalla Sada.
Para Lucía Sada, no hay nada más que le fascine que la idea de superar las expectativas de sus clientes. “Me encanta decir que ‘sí podemos’ cuando otros han dicho que no y además de hacerlo a lo grande”, señala.
Lo único que se tiene que hacer para alcanzar esa clase de objetivos es trabajar cada vez más para crecer como persona, considerando que, para crecer los negocios, no hay atajos. “Para hacerlo he tenido que sacrificar mucho de mi tiempo y otras cosas, pero si no lo hubiera hecho creo que hoy no estaríamos donde nos encontramos”, dice Lucía.
Las cosas no se dan de la noche a la mañana, todo viene acompañado de aprendizajes. Nada es fácil, hay que tener mucha paciencia y persistencia para lograr lo que se quiere alcanzar. Esto también implica recibir la crítica de forma constructiva con la intención de poder corregir lo que se tenga que hacer con la intención de continuar mejorando.
Todo este compromiso se refleja en esas ganas de continuar creciendo Lucía Sada Eventos, buscando mantener el ritmo de crecimiento en el corto plazo; terminar la fase final del proyecto Magnalia en el mediano plazo para echarlo a andar; y a largo plazo buscar nuevas ciudades en las que pueda ofrecer sus servicios.
“Las cosas se acomodaron, estuve en el lugar indicado, con la gente correcta, en el momento preciso para hacerlo”, explica Sada. “Hacer algo con mi tiempo y darle una calidad de vida a mi familia es lo que me animó a empezar el negocio”.