Por Jannet Quiroz, Subdirectora de Análisis Económico de Grupo Financiero Monex.
2021 se ha caracterizado por ser un año en el que hemos visto altos niveles de inflación en el contexto mundial, lo que ha suscitado revisiones constantes al alza de las expectativas de los especialistas sobre esta variable. Los factores que han provocado este comportamiento han sido varios. En un inicio, el incremento fue achacado a un efecto aritmético propiciado por una baja base de comparación por los bajos precios de 2020; sin embargo, una vez superada esta, surgieron otros choques adversos que también fueron propiciados por la pandemia y que afectaron a las cadenas de producción.
En primer lugar, ante las medidas sanitarias que restringieron la movilidad de la población, la fabricación de bienes e insumos se redujo, lo que, aunado a una creciente demanda, derivó en una escasez de algunos de ellos. En segundo lugar, la congestión en varios centros portuarios se agudizó debido a que los transportistas redujeron sus salidas a causa de la pandemia. Este incremento en el tráfico se vio agravado en marzo con el bloqueo del Canal de Suez durante seis días debido a que el buque Ever Given encalló y provocó la parálisis de más de 400 embarcaciones que transitaban por esta vía marítima estratégica. Ante ello, las empresas empezaron a sufrir retrasos en el plazo de entrega de suministros, lo que terminó afectando su producción. Estos dos eventos han derivado en una reducción de la oferta y, por consiguiente, en un incremento de los precios de los bienes escasos.
Por si esto fuera poco, en el tercer trimestre del año estalló una crisis energética en Europa y Asia que provocó el incremento del precio internacional de los productos energéticos, debido a que la baja oferta de algunos de ellos, como el gas natural, provocó la sustitución por otros, lo que derivó en una escalada generalizada de sus cotizaciones.
México actuando ante la inflación
Bajo este contexto, la inflación en México ha mantenido una tendencia al alza desde que inició el año y casi se duplicó hasta el décimo mes del año. Si bien este repunte obedece a factores externos, la Junta de Gobierno empezó a endurecer su política monetaria con el fin de evitar un contagio generalizado al resto de los precios desde junio.
A la fecha, suman 4 incrementos de la tasa de interés de referencia, cada uno de 25 puntos base, con lo que la tasa pasó de 4.0% a 5.0%. Hacia adelante, la tasa de referencia seguirá aumentando, en un contexto en el que la mayoría de los bancos centrales ha adoptado una postura con un sesgo menos acomodaticio, como es el caso de la Reserva Federal, el Banco de Brasil, Chile, entre otros.