Esta es la pregunta que le hago en constantes ocasiones a mis audiencias cuando doy la conferencia de branding personal. Así es, quizá si estás leyendo, no te imaginas porque lo hago. Si ya asististe a una, tendrás una sonrisa en la cara cuando te tocó escuchar el que dijo que sería un Porsche.
La pregunta la hago cuando las personas batallan para entender qué los define y que los distingue como profesionales y como personas, a través de sus talentos. Si o no es la típica pregunta que te hacen en entrevistas para conseguir un trabajo por primera vez o cuando estás buscando cambiar de puesto. Descríbete con tres atributos y tres áreas de oportunidad. En ese momento, empieza a haber silencio incómodo.
Los entrevistados empiezan a pensar a velocidad máquina de vapor, para poder llegar con una respuesta que sí los represente y con tres áreas de oportunidad que no merme su imagen ante los ojos de su interlocutor. Si digo algo muy fuerte, quizá no me contraten, pero tengo que decir algo porque si no, pues pensarán que soy arrogante y la verdad es que tengo que demostrar que no soy perfecto.
Esos segundos pueden ser el momento clave del que tu entrevistador dude si eres creíble o no. Es por eso por lo que hay que tener claridad de lo que nos distingue, cuales son esos talentos que nos representan. Define la fórmula de tu ADN que te hace sobresalir.
El problema es que cuando no nos detenemos a reconocer nuestro verdadero valor, y no hacemos ese espacio de reflexión, no solo nos cuesta trabajo vendernos, nos cuesta trabajo creer en nosotros mismos. Como regla matemática, si no creo en mi mismo, ¿por qué otros van a creer en mi?
Si estás leyendo y dices, “En la torre”, y “¿Yo quién soy?”, “¿Qué me distingue?”, “Porque sí es cierto, soy completamente diferente al de al lado por muchas razones, pero ¿cuáles?” El ejercicio de pensar que si te describieran como marca de coche tiene una correlación directa con lo que te representa. Te voy a explicar porqué: Primero, nosotros queremos proyectar lo que es importante para nosotros, y, segundo, tu marca personal se relaciona con lo que te representa.
Me ha tocado personas que dicen yo sería un Jeep: Todo terreno, confiable, con empuje, fuerte, deportivo y audaz; al preguntar si se relaciona con ellos, muchos sienten que hace todo el sentido. Son personas con mucho empuje, les gusta que confíen en ellos porque cumplen, el deporte extremo es algo con lo que se sienten identificados, y se sienten con la audacia de enfrentar retos.
El tema es que cuando les pides que se califiquen en una escala del 1-10, muchos dicen “Bueno pues me falta tener más empuje y entrarle a todo”, ahí hay un área de oportunidad. “Soy casi una jeep pero tengo que trabajar en meter el acelerador, hago las cosas más despacio y pre meditadas, y eso no es lo que realmente me debía representar”. Lo bueno es que se puede trabajar para mejorar.
Cuando por fin llegas en esa escala al 10, seguramente ya pasaste a un nuevo nivel en donde tienes otro espacio para mejorar. Así es, nunca terminas de estar reinventándote y proyectas algunos talentos dependiendo la industria o etapa de tu carrera que te encuentras, tu esencia se mantiene, pero tus habilidades y experiencia, pueden mejorar. Seguramente llegarás a un lugar que para enfrentar retos diferentes tienes que buscar aprender algo más. A lo mejor ahora no eres un Jeep, ahora eres una Land Rover, con un nivel más alto y robusto, con entrega diferente y capacidad de más kilómetros y adaptarte con clase en cualquier terreno. Esto le pasa a los profesionales que van subiendo de nivel en lo profesional, cuando son jóvenes y crecen en su carrera.
Recuerda que no cambia radicalmente tu valor, las características pueden ser las mismas, pero con un tono diferente y con un trabajo nuevo que te permite reinventar tu marca y proyectarte para seguir sobresaliendo.
Haz el ejercicio, y escríbeme a ale@alemarroquin.com o comenta en este artículo y dime si te funcionó para sentir que tienes más definida y clara tu marca personal.