“Creas un buen futuro creando un buen presente”.
Eckhart Tolle.
Las empresas familiares enfrentan un reto que puede definir su supervivencia: adaptarse o desaparecer. Este desafío, aunque siempre presente, se ha intensificado debido a la velocidad de los cambios tecnológicos y las nuevas dinámicas del mercado global.
Para asegurar su continuidad, las empresas familiares deberán implementar un gobierno corporativo sólido, capaz de responder a estos retos mientras preserva su esencia familiar.
El crecimiento de una empresa familiar generalmente trae consigo una mayor complejidad, y el modelo tradicional de gestión familiar muchas veces no es suficiente para sostener ese crecimiento. En este contexto, la implementación de un gobierno corporativo adaptado a las características y necesidades de cada sistema familiar se convierte en una solución fundamental.
Un consejo de administración formal no solo permite separar la gestión operativa de las decisiones estratégicas, sino que también establece un marco de actuación claro y transparente para todos los involucrados.
Este consejo debe representar los intereses de los accionistas, enfocándose en el bienestar y sostenibilidad de la empresa por encima de los intereses personales o familiares.
Es esencial que solo los familiares con un profundo conocimiento del negocio y capacidad para aportar valor participen en este órgano. Además, es igualmente importante contar con consejeros independientes, externos a la familia, que puedan ofrecer experiencia especializada en áreas clave.
Estos consejeros deben tener la capacidad de aportar una visión objetiva y el criterio necesario para cuestionar decisiones cuando sea oportuno, asegurando que la empresa se mantenga en el camino correcto hacia el crecimiento y la continuidad.
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Además, debemos de ser conscientes de que vivimos en escenarios a los que no nos habíamos enfrentado antes. La revolución tecnológica está impactando todos los aspectos del mundo empresarial. La digitalización, el uso de inteligencia artificial y la automatización ya no son opciones, sino requisitos para seguir siendo competitivos.
En este contexto, un gobierno corporativo fuerte es fundamental para guiar a las empresas familiares en la adopción de nuevas tecnologías. Los miembros del consejo, en particular los independientes, juegan un papel crucial al proporcionar perspectivas externas y conocimientos técnicos que la familia quizás no tenga. Ellos pueden ayudar a la empresa a navegar la transformación digital sin perder de vista los valores familiares que han sido el pilar de su éxito.
Otro de los desafíos que enfrentan las empresas familiares es la sucesión patrimonial y la sucesión de mando. Es normal que el cambio de una generación a otra puede generar tensiones internas y conflictos sobre el futuro de la empresa.
La planificación de la sucesión es, por lo tanto, una de las responsabilidades clave del consejo de administración. Un consejo de administración que opera correctamente es una herramienta que despersonaliza las más complicadas decisiones que deben tomarse en el seno de una familia empresaria.
Lo anterior me lleva a concluir en que las empresas familiares que no se adapten y mantengan un modelo de gestión basado en la intuición y en decisiones centralizadas, corren mayor riesgo de desaparecer. El futuro pertenece a las empresas familiares que logren insertarse en el nuevo sistema económico mundial.