Cuando el 7 de septiembre del 2013 se anunció que Tokyo Japón albergaría los Juegos Olímpicos en el 2020, la gente que entiende de esto daba por hecho que podríamos vivir los mejores juegos jamás organizados, un paso al futuro, todo de ensueño.
En ese momento no se equivocaban, Japón en organización de justas deportivas es ejemplo mundial; Olímpicos de Invierno, Mundial de Futbol, mundiales de atletismo, Gran Premio de Fórmula 1 y un largo etcétera.
Todo iba sobre ruedas, desde enero del 2014 había quedado conformado sin mayor problema el comité organizador de los juegos.
Las competencias se realizarían en instalaciones más allá del primer nivel y llamadas por muchos “futuristas” del 24 de julio al 9 de agosto del 2020, los juegos perfectos estaban perfectamente organizados, valga la redundancia.
Llega el 2020, el año de la cita, es enero y todo está terminado en tiempo y forma, las instalaciones entre ellas el flamante Estadio Nacional de Japón que costó 1400 millones de dólares y la villa olímpica simplemente estaban ya en etapa de pintura y últimos detalles, la hotelería y demás industria del turismo nipona estaba completamente preparada para recibir a un número récord de visitantes, la industria turística japonesa había crecido 10 millones por año desde que se anunciaron los juegos llegando en el 2019 a 32 millones de turistas.
Los juegos de Tokyo por sí solos agregarían dos millones a dicho crecimiento.
Sin embargo, la tragedia llegó, un virus crecía en China y se convertía en pandemia, las alarmas se encendieron en Japón rápidamente y como está arraigado en su cultura, de inmediato todos los posibles escenarios de cancelación o aplazamiento de los juegos se pusieron en la mesa.
EL IMPACTO ECONÓMICO
Con el Coronavirus creciendo alarmantemente en el mundo, el Primer Ministro japonés, el Comité organizador y el COI tuvieron que decidir aplazar los juegos hasta el año 2021, la nueva fecha oficial de los juegos es iniciar el 23 de julio y clausurar el 8 de agosto, el anuncio lo hicieron el primer ministro japonés Shinzo Abe y el Presidente del Comité Olímpico Internacional Thomas Bach, mantuvieron el nombre de Tokyo 2020 y la antorcha encendida.
Los Juegos Olímpicos se van a llevar a cabo, pero serán inolvidables por motivos que nunca hubiéramos querido ni imaginado hace no mucho tiempo.
Hoy por las circunstancias nos daremos por bien servidos que por lo menos no se hayan cancelado y los vamos a poder disfrutar por televisión, sin embargo, Japón, patrocinadores, deportistas y demás involucrados directos perderán mucho dinero, la tragedia será inevitable.
El daño en muchos sentidos ya está hecho desde el primer aplazamiento y la realización de estos juegos que ya veremos cómo funcionan, tan solo es un bálsamo insuficiente ante sobre todo la decisión de no recibir turistas extranjeros y de tener público limitado japonés en estadios e instalaciones de competencias.
Un desastre económico por donde se le quiera ver.
LA SITUACIÓN ACTUAL
Japón apenas empezó a vacunar masivamente en abril, especialistas dicen que se encuentran en la cuarta ola de contagios por Coronavirus, el pueblo japonés es el primero en no estar muy seguro de asistir a ver los juegos, incluso un alto porcentaje (60 por ciento) de su población en encuestas realizadas por el diario Yomiuri Shimbun y TBS News están en contra de que los juegos se realicen en la nueva fecha y piden un segundo aplazamiento o su cancelación definitiva.
La minoría que se muestra dispuesta a ir, señala que es muy importante que se informe el “cómo” y no solo el “cuando”, es decir, están dispuestos a ir de espectadores, pero con la seguridad de que habrá protocolos y sistemas que los protejan. La terca realidad es clara: los contagios por COVID 19 no bajan y una de las zonas con más casos es Tokyo.
Aun así, Japón no es un país con números muy alarmantes a nivel mundial (33,795 contagios y 764 muertes en la primera semana de junio del 2021) y es por eso que los juegos siguen adelante con todo y el señalamiento de Estados Unidos que puso a Japón en la lista de países a los que recomienda a su población no visitar por tener problemas con el COVID 19.
El comité organizador y el COI confían que, ante tanta adversidad, estos Juegos Olímpicos pasen a la historia por factores sentimentales, que sean inolvidables por las barreras que muchos deportistas tuvieron que superar para estar ahí compitiendo.
Que sean también un homenaje a los innumerables muertos por la pandemia del COVID 19.
La tragedia económica ya es y será incalculable, principalmente para la industria turística; el sector de seguros, a quienes reclamarán la devolución económica por parte de emisoras, anunciantes, patrocinadores y hoteles.
Le sigue la inversión de Japón que hasta el 2019 el gasto total era de 2.440 millones de dólares y se prevé el costo total de los juegos llegue a 12,340 millones de dólares de acuerdo al gobierno y el Consejo de Auditoría. Inversión que jamás se recuperará.