El cáncer de próstata es la enfermedad oncológica más frecuente en hombres adultos y, aunque no es el cáncer más mortal, su detección temprana puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
En México, cuatro de cada 10 pacientes se diagnostican en etapa metastásica, según datos del Instituto Nacional de Cancerología, un porcentaje significativamente mayor que en Europa, donde solo uno de cada 10 llega a esta fase.
Para los doctores Roberto González Oyervides, urólogo especializado en cáncer urológico, y Alan Ledif Reyes Mondragón, oncólogo médico internista, es importante conocer los factores de riesgo, métodos de diagnóstico y, sobre todo, la cultura de prevención en la salud masculina.
Comprender la enfermedad
El cáncer de próstata se origina en la glándula prostática, responsable de producir semen. La mayoría de los casos son adenocarcinomas, un tipo de tumor que suele crecer lentamente y sin síntomas en sus primeras etapas.
“Realmente no produce síntomas… hasta que ya está muy avanzado. Por eso es un problema de salud pública”, señaló el doctor Roberto González. Añaden que los síntomas, cuando aparecen, son inespecíficos y muchas veces se confunden con un crecimiento prostático benigno.
Los especialistas puntualizan que el envejecimiento es el principal factor de riesgo. “Cada año, a partir de los 40, 50, 60, 70, entre más edad tengas, mayor es la probabilidad de que tengas cáncer de próstata, incluso hasta los 90 años”, detalló el doctor Alan Reyes.
Otros factores incluyen antecedentes familiares de cáncer y la etnicidad afroamericana, que incrementan la probabilidad de desarrollar la enfermedad a edades más tempranas.

La detección oportuna
La prevención del cáncer de próstata no existe, pero sí es posible prevenir la muerte mediante la detección temprana. Las herramientas actuales permiten un diagnóstico simple, rápido y accesible: el antígeno prostático específico (PSA), un examen de sangre, ha demostrado reducir hasta en 21 por ciento el riesgo de muerte por esta enfermedad si se realiza a tiempo.
“El mensaje definitivo es que tenemos que hacer un cambio en nuestra cultura. Porque parte del problema es creer que no es de hombres ir a consultar o a revisarse. Es un cambio cultural… la revisión se hace inicialmente con un examen de sangre.
En el momento en que la mayoría de la población sepa esto… se va a caer como esa cortina o ese tabú”, afirman los doctores. Históricamente, la detección dependía de la exploración rectal, un procedimiento que generaba temor y resistencia en muchos hombres.
Hoy, las pruebas de sangre y otras herramientas como la resonancia magnética permiten un diagnóstico más preciso y menos invasivo.
Aunque el antígeno prostático debe realizarse idealmente a partir de los 45 años en hombres promedio, se recomienda sea desde los 40 en aquellos con factores de riesgo. “Si hay antecedentes familiares o ciertos factores de riesgo, se debe realizar antes, sobre todo a partir de los 40 años”, recomendó el doctor González.

Tratamiento individualizado
Cuando el cáncer se detecta a tiempo, confinado dentro de la próstata, es curable en la mayoría de los casos mediante cirugía, radioterapia u otras terapias. “No todos los cánceres de próstata se tratan igual, depende de la situación de su enfermedad y de las condiciones de la persona”, explicó el doctor González.
En TecSalud, la atención es multidisciplinaria, involucrando urólogos, oncólogos, radiólogos y especialistas de apoyo, incluyendo psicooncólogos, para asegurar un abordaje integral del paciente. “La fortaleza de TecSalud viene justamente de sus propias individualidades y que si esas individualidades hacen un conjunto de equipo… este acompañamiento es clave porque regularmente vemos que es una enfermedad típica del adulto mayor”, detalló el doctor Reyes.
El enfoque combina talento médico y tecnología avanzada, lo que permite un diagnóstico preciso, terapias quirúrgicas y oncológicas de vanguardia, así como un seguimiento cercano del paciente, reduciendo el tiempo entre detección y tratamiento.
Ganarle al tiempo
El consenso de los especialistas es claro: el cáncer de próstata no se puede prevenir, pero sí se puede evitar que sea mortal si se detecta de manera oportuna. La clave, reiteran, es superar los tabúes culturales y acudir al médico a tiempo.
“Tenemos que hacer un cambio en nuestra cultura, la única manera en que podemos realmente prevenir las muertes por cáncer de próstata es detectándolo a tiempo y curando a los pacientes con las diversas terapias que existen”, concluyó el doctor González.
La detección temprana es, en suma, un aliado poderoso que permite a los hombres tomar control de su salud, al tiempo que reduce la mortalidad y mejora la calidad de vida frente a esta enfermedad silenciosa.
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