Dueña de un estilo único, Viviana Urrea comenzó a forjarse un nombre en el diseño de modas con vestidos de fiesta para consolidar su estilo con vestidos de boda, ese objeto del deseo. Ese camino le ha dejado un sinfín de satisfacciones.
“Empecé a diseñar vestido de fiesta y poco a poco, como a los tres años, hice el primer vestido de novia y me enamoré. Me encantó el proceso y me fui encaminando a ese segmento”, explica Viviana.
Además, se dio cuenta que no sólo diseñaba una pieza textil, sino que también materializaba una parte de los sueños de muchas mujeres. Transformó su taller en uno dedicado a alta costura y se hizo acompañar de mujeres talentosas para desarrollar el proceso de confección desde cero.
“En Guadalajara estamos acostumbradas a un estilo muy bohemio. En Viviana Urrea Bridal lo que hacemos es apostar por la calidad dentro del vestido que por hacerlo ‘flashi’ o llamativo. La verdad es que mucho más sencillo hacer un vestido así que minimalista, que es nuestro estilo. Porque el minimalismo debe tener una estructura elegante, bien hecha y donde resalta la novia. Nosotras queremos un estilo un poquito más europeo, más encarnado”.
Viviana cuenta que si bien está afincada en la Zona Metropolitana de Guadalajara, su trabajo también llega a mujeres de otras ciudades. Gran parte de su clientela, que apela a deslumbrar durante la ceremonia, llega desde el centro del país, por lo que comienza la idea de expandirse.
“La verdad es que no es muy fácil encontrar un vestido así en México, y yo creo que 40% de mis clientas de novia son de la Ciudad de México y de Querétaro, pero he confeccionado para mujeres de todo de todo el país. Lo que sigue ya ir abrir un showroom en la capital”.
Un giro de 180 grados
La pasión por el diseño de Viviana Urrea no se queda solo en prendas de boda. Dueña de una mente inquieta, comenzó a explorar las antípodas de lo que confecciona y abrió Cubana, una marca de ropa de playa.
La cuarentena ocasionada por la pandemia fue el detonante para que decidiera impulsar su nuevo proyecto. “Cubana era una marca que estaba intentando sacar desde hace mucho tiempo. Es un proyecto que empecé como un juego y resultó ser un boom”.
Y así como la crisis de salud fue el motor para iniciar Cubana, la vuelta a la normalidad y las ganas de recuperar el tiempo de descanso le han dado un impulso no esperado.
“Ahora tenemos mucho más accesible el tema de salir de vacaciones y con eso la gente empezó a buscar muchísimo más a Cubana. Además es un concepto que va más allá de traje de baño, es muy de estilo chic y de gente que busca pasarla bien en sus vacaciones o cuando está en la playa”.
Viviana cuenta sorprendida que no espera una respuesta tan positiva a su proyecto. “Comencé con seis piezas y literalmente me las arrebataron, así que fue comenzar a materializar y comercializar en forma a Cubana lo más pronto posible”.
Puntualiza que una de las claves de ese éxito radica en el diseño y la comodidad de las piezas. “Yo uso la marca porque no sólo me gusta, también me hace feliz”.