Para él, lo más importante es su familia y hacer de su empresa su segundo hogar, tanto para él como para sus colaboradores. El director general de Hultek emplea a 200 personas, dirige la empresa hace 10 años y, en los últimos cinco años, el equipo que lidera tuvo un crecimiento en ventas del 50%.
Carlos es el mayor de sus hermanos. Creció en conjunto con la empresa familiar que fundaron su papá y su tío que, en sus inicios, se enfocaba en la fabricación de refacciones para la industria siderúrgica.
Hoy, con su liderazgo, empuje, y honrando la tradición familiar de trabajo y dedicación, Hultek está por mudarse a un hub manufacturero que integrará las áreas de ingeniería de desarrollo, producción de piezas de hule, calidad, laboratorio, almacenes y logística.
ASÍ SE FORMA UN LÍDER
Tres años después del inicio de operaciones de Hultek, cuando aún era un pequeño taller, Carlos llegó a la vida de sus padres. Desde pequeño, se involucró en el negocio. Recuerda que los fines de semana visitaba la fábrica; durante sus años de secundaria y preparatoria pasaba ahí todas sus vacaciones de semana santa y de verano. “Me tocó operar las máquinas, algunas de las que aún ahora conservamos. Moldee las piezas, y eso me ha ayudado mucho a entender el negocio”.
Las figuras que lo inspiran son, principalmente, su abuelo materno y su papá. Su abuelo, que era ganadero, le dejó un legado de unión en la familia y trabajo. Eso es lo más importante para él y por lo que se esfuerza día a día. Unas de las experiencias académicas que más le aportaron conocimiento fueron sus estudios en el extranjero: en Vancouver, obtuvo un certificado en Logística; y en Shangai, uno en Comercio Internacional. Después de graduarse, trabajó en PepsiCo como analista financiero. Recuerda que una de las razones por las cuales decidió no integrarse de manera inmediata fue para conocer otra empresa e involucrarse en otra área, con compañeros con los que pudiera aprender cuál es la dinámica en otras empresas.
TOMAR EL MANDO
La compañía continuaba con su crecimiento y, debido a las nuevas oportunidades de negocio, hubo un cambio en las líneas de extrusión. El padre de Carlos le planteó el proyecto, y él decidió integrarse por completo a Hultek. “Él seguía como director general, y estuvimos trabajando juntos unos tres o cuatro años… Luego, empezamos a platicar sobre la transición familiar. Una de las ventajas es que él siempre me ha apoyado, y fue su decisión, no un cambio de urgencia por cuestiones de salud o algún otro problema”. El proceso de cambio de dirección duró alrededor de dos años. Actualmente, su papá es presidente del consejo de la empresa.
“Mi papá ha estado al pendiente de muchas maneras. Cualquier duda, sé que puedo consultarla con él; lo veo como un experto en todo: sabe mucho de contabilidad, ventas, química, proceso y calidad. No me he sentido solo, y sé que tengo un apoyo en el cual recargarme por si surge un problema”.
El anuncio de que él se haría cargo de la empresa ocurrió durante un evento de integración con todo el equipo de la compañía. De ese momento, recuerda la sensación de impacto e incertidumbre cómo impulsaría a la empresa porque, en ese momento, consideraba que no tenía todas las herramientas necesarias.
“Surgen las dudas de todo tipo. Estaba muy joven cuando tomé la dirección general, tenía alrededor de 27 años, y ya había personas con más de 35 años dentro la compañía… El principal reto fue el miedo a fracasar, que es lo que, a veces, te paraliza”.
Aún con las dudas, Carlos reestructuró toda la compañía para llevarla a un nivel más competitivo globalmente: agregó nuevos departamentos de ingeniería y desarrollo, y comenzaron a trabajar de manera más estructurada. “Ese es un reto en el cual aún sigo trabajando. Se trata de darle su lugar a las personas que trabajan en Hultek, y que esto no dependa de una persona o de una familia. El que la estructura esté muy bien cimentada es lo que determina lo fuerte que somos como empresa”.
LA NUEVA ETAPA
Después de pensarlo durante varios años, poner en pausa los planes debido a la pandemia y reevaluar la situación, finalmente, como empresa y familia, tomaron la decisión de construir una nueva nave que integrara las tres que tienen actualmente. Se trata de un hub en el Parque Industrial Mitras con extensión de 8,000 metros cuadrados en la primera fase; gracias a esta expansión, incrementarán su producción en un 20 por ciento.
Este es el nuevo reto al que Carlos se enfrenta. Para el futuro, además de la apertura y puesta en marcha en su nueva ubicación, espera que la compañía continúe transformando y dándole un lugar seguro para trabajar a los colaboradores.
“Quisiera dejar una empresa de la que todos se sientan orgullosos; una empresa que pueda subsistir independientemente de la persona que esté al frente: que estén bien definidas las áreas y responsabilidades, que siga fabricando productos de calidad, y que sea reconocida como líder en el mercado. Además, que ayude a otras a ser mejores, que haga algo por la sociedad, porque en México necesitamos de mucho apoyo y me siento, de alguna manera, responsable de eso: quiero aportar algo, dejar algo aquí”.
A Carlos lo motivan sus dos hijos, su esposa, familia extendida, y llegar a la empresa a la que considera su segunda casa. Además, trabajar con un grupo de personas que están dando todo por la organización, y que saben que forman parte del mismo equipo.
“Me siento con el compromiso de responderles de la misma manera. Creo que esperan mucho de mí, y trato de darles el apoyo que necesitan, alentarlos. Todos tenemos momentos difíciles, y tenemos vida fuera de la empresa. Siempre trato de empatizar con ellos, y darles los recursos para que se puedan desarrollar”.
Al respecto de continuar con la sucesión empresarial-familiar, mencionó que le gustaría tomar en cuenta las decisiones de sus hijos: sus metas, intereses y gustos. “Si en algún punto coincide parte de la visión de Hultek con lo que ellos quieren hacer, podría haber alguna oportunidad”.
