Héctor Alvarado no recuerda con exactitud cuántos años lleva como montañista. Su primera cumbre relevante fue el volcán Iztaccíhuatl a los 15 años, lo que serían 19 años, ya que actualmente tiene 34, pero su gusto comenzó desde antes ya que alcanzó otras cimas en Nuevo León como parte de su entrenamiento.
Impulsado por su padre y también por su interés en el deporte al aire libre, Héctor hoy en día se dedica a ser guía de montaña, con el que lleva alrededor de 7 años formalmente. Además, cuenta con un certificado de primeros auxilios de la American Heart Association.
Las actividades al aire libre comenzaron cuando era parte de un grupo de scouts, a los 11 años, pero fue entre los 13 y 14 que empezó a caminar por deporte.
¿Qué te llamó la atención del montañismo?
“Yo creo que fue una mezcla, lo primero es que no compites contra nadie, compites contra ti mismo, eso es algo que no en todos los deportes está, en la montaña es contra ti mismo, tú con la montaña”.
Para Héctor, una de sus mayores satisfacciones es llevar a más gente a conocer las montañas, a que entrenen y se mejoren para poder alcanzar sus objetivos.
“Estaba bien contento de las personas que me acompañaron ahora a México, empezaron a entrenar hace tres meses y verlos como fueron evolucionando, como fueron creciendo como personas, físicamente, también, más fuertes y todo para llegar a su cumbre, algunos quizá no llegaron arriba, pero lo importante fue todo ese proceso que vivieron, todo ese proceso de aprendizaje, crecer como personas también.”
El encierro derivado por la pandemia provocó un incremento en las visitas a las montañas, al menos aquí en Monterrey, donde la gente buscaba despejarse ante el cierre de cines, restaurantes y otros espacios.
Eso sin duda detonó la aparición de grupos que ofrecen el servicio de guía de montaña, sin embargo, no todos están preparados ante un posible incidente, pues conocer el camino no te hace un guía.
“Es un compromiso muy grande el llevar personas a un lugar que no conocen, tú estás cuidando de esas personas, es tu responsabilidad que estén con bien, que suban y que bajen con bien”, aclara.
Señala que la verdadera labor del guía es estar preparado para enfrentar una situación adversa, y poder responder y cuidar de las personas a las que lleva.
Preparación para la montaña
La experiencia como montañista y ahora como guía lo ha llevado a ser muy consciente con los objetivos que buscan sus clientes y ser sincero al observar las capacidades de cada uno de ellos.
“Nosotros como guías debemos entender la capacidad de las personas y nunca subestimar la montaña, porque la montaña te puede dar muy buenas lecciones, y de ahí es mucha disciplina, es una disciplina que te pide sacrificar algunas cosas, si vas a la montaña, si vienes desvelado, hasta el mismo estrés de la vida te afecta en la montaña”.
Es por eso que uno de los consejos que da Héctor Alvarado antes de subir una montaña es no desvelarse y tener disciplina, porque cuando se va con un grupo, hay que respetar el tiempo de quienes hicieron el esfuerzo por llegar temprano.
¿Cómo organizas tus recorridos?
“Lo que es aquí cerquita de Monterrey, lo voy organizando cada semana, o cada dos semanas y lo hago a donde quiere ir la gente. Va con base en lo que me van pidiendo y en la estación del año en la que nos encontremos ( verano otoño e invierno”.
Además de estos recorridos sin salir de Nuevo León, Héctor Alvarado realiza guías a otras montañas del país. En noviembre, estuvo en el Iztacchíhuatl y el Nevado de Toluca, en diciembre en el Pico de Orizaba, mientras entre febrero y marzo regresarán de nuevo al Nevado, Orizaba y La Malinche.
¿Qué es lo primero en que piensas cuándo alcanzas una cumbre?
“Yo creo que en el camino, decir ‘llevo siete horas caminando y estoy acá arriba’, eso es lo primero que te pasa, el esfuerzo o la preparación. Entrené tantos meses para llegar acá, es bien satisfactorio, estar aquí arriba”.
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