No hay emprendimiento que sueñe con llegar a las grandes ligas del mercado y aunque este desafío puso a prueba la capacidad de crecimiento de la empresa tapatía Nuestra Raíz, hoy, su creadora Alejandra Salcedo, va por más retos para hacer del mundo un lugar mucho mejor a través de sus tisanas naturales.
Han pasado casi 9 años desde que Alejandra Salcedo puso en marcha Nuestra Raíz, emprendimiento que pasó de los bazares a la distribución nacional en restaurantes, cafés y los grandes supermercados, plataformas online más destacados en México.
“Comencé como un proyecto, vendiendo y creando la primera tisana más saludable del mercado”.
¿Cómo empezó Nuestra Raíz? El sueño de Alejandra Salcedo
Alejandra señala que, si 2024 fue un año clave para Nuestra Raíz, al ser uno de los proyectos finalistas del Premio Emprendedor de Coparmex Jalisco, el próximo año será de más crecimiento y posicionamiento con el rebranding, nuevos sabores que se incorporarán a su catálogo y poner en la mira al mercado estadounidense y crecer a otras empresas.
“Algo que sé que me caracteriza es que no me quedo quieta. Me gusta ver cómo seguimos creciendo, cómo seguimos mejorando. Desde que asumí la responsabilidad total de Nuestra Raíz, es que cada una de las mezclas que tenemos las seguimos perfeccionando”.
Ante un año en el que mejoró procesos y más cercanía con el mercado, Alejandra memora las diversas etapas por las que ha transitado Nuestra Raíz desde que se animó a comprar una máquina deshidratadora que marcaría por completo su vocación de vida.
TE RECOMENDAMOS: Emprendedores de Jalisco 2024: historias de éxito e inspiración
La semilla detonante fue la experiencia que un viaje en Nicaragua marcó en vida, en donde su labor como voluntaria, le brindó una perspectiva diferente sobre el campo y sobre todo lo que implica el trabajo en equipo.
“Ahí descubrí la importancia del trabajo, de lo chico, de lo micro. Dije que regresando a México quiero hacer algo con mi gente, con nuestro México, con nuestro campo”, puntualiza esta emprendedora, que buscando siempre desde pequeña una vida saludable y con la activación física siempre presente, ha sumado los ingredientes perfectos para consolidar este sueño.
“Compré una máquina deshidratadora y comencé a investigar sobre las tisanas frutales. Descubrí que la mayoría de tisanas frutales que existían en el mercado eran importadas, que era fruta cristalizada, no deshidratada, que realmente no son tan saludables como la gente imaginaría”.
Con la consigna de apostar por una propuesta diferente y hacer mancuerna con el campo mexicano y productos enfocados en la sustentabilidad e ingredientes orgánicos, el proyecto se puso en marcha.
El camino emprendedor: ¿Cómo se inicia un proyecto así?
“Me aventé de cero, me di un clavado sin saber a dónde me estaba metiendo”, comenta Alejandra sobre lo que ha implicado emprender y asumir el liderazgo de un proyecto de esta naturaleza.
“Este ha sido un camino bien retador, muy interesante que me ha hecho tocar puertas que ni sabía que existían, y de esas puertas que no me abrieron, buscar otras que sí. Descubrí el cómo sí sacar esto adelante, cómo crecer y como hacer de mi proyecto una empresa”.
En esta labor, Alejandra ha pasado por todas las áreas, desde ir al mercado y encontrar los ingredientes perfectos, hasta crear las fórmulas perfectas que hoy da forma a un sólido equipo de trabajo.
De aquel bazar debutante, Alejandra –y entonces su socia- se aventuraron al siguiente nivel llegando los delicatesens de la ciudad. Con esto, no solo llegaría la capacidad de incrementar su producción, sino también cimentar el costo del producto en el mercado con un precio competitivo, pero que fuera redituable para toda la labor tras bambalinas.
“Fue complicado, porque sabíamos que un té –comercial- costaba 20 pesos y nuestras tisanas, en ese momento, estaban en 130-140 pesos. Era identificar cuál era nuestro valor agregado, qué es lo que hacíamos distinto, qué hacíamos mejor y porque valía la pena comprar y consumir nuestros frascos”.
Alejandra recalca que comprender la oferta-demanda ha sido vital desde el debut de Nuestra Raíz, y cómo el proyecto ha sabido adaptarse para tener sus números siempre en orden en todo lo que implica sus costos de producción, insumos, ventas, crecimiento.
“Ya no estás solamente apoyando a esta loca que hace 8 años quiso crear una tisana natural y diferente.
Ahora, ya son todos los pequeños productores, desde Chiapas hasta Coahuila, los colaboradores en nuestras fábricas, que con nuestras manos, creamos todos estos productos. También son todas las tiendas, clientes, distribuidores, restaurantes, que confían en nosotros”.
¿Qué son las tisanas y cuál es la propuesta de Nuestra Raíz
El mercado está lleno de tés y tisanas que prometen naturalidad, sin embargo, al adentrarse de lleno a este nicho, Alejandra reflexiona sobre los desafíos para una empresa como Nuestra Raíz que busca realmente brindar productos naturales de la mano de productos independientes del país.
En su inicio, la tisana de fresa-vainilla marcó la apertura de los sabores que hoy van más allá de la tisana ordinaria: desde tisanas digestivas, frutales, antioxidantes, infusiones, blend antioxidante, sustituto de café, matcha o superfood en polvo para chai o chocolate, por ejemplo.
La odisea del supermercado
Hubo un correo que no solo marcó en Alejandra la idea de considerar que Nuestra Raíz ya se consolidaba como una empresa: La Comer, una de las cadenas de supermercados más importantes de México, quería sus tés y tisanas en sus anaqueles. La alegría de esta oportunidad, también despertó una nueva duda: ¿este emprendimiento estaba listo para un proyecto así?
“La Comer quiere que Nuestra Raíz esté en sus anaqueles, que esté en City Market, en Fresko. Ahí dije, esto es un negocio, esto es una empresa, esto puede crecer hasta donde yo quiera. Vendíamos muy local y distribuidores a nivel nacional y cafeterías, pero cuando se nos acercó algo más grande, ahí comenzó otro rubro, otros retos, otra locura”.
“Nos aventamos en el juego, casi tronamos por haber entrado en supermercados, porque también entramos a HEB a nivel nacional. No entendíamos qué teníamos que hacer bien, ahora ya lo sabemos, ya lo estamos corrigiendo. Ahora ya entendí la importancia de un mentor que esté en el medio, qué te digan por dónde y cómo”.