Convencido que es mejor caminar antes de correr, es como guía Rogelio Martínez a su empresa Rogma Biotechnologies que está por cumplir un año, pero ya tiene una gran base de clientes en además de Torreón, Ciudad de México, Sonora, Baja California y Acuña.
¿Qués es Rogma? Sus sueros para el cuidado de la piel, no es un cosmético es un producto dermatológico certificado. La fórmula a base de plantas pretende mejorar la textura de la cara, quitar arrugas, manchas, devolver luminosidad, que se vea descansada sin tener que llegar al bisturí o inyecciones.
Luego de diseñar las fórmulas se acercó con médicos dermatólogos y un estético para las pruebas de irritabilidad y funcionalidad descartándose reacciones alérgicas. Roger resalta además que su empresa es libre de crueldad animal (no experimenta con ellos), no usa aceite mineral nada todo es 99 por ciento puro con fórmulas son muy limpias.
Su gama de sueros son jóvenes a base de vitamina C que sirve para iluminar el rostro, otro trata el acné y la rosácea, el más potente y de lo más vendido es el anti edad de uso nocturno que recupera el tono y se recomienda en pieles de 35 años en adelante y otro es una emulsión para alisar la piel momentáneamente que se aplica de día.
Roger es Ingeniero en Biotecnología del Tecnológico de Monterrey campus Monterrey, pensó en ser doctor pero de inmediato se aterrizó en la realidad de que no le gusta la sangre ni los hospitales. Además siempre rondó en su cabeza ser el creador elixir de la eterna juventud, y aunque dice está aún lejos de alcanzarlo, con sus sueros se tienen buenas armas para retardar el envejecimiento y cuidar la piel joven.
Toda la idea de Rogma nació desde estudiante, cuando estuvo en el Centro de Investigación de Biotecnología FEMSA, luego en Estambul estudió business management en una empresa textil y de ahí se vio como un ingeniero con alma de licenciado. En República Checa realizó una certificación en Economía Creativa y al regresar coronó su preparación en un diplomado en el IPADE sobre Dirección de Empresas.
Al poco tiempo le ofrecieron un empleo en una consultora dedicada a la agricultura en New York, una gran oportunidad de crecer y quizás un detonante en su carrera, pero decidió no irse porque quería establecer su marca y en México.
“Siento un compromiso muy grande con la gente que me ha ayudado, mi mamá, toda mi familia, tengo que regresarles una poco de lo que me dieron y si me iba me alejaba de mi plan original de poner una empresa, de hacer que México camine, si me voy le estoy dando la espalda”.
Con Rogma dice que no solo cambió su vida sino la de sus proveedores, a quien le trabaja la mercadotecnia, es hacer girar el dinero aquí y aportar al empleo del país, además evitar la fuga de cerebros.
El camino aún es largo para Rogelio pero está contento con el resultado a un año de haber arrancado, ver un cliente satisfecho lo tiene ya maquilando 8 productos más y con la paciencia que lo tiene bien enfocado espera obtener sus patentes (tardan de 2 a 7 años), para brincar a todo el mundo.
“Emprender no es nada sencillo pero es un reto y una satisfacción, los que me piden un consejo siempre les digo que confíen en su idea y planeen todo como si ya existiera, se vale soñar pero siempre mantener la visión”.
