Parte de una tradición joyera en la entidad, Álvaro Azpeitia asumió la presidencia de la Cámara de Joyería de Jalisco como un reto personal y profesional. Hijo de Alfredo Azpeitia, quien llevó las riendas del organismo a principio de la década de los años 90, es ahora el primer líder de segunda generación en el ramo.
Conocedor de los entresijos de la industria de la joyería, Álvaro comenzó su desarrollo desde los talleres antes de cumplir la mayoría de edad.
“Empecé desde pequeño a empaparme. Cuando eran vacaciones escolares tuve la oportunidad de trabajar haciendo de todo: desde llevar un paquete o apoyar en cobros. Esa fue la primera etapa. Ya después, gracias a mi papá me recibieron el taller de Joyerías Aplicsa para aprender y adquirir diversos conocimientos. Ahí me enseñaron todo lo relacionado con el montado de diamantes, el tema de la brillantería, la clasificación de las piedras naturales, el mercado de lujo… todo lo aprendí ahí mientras estudiaba la carrera”, señala en entrevista.
Tras su paso en una las casas de joyas más emblemáticas de la ciudad, regresó a Grupo Azpeitia para impulsar sus propias ideas. La empresa familiar es reconocida por su producción y diseño en 10 y 14 kilates, y ante ese panorama, Álvaró impulsó la creación de una nueva línea.
“Al principio hubo diferencias de ideas. Imagínate que llega un chavo de 22 años a querer imponer sus proyectos, hablando de mercadotecnia y branding a una empresa que lo ha hecho bien durante décadas. Y lo por lo que optamos, que creo que fue lo más sano en su momento, fue crear una nueva línea de joyería que justificaba el tema de poder hacer todo el marketing ya con estuches, etiquetas, notas… porque ya se trataba de un artículo diferente y que se vende diferente hasta la fecha en el en el gremio: la joyería de brillantería. Es diferente porque no entra en un esquema de un precio por gramo, sino por pieza”.
La sinergia resultante de ambas propuestas rindió fruto y a la fecha comparten canales de distribución y espacios de venta.
Regalos e inversión
Álvaro Azpeitia sonríe ante la pregunta de si aún compra joyas para regalar. Entre buen humor comenta que casi siempre que quiere hacer un obsequio, termina adquiriendo mercancía de su “competencia”, que no es otra más que sus amigos, socios o agremiados.
“Cuando hay exposiciones yo aprovecho para ir a ver qué hacen mis compañeros, qué diseños tienen ahí. Siempre hay muchísima oferta y muchísimo diseño dentro de la joyería mexicana y casi siempre, te puedo asegurar, que acabo comprando de mi competencia”.
Apunta que las joyas son parte de un tema cultural. “Las joyas están en todos los momentos importantes de nuestra vida. Para pedir matrimonio, para sellar una alianza, en Navidad o los cumpleaños regalamos anillos, aretes, gargantillas… Pero no se necesita una fecha especial, pasa que si ves una joya con el nombre de tu novia o esposa, la compras por el hecho de tener algo personalizado”.
Además, explica que los mexicanos cada vez más comprar estos bienes a manera de inversión. “El tener oro, playa o joyería en general es una inversión, el metal siempre está en constante revalorización. Y si por algo no te gusta, puedes modificar su diseño o simplemente venderlo”.
La capital mexicana de la joyería
Guadalajara es el epicentro de la joyería en el país, cuenta con más de una decena de centros dedicados a la compra y venta de este artículo de lujo, y es visitado por turismo de negocios que viene exclusivamente a adquirir lo que se hace en la Perla Tapatía.
En ese sentido, y como presidente de los joyeros, Álvaro Azpeitia señala que uno de sus proyectos es que la ciudad se convierta también en centro comercial de América Latina.
“Solo aquí en Guadalajara tenemos 15 centros joyeros y son más de mil 500 puntos de venta. Transformamos 20 toneladas de oro al año y 80 toneladas de plata. La joyería representa un sector muy importante para la ciudad y el país, por eso ya Guadalajara es la capital joyera y queremos que ese apellido no se quede aquí, sino impulsarlo a nivel Latinoamérica: queremos ser reconocidos como el hub de la joyería en toda la región”.
