El título de esta colaboración pudiera parecerle un poco raro, como que suena medio contradictorio, cómo está eso de creer en mí a pesar de mí, pero se debe a que, frecuentemente, nos cuesta mucho trabajo creer en nosotros mismos porque sabemos quiénes somos, lo que hemos hecho o dejado de hacer y en base a eso, nos valoramos con palomita o tachita, es decir, somos resultadistas con nosotros mismos, y como frecuentemente cometemos errores, pues nuestro crédito personal en actitudes está muy mermado.
Ya comenté que nosotros sabemos quiénes somos, lo que hemos hecho o lo que hemos dejado de hacer, por eso, alguna vez alguien dijo “que difícil es ser yo”, tan difícil como creer en que se puede mejorar cuando incluso cuando a veces todas las cosas están en contra de uno, pero sobre todo, uno está en contra de uno mismo.
Todas y todos “somos” tres personas a la vez: 1) soy quien lo demás esperan que sea, 2) soy quien quisiera ser y 3) soy quien soy, por eso es muy difícil de repente sobreponerse a la decepción de no ser lo que los demás esperan, de no ser lo que uno quisiera, el completo fracaso que de repente se siente uno, porque se da cuenta que incluso a la gente que más quieres es la que más dañas, eso no está fácil, no está para nada divertido y sin embargo se puede mejorar.
SÍ, se puede mejorar, ¿Cómo? Bueno, primero es entender que, en el proceso de mejora, no es ver para creer es creer para ver, esa es una clave muy importante. Crea en usted, aunque no crea en usted, aunque suene a locura, no lo es.
Es importante que creamos en que podemos mejorar, probablemente no sé cómo, no sé cuándo, no sé en cuánto, pero quiero mejorar, voy a buscar las herramientas que me ayuden a encontrar lo que los demás ven y yo no veo o lo que yo sé que tengo pero lo aplico mejor en los demás que en mí.
Una de esas herramientas es leer éste tipo de artículos, ver videos, escuchar audios (puede buscar en mi Facebook el video De qué nutro mis pensamientos, 5 de noviembre 2019), otra de ellas mi propio análisis, no juicio, análisis, otra de ellas es acercarme alguien que me ayude, otra de ellas es el proceso de crecimiento espiritual, hay muchas herramientas, pero la base está en que sintamos que nosotros podemos aunque no sepamos cómo.
Si de nuevo surge la pregunta ¿cómo se le hace?, fíjese si en algún momento usted le ha dado un buen consejo alguien. Ese consejo muchas veces (si no es que siempre) también es para usted, sólo que no nos escuchamos, igual que nadie puede verse sus propias orejas, sólo a través de un espejo.
Cuando usted tenga ganas de crecer y mejorar acuérdese que usted sabe ayudar a la gente, ahora si usted nunca ha ayudado a nadie, no se preocupe, porque la capacidad la tiene, se lo garantizo, el asunto es que si lo establece como meta, va a ir desarrollándola ejercitando su autoconocimiento y aprendiendo a aplicarla también en su persona. Cuestión de actitud