Fue en la secundaria cuando una maestra le sugirió a María Concepción del Alto Hernández que estudiara Contaduría Pública, carrera donde su discapacidad física, secuela de la poliomielitis que padeció en la infancia, no sería una limitante, pues podría tener su propio despacho.
Siguió la recomendación, pero en lugar de autoemplearse, la entonces adolescente descubrió su pasión por las finanzas y salió al mundo para labrarse un camino no solo para ella, sino también para otras mujeres, en un sector históricamente dominado por varones.
Hoy, María Concepción es la Directora Nacional de la Maestría en Finanzas de la EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey, además de Directora de Investigación del Programa Burkenroad México, de la Universidad de Tulane, donde cursó un Doctorado en Finanzas.
Con más de 27 años de experiencia en el medio financiero y la docencia, además de ser consejera del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), hace un mes recibió el Premio Mujer Tec, en la categoría de Trayectoria.
Más que un reconocimiento, para ella es la culminación de un esfuerzo constante y un impulso para seguir trabajando por la equidad de género.
“Este premio no es solo un trofeo, es una motivación muy importante. Me inspira a continuar apoyando iniciativas que busquen transformar nuestra sociedad y dejar un legado duradero”, comenta.
Liderazgo femenino
María Concepción ha impulsado diversas iniciativas para promover el empoderamiento femenino, como el Premio Liderazgo de Género otorgado por el IMEF, el cual reconoce a empresas que apoyan activamente el desarrollo de la mujer.
“Lo que buscamos con esta iniciativa es transformar la cultura organizacional, brindando espacios más equitativos para que las mujeres puedan desarrollarse sin tener que sacrificar su rol de madres o cuidadoras.
“Las empresas deben entender que apoyar a las mujeres no solo es lo correcto, sino también valioso para la productividad”, señala.
También ha liderado la creación de una red de mujeres directivas y consejeras, un espacio donde las profesionales pueden apoyarse mutuamente tanto en el ámbito profesional como en el personal.
“Voy a seguir trabajando para que nuestras egresadas puedan tener las mismas oportunidades de desarrollo profesional que sus compañeros varones. Es fundamental que sigamos impulsando el liderazgo femenino en todas las áreas del conocimiento”
Concepción del Alto
Esta red busca fortalecer el liderazgo femenino y proporcionar un espacio para compartir experiencias y superar obstáculos comunes.
A pesar de los avances, María Concepción señala que aún existen barreras significativas que limitan el acceso de las mujeres a posiciones directivas, tanto en el ámbito académico como empresarial.
Uno de los principales desafíos es el sesgo cultural que asocia a las mujeres con la maternidad, lo que genera temores infundados en las organizaciones sobre la capacidad de las mujeres para asumir roles de liderazgo.
“Muchas veces las mujeres ni siquiera se atreven a postularse a posiciones de mayor nivel o a solicitar un aumento salarial. Eso es algo que necesitamos cambiar. Debemos dejar de limitarnos y confiar en nuestras capacidades”, afirma.
Acciones en la EGADE Business School
Como Directora de la Maestría en Finanzas de la EGADE, ha implementado varias medidas para garantizar que el programa sea inclusivo y brinde más oportunidades a las mujeres en el sector financiero.
“Procuramos ofrecerles la flexibilidad necesaria para que puedan combinar sus responsabilidades profesionales y familiares, especialmente en un programa tan demandante como el de la Maestría en Finanzas”, explica.
Cuando se le pregunta por su mayor motivación, no duda en señalar la desigualdad de condiciones que enfrentan muchas mujeres en situaciones complejas.
“Lo que me motiva es ver a tantas mujeres que luchan día a día para poder mejorar la vida de sus familias. Ese esfuerzo constante, las dificultades que enfrentan, me inspiran a seguir trabajando por un cambio real en las oportunidades que se les brindan”, comparte.
A lo largo de su carrera, ha superado desafíos personales y profesionales, destacándose como un modelo de perseverancia. El logro que más satisfacción le ha dado fue obtener su doctorado, un hito que alcanzó después de años de esfuerzo, sacrificio y superación.
“Mi experiencia me ha enseñado que la perseverancia, la disciplina y la resiliencia son fundamentales para alcanzar cualquier meta, por difícil que sea”, dice.
El equilibrio es la clave
Aunque reconoce que es un desafío constante, señala que ha logrado encontrar un equilibrio entre su carrera profesional y su vida personal.
“Es un tema muy retador, pero he aprendido que tener un equipo de apoyo es fundamental. Mi esposo, por ejemplo, es mi gran apoyo, él me motiva y nos repartimos las tareas en casa para que ambos podamos avanzar profesionalmente y tener tiempo de calidad con nuestro hijo”, señala.
Para ello, gestionar el tiempo y saber establecer prioridades ha sido clave.
“Lo que me ha funcionado es delegar, saber qué es lo más importante y enfocarme en eso. Además, desconectarme de vez en cuando, viajar o simplemente descansar, me ayuda a recargar energías”, dice.
Asimismo, la fe en Dios juega un papel crucial en su vida. “Mi fe me ha dado fortaleza para seguir adelante y alcanzar todo lo que he logrado. A veces, el solo hecho de tener un propósito claro ayuda a encontrar la dirección correcta”, comparte.
Rompiendo barreras
Aunque los hombres son mayoría en el medio donde se desenvuelve, María Concepción no considera que haya enfrentado barreras insuperables.
“Siempre he tenido la mentalidad de que las finanzas me apasionan y de que, independientemente de ser mujer, mi dedicación y profesionalismo me permitirían destacarme. Nunca vi las finanzas como un campo solo para hombres”, afirma.
Aunque en su vida profesional ha trabajado en equipos mayoritariamente masculinos, nunca ha sentido discriminación, como tampoco por sus limitaciones físicas secundarias a la polio.
“En el IMEF, por ejemplo, la mayoría de los miembros integrantes son hombres, pero siempre he tenido voz y voto. Mi trabajo y mi actitud han hablado por mí”, concluye.