Fotos por Daniel Morado
El Astillero Librería es un ejemplo de cómo la cultura y el arte pueden servir en beneficio de la sociedad, pero también es prueba de cómo con decisión, “ingenuidad” y “necedad”, ese objetivo se puede transformar en un negocio.
Ruth Castro comenzó a trabajar en librerías desde sus 16 años, tras estudiar la carrera de Literatura y Lingüística, quedó a cargo de la emblemática librería del Fondo de Cultura Económica del Teatro Isauro Martínez.
Tiempo después, al cierre de la misma, siguió siendo el punto de unión entre este grupo editorial y La Laguna.
En medio de todos los cambios que le esperaban a la región, una idea ya estaba surgiendo, el establecimiento de una librería independiente.
EL ASTILLERO LIBRERÍA, UN PROYECTO INTEGRAL
Fue este pasado 15 de agosto cuando El Astillero celebró su séptimo aniversario de ser un proyecto en torno a la cultura escrita.
Corría el año 2014 cuando tras dar clases en la Escuela de Escritores, Castro comienza una mancuerna con “chicos que estaban queriendo hacer cosas”.
A partir de ahí surge un primer esbozo de esa unión, un Fanzine. “Palabracadabra” duró casi seis años y era trabajo de este inquieto grupo.
Asimismo, algunos de los proyectos en los que estaba participando Ruth Castro en aquel entonces, aún estaban relacionados con el Fondo de Cultura Económica.
“Me buscaban para la promoción de Ferias de Libros y la venta de los mismos. Todo este previo propició para que se pudiera abrir una librería”, cuenta Castro.
Para el verano la “locura” comienza.
El Astillero Librería se funda como un laboratorio en el que se pudieran hacer muchas otras cosas en torno a la literatura y los libros.
EL CAMBIO DESDE LA CULTURA
Una característica que también le otorga identidad a El Astillero, es que desde el inicio fue una muestra de resistencia.
Destaca que, para el tiempo de su establecimiento, ya llevaba tiempo fortaleciéndose como parte del proyecto “Moreleando”.
Cada mes, El Astillero vendía libros en esta “toma” del centro de Torreón, y para su inauguración ya contaba con cierto reconocimiento de la comunidad.
“Era un tiempo en el que todavía no estaban los bares y los restaurantes, inauguramos en agosto y todavía en septiembre había hechos de violencia. El paso semi peatonal fue un año después de la apertura y toda la construcción fue una catástrofe (…) han sido altibajos que ha tenido el proyecto, pero que también por la misma idea que teníamos, ha permitido esa flexibilidad, ha permitido que nos vayamos adaptando a los acontecimientos de la ciudad”, cuenta Ruth Castro.
EL AMOR AL ARTE Y EMPRENDER
Existe un debate constante en lo que refiere a lo que apasiona y lo que puede llegar a ser un negocio exitoso.
Incluso se ha llegado a estudiar la importancia que puede llegar a tener el seguir tu pasión para alcanzar un bienestar integral en la vida.
“No teníamos idea de nada, solo teníamos muchas ganas, mucha ingenuidad, mucha necedad también, que en algo ha ayudado”, cuenta Ruth Castro al hablar de plantear una librería como negocio.
No obstante, de la mano de Fernando de la Vara, su actual socio y quien ha estado desde el inicio, Castro reconoce algo que los ha ayudado a hacer crecer el proyecto.
“Desde el principio y creo que ha sido esencial, tanto yo y después con Fer, cuidamos mucho lo administrativo. Jamás gastaríamos un peso que es de las editoriales o decir ‘yo sigo cobrando y a ver qué pasa después’, que es lo que luego yo veo en negocios. Somos muy cuidadosos porque sentimos todo el tiempo que estamos en un barquito, como esperando a que venga la ola”.
Otro factor que han tenido que tomar en cuenta a lo largo de todo este tiempo y en especial con los cambios que surgieron a partir de la pandemia, fue que “lo que está haciendo todo mundo, no precisamente funciona en un negocio como este”.
RETOS ACTUALES
Para El Astillero la pandemia vino a ser un tiempo abrupto en el que sí se aplicaron estrategias a distancia, pero que también reafirmó su naturaleza.
“No sabíamos que iba a venir la pandemia y que mucha gente iba a volver a leer, todo eso va siendo fortuito (…) va siendo una forma de resistir a un ritmo acelerado, de buscar siempre un tiempo para pensar; digamos un ejercicio lento para procesar bien la información, investigar, para verte con otros y dialogarla, para saber en qué puntos estás en común o no, y que es tan importante a la hora de tomar decisiones de todo lo que precisamente está sucediendo”.
La librería lagunera ha trasmutado, pero de forma fiel a su cometido.
Se instauraron sistemas de servicio a domicilio, los círculos de lectura continuaron en línea y otras tácticas se han ido aplicando.
En lo que respecta a lo digital, Castro afirma que no se trata de una guerra o de elegir entre uno u otro.
“Es más bien qué te sirve y qué no; qué te proporciona bienestar. Me sigue pareciendo genial que estos objetos (los libros) sean una herramienta para seguir desarrollando el pensamiento crítico, es decir, plantearte frente a una realidad o una situación y tener una opinión a favor o en contra con fundamentos”, recalca.
Para Castro, El Astillero Librería es un espacio que permanece para unir a todos aquellos amantes de la cultura escrita y que buscan formar sus posturas, no de forma acelerada y ante un mundo cada vez más polarizado.
AUTOR PARA ESTOS TIEMPOS:
Habría quien le vendría muy bien comenzar o volver a leer literatura. Todo el año pasado me gustó mucho leer de Ciencia Ficción, tal vez por los tiempos que estábamos viviendo.
Me parecía maravilloso pensar en lo que cierto autor pensó o imaginó hace 30 o más años, cómo en algunas cosas coincide con lo que estamos viviendo.
También busqué lecturas de filosofías orientales, me parecía interesante su objetivo de “vivir el presente”, justo en ese momento.
CONOCIENDO MÁS SOBRE EL ASTILLERO
-Es una librería independiente que se fundó con el objetivo de ser un laboratorio.
-Se estableció el 15 agosto del 2014.
-Ofrece talleres y círculos de lectura.
-Es un punto de encuentro para lectores, artistas, asociaciones civiles, profesionales, estudiantes, sociedad en general.