Por Patricia Rivera
Licenciada en Nutrición y Ciencias de los Alimentos por la Universidad Iberoamericana
FB: DietadelosAsteriscos
La necesidad de estar delgados ha provocado que nuestra relación con la comida y con nuestro cuerpo se vuelva disfuncional.
La sociedad constantemente nos manda mensajes sobre que el tener un cuerpo delgado nos hará felices, y es por lo que muchas personas se someten a dietas restrictivas y se pasan horas en el gimnaso; y cuando no obtenemos los resultados que queremos nos frustramos, dejamos todo y volvemos a acumular grasa.
Cuando no nos gusta cómo nos vemos podemos llegar a pensar que no valemos y a creer que solo cuando tengamos el cuerpo esperado seremos felices. Cuando vivimos preocupados o frustrados por no cumplir con las expectativas, nos sometemos a un grado de estrés que afecta todas las áreas de nuestra vida; relaciones, trabajo y familia.
Además, el estrés eleva nuestros niveles de insulina y cortisol provocando ansiedad por comer y almacenamiento de grasa corporal, pérdida de músculo y aumento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes y enfermedades autoinmunes derivadas del rechazo a uno mismo.
La vida es muy valiosa como para desperdiciarla por exigirnos tener un cuerpo que cumpla con nuestras expectativas. Seriamos mas felices si viviéramos aceptándonos como somos, en una relación armónica con la comida y con nuestro cuerpo.
Claves para ser una persona delgada y saludable viviendo feliz y en paz:
- Comienza a ser feliz tal y como eres. Tu felicidad te dará la energía vital para lograr lo que te propongas.
- Aprender a comer con una dieta balanceada que incluya todos los nutrientes.
- Escucha a tu cuerpo: percibe cómo te sientes con cada alimento, algunos pueden inflamarte, provocar dolores de cabeza o estreñimiento. Elimina todos los alimentos que te provocan algún malestar ya que serán generadores de estrés, lo que te hará acumular grasa. En cambio, si comes los alimentos que te caen bien será mucho más fácil eliminar grasa y sentirte con energía.
- Come atentamente disfrutando cada bocado. El placer de comer y saborear los alimentos te aportará serotonina la hormona de la serenidad. Evita la dispersión, vive en el aquí y en el ahora. Pon el foco de atención en donde estás. Si estás comiendo concéntrare en la comida y no estés viendo la televisión o leyendo.
- Evita la queja y los juicios: Las personas nos quejamos más por dentro que por fuera. Nuestro cuerpo se alimenta de lo que pensamos y sentimos. Porque respirar la atmósfera contaminada de mis propios pensamientos tenemos que estar presentes para transformar nuestro ser y ¡nuestras vidas!
