Hace casi ocho años, Mario Banda y Daniel Treviño, dos amigos de preparatoria con carreras en diseño industrial y derecho, respectivamente, lanzaron lo que hoy se ha convertido en un referente en el mundo gastronómico de México: el blog La Panza es Primero.
En sus inicios no había un rumbo claro para el proyecto, pero con el tiempo lograron posicionarse como una de las voces más influyentes en la escena culinaria, un logro que no hubiera sido posible sin su adaptación a las tendencias, el contenido de calidad y una estrategia de crecimiento bien definida.
Desde sus inicios, La Panza es Primero no fue un proyecto improvisado. Mario y Daniel venían de carreras ajenas al mundo de la comida, pero con habilidades que complementaban sus necesidades.
Mientras que Mario, de formación en diseño industrial, tenía experiencia en proyectos gráficos y marketing, Daniel tenía una carrera en leyes. Ambos supieron llevar su pasión por la gastronomía y el contenido digital hacia una marca fuerte y reconocida. Esta combinación de habilidades resultó clave para crear una base sólida en términos de comunicación y presentación visual.
Cuando comenzaron, la escena digital tenía una saturación como la actual. El auge de los blogs de comida y los influencers apenas comenzaba, lo que les permitió encontrar una ventana de oportunidad para experimentar y crecer.
Sin embargo, fue hasta la pandemia cuando realmente dieron el salto en sus métricas. En sus inicios, la mayoría de su contenido consistía en fotografías y videos sin audio, centrados en la preparación de alimentos. Con el confinamiento, vieron la necesidad de evolucionar y decidieron ponerse frente a las cámaras, asumiendo el papel de anfitriones y convirtiéndose en las caras visibles de su marca.
La importancia de adaptarse al cambio
El cambio fue radical. Mario y Daniel, quienes siempre habían trabajado detrás de escena, tuvieron que adaptarse a ser figuras públicas y crear contenido más dinámico y cercano a los usuarios virtuales.
Enfrentarse a la cámara fue un desafío, pero pronto comprendieron que este era el paso natural para seguir creciendo. Como comenta Mario:
“El público demanda caras y personalidades, no solo fotografías”. Fue así como empezaron a ganar seguidores más fieles, quienes no solo disfrutaban del contenido gastronómico, sino también de la interacción con los creadores.
Daniel Treviño
Este cambio hacia el protagonismo personal les permitió conectar de una forma más íntima con su audiencia. “
"Siempre he sido un poco más introvertido, pero con el tiempo me di cuenta que a la gente le gusta también ver esa parte más seria o tranquila. Nos complementamos bien porque Daniel es más extrovertido”, explica Mario.
Esta dualidad entre los dos les permitió ofrecer una variedad de contenido que resonaba con diferentes personalidades.
El contenido como piedra angular del éxito
Uno de los mayores retos para cualquier creador de contenido es mantener la constancia. En el caso de “La Panza es Primero”, esto se ha traducido en una producción incesante de contenido.
A lo largo de los años, han aprendido a diversificar su enfoque, generando alrededor de 70 videos al mes. Esto incluye desde visitas a restaurantes, entrevistas y videos tipo blog, hasta la incursión en la comedia y la elaboración de recetas propias.
Además, han comprendido la importancia de no centrarse únicamente en las colaboraciones pagadas. Según comentan, muchas de sus publicaciones son realizadas sin recibir compensación alguna, lo que les permite mantener una autenticidad que sus seguidores valoran.
“No lo hacemos por el reconocimiento ni por el dinero, sino por amor al arte y por generar contenido de calidad”, dice Daniel.
Daniel Treviño
Otro aspecto fundamental de su éxito ha sido su capacidad para mantener una identidad de marca fuerte. Desde el nombre “La Panza es Primero”, que fue seleccionado de una lista de 100 opciones, hasta la creación de una imagen coherente y pegajosa, Mario y Daniel siempre han priorizado que su proyecto tenga una identidad clara.
“Pensamos en nombres que fueran chistosos y que la gente pudiera relacionar con comida”, comenta Mario.
Esta atención al detalle en la creación de una marca sólida ha sido crucial para destacarse en un mercado saturado de competidores.
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El impacto en la gastronomía regiomontana y más allá
El crecimiento de “La Panza es Primero” ha coincidido con un auge en la escena gastronómica de Monterrey y del país en general. En los últimos años, la ciudad ha visto cómo varios de sus restaurantes han sido reconocidos a nivel internacional, incluyendo la obtención de estrellas Michelin. Este contexto ha permitido que el trabajo de Mario y Daniel se posicione como una herramienta de difusión y promoción importante para los establecimientos locales.
A lo largo de su trayectoria, han trabajado con grandes nombres de la gastronomía, y han sido testigos de la evolución de la industria de los creadores de contenido en México. Para ellos, el éxito no solo radica en tener una buena propuesta culinaria, sino también en crear una experiencia que conecte con el consumidor.
“Cuando ves un restaurante sin identidad, sin historia, es difícil posicionarlo. Las marcas con esencia siempre se distinguen”, explica Mario, destacando la importancia de una narrativa coherente en la creación de marcas exitosas.
Mario Banda
Mirando hacia el futuro
A pesar de su éxito, Mario y Daniel no se detienen. Siguen buscando formas de innovar y expandirse, no solo a través de nuevos formatos de contenido, sino también diversificando su oferta con eventos y proyectos comerciales.
A lo largo de los años, han aprendido que la clave para mantenerse relevantes es nunca dejar de evolucionar y adaptarse a las necesidades cambiantes del público.
“La Panza es Primero” ya no es solo un blog, es una marca que representa la evolución del contenido gastronómico en México y un ejemplo de cómo la perseverancia y la pasión pueden llevar un proyecto a convertirse en un fenómeno cultural.
