En náhuatl, Amantolli es un vocablo que significa artesanal, y que honra las tradiciones y el exquisito trabajo artístico, tal cual ocurre en cada producto de Granja Amantolli, donde Ricardo Berlanga y Gloria Castro se han vuelto más que un corazón que trabaja en conjunto.
La empresa nació del esfuerzo y la visión de la pareja, quienes convirtieron su pasión por la vida en el campo en un proyecto de renombre.
La granja inició hace 10 años, con un modesto trabajo con cabras y, para este 2025, evolucionó hasta convertirse en un referente de calidad en todos sus productos, especialmente en quesos artesanales, impulsada por una historia de perseverancia, amor por la naturaleza y compromiso con la excelencia.
De caminos distintos a un mismo sueño
Gloria y Ricardo provienen de geografías distintas, pero su amor por el campo y los alimentos artesanales los unió.
Ricardo Berlanga, originario de la región lagunera, creció en un entorno ganadero y desde los 17 años comenzó a trabajar con cabras gracias al impulso de su padre, quien lo apoyó y le forjó un carácter trabajador.
Por su parte, Gloria Castro estudió Ciencias de la Comunicación y, aunque su infancia estuvo marcada por el sueño de ser veterinaria, su camino la llevó a trabajar en temas fiscales y administrativos en Culiacán.
Fue justo en la capital sinaloense donde ambos se encontraron. “Nos conocimos el primer día que él llegó a la Ciudad, aunque según él ya nos habíamos visto antes”, comenta entre risas Gloria.
Tras tres años de noviazgo, la pareja decidió dar un giro radical a sus vidas y apostó por regresar a la región de Ricardo para emprender su propio negocio.
Fue entonces cuando retomaron la crianza de cabras, pero con un nuevo enfoque: darle valor agregado a la leche a través de la producción de quesos artesanales.
La evolución de Granja Amantolli
“Iniciamos con un cazo de cobre grandote para pasteurizar la leche. Al principio era todo muy rústico: calentábamos la leche en una torrecita tipo carnitas y la enfriábamos en una alberquita de niño con hielos y agua”, recuerda Ricardo.
El trabajo artesanal y el cuidado en cada proceso se convirtieron luego en su sello distintivo, por lo que poco a poco, Granja Amantolli creció y se ganó la confianza de consumidores y restauranteros interesados en productos naturales y de alta calidad.
“Nos fuimos enfocando en perfeccionar los procesos sin perder la esencia artesanal”, señala Gloria.
Hoy en día, Granja Amantolli ofrece una variedad de productos lácteos que destacan por su autenticidad.
Entre sus productos estrella se encuentran los quesos artesanales de cabra, en distintas variedades y maduraciones, así como yogures y otros derivados lácteos.
Su proceso de producción mantiene un equilibrio entre la tradición y la tecnología para garantizar la calidad sin perder el toque artesanal. Además, la granja ha implementado una filosofía de aprovechamiento integral.
“Tenemos colmenas de abejas para completar el ciclo y contribuir al ecosistema. Nos interesa mucho el equilibrio natural”.
-Ricardo Berlanga, cofundador de Granja Amantolli-
Crecimiento y consolidación
Si algo adicional a su amor distingue a la pareja, es el esfuerzo y la dedicación que han llevado a Granja Amantolli a posicionarse en restaurantes de renombre y puntos gastronómicos selectos.
Actualmente, sus productos pueden encontrarse en distintos viñedos de la región, así como en establecimientos, incluso de Guadalajara.
“Nos hemos enfocado en la venta mayorista porque nos resulta más eficiente que manejar tiendas minoristas. Queremos garantizar que nuestros productos lleguen frescos y en las mejores condiciones a los clientes”.
-Gloria Castro, cofundadora de Granja Amantolli-
Para ella, en sintonía con Ricardo, la granja no solo es un negocio, sino un proyecto de vida. “La empresa es parte de nuestra historia. Pero también sabemos separar: aquí, cada quien tiene sus funciones bien definidas”, enfatiza.
El futuro de Granja Amantolli
Y bajo ese lineamiento, la pareja no duda en que su destino absoluto es seguir innovando y consolidando su presencia en el mercado.
“Nuestra meta es crecer de forma sostenible, sin perder la esencia artesanal que nos caracteriza”, dice Gloria. Además, considera que su historia puede inspirar a otros emprendedores a apostar por proyectos que combinan pasión, tradición y sustentabilidad.
“Trabajar juntos es lo que más disfrutamos. Eso es un deleite, aunque tiene sus retos. Siempre estamos revisando las nuevas tendencias y sabemos que, para nosotros, hay mucho mercado para crecer”.
-Ricardo Berlanga y Gloria Castro, de Granja Amantolli-
