Montserrat Moragrega ha tenido tres anclas importantes en su vida, que son la equitación, la maternidad y la psicología.
Ella descubrió su verdadero camino dentro de la psicología, pero su trayectoria comenzó estudiando leyes, incluso, en esa carrera obtuvo la Medalla Mariano Otero por su excelencia en la investigación y contribución a la ciencia.
“Hice mi servicio social en la Comisión de Derechos Humanos y ahí me invitaron a tomar un diplomado en victimología y criminología. Fue en ese momento que algo se movió dentro de mí, me di cuenta de que más allá de las leyes, lo que realmente me apasionaba era entender cómo piensa el ser humano”, recordó.
Además, Montse es practicante y promotora del deporte ecuestre, lo cual relaciona de manera directa con la psicología. “La equitación ha sido una de mis grandes pasiones, y durante muchos años le dio sentido a mi vida. Cuando era niña, los caballos fueron mi refugio, en momentos de soledad o tristeza, ellos eran mi compañía, mi calma”, contó.
Más adelante se convirtió en mamá y comenzó a interesarse profundamente en la manera en la que se forma y funciona el cerebro. “Por eso estudié la maestría en psicología cognitiva, pensando mucho en mis hijos. Me emocionaba entender cómo se desarrollaban, cómo aprender mejor”, expresó.
Y finalmente llegó la maestría en psicología del deporte, con lo que amplió su carrera en el mundo ecuestre, convirtiéndose en una entrenadora más consciente, empática y efectiva.
“La psicología, la equitación y la maternidad han sido tres anclas en mi vida. Se han entrelazado de una manera muy natural y me han formado tanto como profesional, como persona y como mamá”, apuntó.
Todo tiene un inicio y un fin
Durante un tiempo, Montserrat comenzó a estudiar el tema de las adicciones y entonces se dio cuenta de que la literatura sobre temas de codependencia emocional en español era muy poca, casi no había libros que trataran este asunto en habla hispana, por lo que decidió escribir su primera obra.
“Al salir de una relación de abuso, me integré a un grupo de Al-Anon, que aunque está enfocado a familiares de alcohólicos, me sirvió muchísimo porque trabajé desde el fondo mi carácter codependiente (…) Me pregunté: ‘¿cuántas personas estarán como yo, atrapadas, sin una guía clara, sin entender lo que les pasa?’ Y ahí nació la necesidad de escribir”, relató.
Originalmente iba a ser un sólo libro, pero al darse cuenta de la profundidad de cada tema: abuso, control y codependencia, decidió hacer una trilogía de piezas pequeñas, fáciles de leer y que pudieran acompañar a cualquier persona justo en el momento en que más lo necesita.
“Me gustaría ayudar a las personas a descubrir que ellos mismos son lo más importante en su vida. Que antes de poder dar algo a los demás, primero tienen que aprender a darse a sí mismos. Que si han lastimado a otros, probablemente también se han lastimado a sí mismo y que antes de pedir perdón afuera, hay que pedirse perdón por dentro”, puntualizó.
Compartir la vida también es felicidad
Próximamente Montserrat pronto lanzará su más reciente libro sobre psicología del deporte con el cual pretende apoyar a los lectores a fortalecer el entrenamiento mental ofreciendo herramientas accesibles que realmente marquen la diferencia en los atletas.
“Después de eso, tengo dos ideas más en mente: Una es un libro sobre coaching de vida, que todavía está en etapa de planeación, y la otra es un libro de lecturas diarias para acompañar el proceso de crecimiento personal con reflexiones breves, prácticas y llenas de sentido”, exclamó.
Para conocer más a la autora, sólo basta con leer su obra “El rompecabezas de una mujer rota”, el cual es una mezcla de realidad con ficción con un trasfondo emocional real, la cual reconoce como una autobiografía disfrazada de novela. “Hay mucho de mí ahí, aunque también mucha imaginación”, advirtió.
“Escribir me apasiona. Aunque mi fuerte está en la psicología y los libros de autoayuda, las novelas son mi espacio de juego, de creatividad. No les hago mucha publicidad, pero las disfruto muchísimo”, finalizó.