Por Javier Alejandro Tiscareño Pedroza, director de Spark UP, Universidad Panamericana
La innovación y la tecnología son dos conceptos que están estrechamente relacionados con el éxito empresarial en la actualidad. La capacidad de las empresas para innovar y adaptarse a los cambios tecnológicos puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en un mercado cada vez más competitivo.
En este sentido, la innovación se ha convertido en un factor clave para el crecimiento económico, pero es importante destacar que la innovación y la tecnología no son un fin en sí mismas que hay que perseguir ciegamente, sino que deben estar al servicio de los objetivos empresariales que dictarán el camino a seguir.
Por ello, es importante que las empresas cuenten con un plan estratégico para la innovación y la tecnología que les permita aprovechar al máximo sus ventajas y minimizar los riesgos. Este plan debe incluir la investigación de tendencias y tecnologías emergentes, la identificación de oportunidades de innovación y el desarrollo de habilidades y conocimientos especializados.
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Desarrollo de nuevos productos
Para entender mejor cómo crear un plan estratégico, debemos entender que la innovación empresarial es la capacidad que tiene una empresa para desarrollar nuevos productos, servicios, procesos y sobretodo “modelos de negocio”. Esta capacidad se basa en la utilización no sólo de tecnologías avanzadas, sino en la aplicación de un enfoque estratégico para la identificación de oportunidades de mercado y la creación de valor para el cliente, siempre desde un enfoque centrado en el usuario.
Es importante también reconocer que, por más viva que una empresa parezca ser, no piensa por si misma, son sus recursos humanos, las personas que trabajan ahí las que hacen posible la innovación. Invertir en la contínua capacitación y desarrollo de las personas que forman parte de una institución es parte esencial y pilar estratégico para la búsqueda de la innovación.
Las empresas que tienen una estrategia clara de innovación están constantemente buscando nuevas tecnologías que les permitan mejorar sus productos y servicios, así como optimizar sus procesos internos y reducir costos. La tecnología es un habilitador clave de la innovación que permite a las empresas desarrollar soluciones que antes no eran posibles.
Hace apenas una semana, Wendy’s anunciaba que para evitar largas filas que desmotiven la compra, las órdenes en sus restaurantes con drive-through serán atendidas por una inteligencia artificial tan evolucionada, que no hay diferencia perceptible que permita saber si estás hablando con una persona o con un lenguaje preprogramado.
Es justo de esta manera que la innovación y la tecnología tienen un impacto significativo en la competitividad de una empresa. La tecnología les permite desarrollar nuevos productos y servicios, mientras que un proceso correctamente llevado de innovación se asegura que se satisfagan las necesidades de sus clientes de una manera más efectiva, lo que les permite aumentar su cuota de mercado y sus ingresos.
Aquellas empresas que son capaces de innovar y adaptarse a los cambios tecnológicos pueden desarrollar ventajas competitivas que les permitan diferenciarse de sus competidores y ganar en el mediano plazo un ritmo difícil de igualar.
Desafíos para la industria
Sin embargo, la innovación y la tecnología también pueden ser un desafío para las empresas. La rápida evolución de la tecnología puede hacer que las empresas se queden obsoletas si no son capaces de adaptarse a los cambios.
Las empresas que no están dispuestas a invertir en nuevas tecnologías y a desarrollar una estrategia de innovación pueden perder su ventaja competitiva y ser superadas por sus competidores.
Ejemplos como Blockbuster o Kodak abundan y son parte de la historia, mientras que compañías que han demostrado una mayor flexibilidad como Netflix (o cualquiera de los cientos de servicios de streaming que ahora existen) o Instagram, están resolviendo las mismas necesidades que sus predecesoras, pero con modelos que son actuales a las tendencias y necesidades de los usuarios.
Entonces, ¿es importante la innovación empresarial y la adopción de nuevas tecnologías? La respuesta es evidente, ¡por supuesto que sí! Pero hay algo más importante que ésto y es, escuchar al cliente y alinear los objetivos de desarrollo de la empresa a lo que nuestro mercado busca.
Si la nueva solución no parte de nuestro cliente y regresa a él con una oferta que supere con creces el valor esperado, la innovación y la tecnología no tendrán razón de ser, ni sumarán para la sustentabilidad de la empresa.