Hace una semana, uno de los espacios naturales más emblemáticos de Nuevo León inició una nueva etapa: Chipinque dejó de ser Parque Ecológico para convertirse oficialmente en la Reserva Natural Chipinque en Monterrey.
Este cambio, anunciado por su patronato el 29 de octubre, marca un antes y un después en la manera en que los regiomontanos se relacionan con su entorno natural y abre una visión a 100 años para la conservación del ecosistema.

Así fue el anuncio de la Reserva Natural Chipinque: Un compromiso con el futuro
La transformación se conformó en la meseta de Chipinque, en una ceremonia encabezada por Lorena Vázquez-Ordaz, directora del Patronato. También estuvieron presentes líderes del sector ambiental, académico y empresarial.
Durante el evento, se presentó el Plan de Conservación y Manejo Sostenible, resultado de más de cinco años de diagnóstico científico y planeación. Este busca asegurar la permanencia de los bosques, la fauna y las fuentes de agua que abastecen a la Zona Metropolitana de Monterrey (ZMM).
Hoy Chipinque deja de ser visto solo como un parque recreativo. Es una reserva natural urbana, un museo vivo de la flora y fauna de Nuevo León, y una fuente esencial de agua y aire limpio para la metrópoli”
-Lorena Vázquez-Ordaz, directora del Patronato
El presidente del patronato, Santiago Clariond Lozano, subrayó que el nuevo estatus representa una visión de largo plazo:
Espacios como Chipinque son necesarios en todo el mundo, y cada vez hay menos espacios naturales que a la gente nos hace tanto bien y tanta falta. Esperamos que sea una aspiración para todos”.
Chipinque: ¿Qué implica ser Reserva Natural?
Convertirse en reserva natural urbana significa fortalecer las políticas de conservación y sostenibilidad. Entre los principales cambios destacan:
- Política de Cero Residuos: Cada visitante deberá llevarse consigo los desechos que genere. Esta medida surge tras hallarse basura con más de 20 años de antigüedad en distintas zonas.
- Rediseño de senderos: Ahora están pensados para ofrecer una experiencia educativa e inmersiva, con información sobre los ecosistemas locales.
- Regulación de eventos: Se limitará el volumen y tipo de actividades culturales o recreativas para proteger los procesos biológicos y reducir el impacto ambiental.
- Nuevas experiencias de bienestar: Se promueven actividades como meditación, baños de sonido y prácticas de mindfulness en contacto con la naturaleza.
A diferencia de lo que muchos podrían pensar, el cambio de denominación no implicará aumentos en las tarifas de acceso, más allá de los ajustes por inflación.
El nuevo rostro de la sostenibilidad en Monterrey
Con más de 400 mil visitantes al año, Chipinque es doce veces más grande que el Parque Fundidora y se ha consolidado como la principal atracción de turismo de naturaleza en Nuevo León. Ahora, bajo su nueva identidad, busca posicionarse a la altura de reservas urbanas internacionales como las de Vancouver o Río de Janeiro, reafirmando su papel como pulmón verde y espacio de equilibrio entre ciudad y naturaleza.
La Reserva Natural Chipinque es, más que un cambio de nombre, una declaración de principios: preservar, educar y reconectar.

