Convengamos algo: una región o País sin parques industriales de calidad hoy está fuera del circuito de la oferta de nuevas inversiones productivas. La competencia es voraz y para los mercados emergentes el factor de costos rentables ya no es suficiente.
Los parques industriales son el producto de la necesidad de la organización del sistema productivo dentro de un contexto económico regional y/o global. Además, fue la salida que se encontró al intento de armonización entre el lugar donde se vive y el espacio en el que se produce a gran escala.
El primer parque industrial, Trafford Park, se construyó en 1894 en Manchester, en el corazón económico del Imperio británico, la superpotencia de la época. Y apareció en plena segunda Revolución Industrial y en medio de una creciente competencia imperial por fuentes de recursos y mercados de consumo.
Hoy, dentro de la revolución 4.0, y en el contexto de una carrera desenfrenada por la atracción de nuevas inversiones, los parques industriales se constituyen como ventajas competitivas fundamentales para regiones y países.
Líderes mundiales en parques industriales
El País con más parques industriales es China. Desde las zonas más sofisticadas y avanzadas hasta los espacios más pequeños de uso local, se estima que el gigante asiático posee una red de unos 25 mil parques industriales. Cálculos recientes apuntan a que solo los parques de categoría nacional, unos 550, generan una cuarta parte del PIB chino, lo que equivale al 5% del PIB global.
Otros países que destacan son la India y Estados Unidos. La república de Asia meridional se encuentra en un pujante proceso de industrialización, mientras que la potencia americana, de la mano de Donald Trump, pretende reindustrializarse luego de décadas de deslocalización, producto de la era de hiperglobalización que ha terminado.
¿Y México?
México cuenta con 460 parques industriales, buena parte de ellos desarrollados en los últimos años para captar la inversión generada por el tratado comercial con Estados Unidos y Canadá, y, sobre todo, para aprovechar el fenómeno del nearshoring. Estos espacios albergan principalmente industrias de manufactura avanzada, automotriz, electrónica, electrodomésticos, logística, metal-mecánica y aeroespacial.
Una pregunta relevante es si tenemos actualmente los parques que necesitamos, no solo en cantidad sino, sobre todo, en calidad. Una regla básica del mercado es que la demanda propicia la oferta. Pero en este ámbito, como en otros, la oferta también atrae a la demanda. La saturación de algunas plazas en México, principalmente en la frontera norte, habla de la necesidad de ampliar la oferta de espacios y de hacerlo acorde a las nuevas necesidades del mercado. Quienes están en el negocio lo saben y lo dicen: la época de ofrecer solo terrenos quedó atrás.
Lo que se requiere respecto a los parques industriales
Un parque industrial debe cumplir con las 5 “íes” del desarrollo inmobiliario industrial: 1) infraestructura y logística, para dar a la industria todo lo que necesita para producir; 2) incentivos fiscales y regulatorios, para facilitar su arribo, apertura y operación; 3) integración ambiental, para dotar de viabilidad y sostenibilidad a los proyectos y las comunidades que los albergan; 4) integralidad, para propiciar la creación eficiente de cadenas de suministro y 5) innovación 4.0, para ofrecer a la industria ecosistemas estimulantes que aumenten la competitividad con desarrollo tecnológico.
México se encuentra ante un enorme desafío: Estados Unidos pretende relocalizar industrias y atraer nuevas inversiones. Para ello, busca equilibrar los costos productivos a través de aranceles, bajada de impuestos corporativos y con exigencias salariales dentro del T-MEC. Si los costos perderán peso como ventaja para México, es obvio que debemos construir nuevas ventajas. Una clave puede estar, precisamente, en los parques industriales.
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