La pandemia provocó que las empresas replantearán su forma de trabajar. Y a pesar de que el home office ha dejado de ser un experimento para convertirse en la realidad de nuestros días, muchas oficinas no quedaron del todo vacías y otras tantas ya están volviendo de forma paulatina.
Con los contagios en aumento no solo en México, la ansiedad de volver a la convivencia puede ser un reto dentro de las áreas de trabajo.
En un estudio realizado por la consultora PwC en Estados Unidos para el mes de mayo, 70 por ciento de los encuestados dijo que entre las primeras razones que les impedía volver a sus trabajos en esos momentos, se encontraba el temor a enfermar.
Es entonces cuando surge la pregunta, qué es lo que pueden hacer las organizaciones para brindar un poco de certidumbre hacía sus colaboradores.
La firma KPMG en México, dedicada a dar servicio de auditoría y asesoría a empresas, a través de su sondeo Covid-19: de la sobrevivencia a la recuperación, marca los siguientes factores a considerar:
1. EMPATÍA
De acuerdo al sondeo realizado por KPMG, 65 por ciento de las organizaciones están dando prioridad a los colaboradores y a sus clientes en este panorama. De ahí la importancia de poner la seguridad como número uno en la lista de prioridades.
Existen miedos legítimos al contagio, más aún en aquellos colaboradores con padecimiento o decesos en su familia por Covid-19.
Es ahora cuando la seguridad psicológica cobra mayor importancia, y los protocolos de atención y apoyo para el personal son prioridad en el regreso.
2. PERSONALIZACIÓN
No todos los colaboradores se encuentran en igualdad de condiciones. KPMG recomienda la realización de un sondeo en la fuerza laboral, con el propósito de generar planes adaptados a las circunstancias individuales del talento, para así mejorar su productividad y desempeño.
3. CUIDAR LA INTEGRIDAD
La transparencia es fundamental al igual que la comunicación. Hay que aclarar quiénes vuelven a las oficinas, la estructura, el flujo de trabajo, los turnos, cómo se estructura el uso de las instalaciones y cómo todo se relaciona con los protocolos de seguridad sanitaria. Esto será reflejo de los valores de la organización con sus colaboradores, proveedores y socios del negocio.
4. EXPECTATIVAS
Las expectativas se han modificado frente a la situación que se está viviendo, tener claro este punto permitirá definir las nuevas reglas de operación, las métricas modificadas, los procesos adaptados y las políticas.
Las consideraciones que habrá que tomar en cuenta incluyen traslados, desinfección al llegar, toma de temperatura, turnos para elevadores, entre otros servicios.
Asimismo, habrá que hacer evaluaciones acerca de los apoyos que podrían necesitar algunos colaboradores, por ejemplo, en transporte para promover el traslado seguro con medidas de sana distancia, considerando que en ciertas zonas el transporte público está limitado.
5. ATENCIÓN
Las necesidades o servicios que requiera una persona que vuelve a la oficina o que aún trabaja desde la distancia, deberán ser ágiles y expeditos.
Aquí se consideran: solicitud y entrega de equipo de protección, servicios de atención médica o detección temprana en caso de síntomas, trámites de pago de horas extras, anticipos o reembolsos de gastos, incapacidades, seguros de gastos médicos, entre otros.
En lo que respecta a los trabajadores a distancia, debe ponerse especial atención en lo relacionado al equipo de cómputo, acceso a plataformas, software, wifi o cualquier otra herramienta de trabajo que se requiera.
El regreso a las actividades da a las organizaciones la oportunidad de demostrar su capacidad de adaptación y resiliencia, así como de hacer patentes sus valores competitivos.
Cuidar del talento es una obligación, que a la par aumenta el compromiso de los colaboradores y su disposición por ayudar a la empresa a salir adelante en esta crisis sanitaria y económica.
