Por Carlos A. Esparza Deister
Desde que son transmitidos por televisión nacional, los partidos de la NFL han mantenido una audiencia considerable. Sin embargo, en los últimos años la pasión por el futbol americano se ha desbordado en México: es una locura, los fanáticos esperan con ansias el inicio de cada temporada y los sitios de internet de Fantasy Futbol, donde los aficionados se vuelven entrenadores virtuales, tienen millones de usuarios. Quizás también han influido las extraordinarias historias que a través de los años han escrito jugadores y entrenadores de esa liga, como la que describo a continuación.
En 1994, Kurt, quarterback de la Universidad de Iowa, fue excluido del draft donde los equipos de la National Football League (NFL) eligen a futbolistas colegiales para que formen parte de su organización. Solamente Empacadores de Green Bay se fijó en él, invitándolo a sus campos de entrenamiento, pero antes de que empezara la temporada le dieron las gracias. Warner regresó a su ciudad, incorporándose a un equipo local. Posteriormente debutó con Iowa Barnstormers, de la AFL (Arena Football League), una modesta liga de futbol americano donde los partidos se desarrollan en canchas más pequeñas y auditorios de menor capacidad comparados con la NFL. Kurt estaba recién casado, por lo que también trabajaba en un supermercado resurtiendo anaqueles.
Tres años después es firmado por Ámsterdam Admirals, de la desaparecida NFL Europa. Luego de una destacada temporada regresó a Estados Unidos para intentar nuevamente incorporarse a algún equipo de la NFL, logrando un puesto como suplente en los modestos Rams, que en ese tiempo jugaban en San Luis. En 1999, debuta por fin en NFL ante la lesión del mariscal de campo titular. Paulatinamente fue revolucionando la ofensiva de su equipo, convirtiéndose en protagonista de grandes partidos. Y el 30 de enero del 2000, contra todos los pronósticos, gana el Super Bowl 34, además es nombrado el jugador más valioso de la temporada y del Súper Tazón.
Gracias a sus buenas actuaciones, los Rams destacaron en la liga por varios años, alcanzando un campeonato de conferencia en 2001, y nuevamente Kurt fue nombrado el jugador más valioso. Después es contratado por Gigantes de Nueva York, donde tuvo un bajo rendimiento debido a una lesión. En 2005 firma con el equipo de expansión Cardenales de Arizona; muchos decían que Warner ya estaba acabado, sin embargo, en 2009 logra que su equipo dispute el primer Super Bowl en la historia de esa franquicia (hasta la fecha es el único). Aunque fueron derrotados por Pittsburgh, el partido se definió en la última jugada.
Kurt Warner se retiró al año siguiente con el segundo mejor promedio de pases en la historia y está entre los 20 mejores jugadores de todos los tiempos
En el citado draft de 1994, el futbolista más deseado por varios equipos era el quarterback Heath Shuler, quien se convirtió en la tercera selección global. Los “suertudos” fueron Washington Redkins; se esperaba mucho de él, los expertos decían que rompería varios récords y podría llegar a ser una leyenda de la NFL, pero Shuler pasó con más pena que gloria. En dos temporadas con Redkins completó el 52% de sus pases y tuvo 19 intercepciones. Luego llegó a Santos de Nueva Orleans, donde también le fue mal. Tuvo una carrera profesional de solo cinco años, con un récord de 15 touchdowns, 33 intercepciones y 3,691 yardas por pase. En cambio, Kurt Warner, quien no figuró ni siquiera en el último lugar de los 222 jugadores seleccionados, el futbolista que todos despreciaron en ese draft, tuvo durante 12 años de carrera en la NFL un Super Bowl, 208 touchdowns y 32,344 yardas por pase. No cabe duda, los últimos, serán los primeros.
Warner demostró que cuando la adversidad nos atrapa se debe continuar luchando, seguir moviendo las piernas… Jamás rendirse hasta alcanzar el anhelado touchdown. Quizá también por esto es que México está loco por la NFL.
