Aunque uno pensaría que la NFL es el mayor negocio para empresas como Riddell, Fernando nos aclara que aunque es la gran ventana, no es de donde se obtienen más ganancias, ya que en Estados Unidos existen cerca de 4 millones de jugadores de este deporte, por lo que las ventas en volumen a escuelas y prepas es muchísimo más redituable.
Tener un trabajo que te haga crecer en lo personal y profesional, y que además te apasione es el sueño de cada profesionista en el mundo. No cabe duda que en el trabajo se pasa una gran parte de nuestras vidas.
En esta edición platicamos con el lagunero Fernando Rentería, Ingeniero Industrial y de Sistemas por el Tecnológico de Monterrey, Campus Laguna, quien hace 10 años encontró en Riddell la oportunidad de trabajar en una empresa donde ha crecido en lo laboral y que además es relacionada a su gran pasión: el futbol americano.
Gerente de una de las plantas de Riddell en México, precisamente la ubicada en la Sultana del Norte, Rentería Vargas está viviendo el sueño de laborar en una empresa que tiene más de 91 años de existencia y es líder en el mercado en la producción y reacondicionamiento de cascos para futbol americano.
Ahí, ha crecido en la escalera organizacional, ya que antes de desempeñar su actual posición fungió como jefe y gerente de producción.
En la planta de Monterrey, la otra de México se localiza en Tijuana, se dedican al reacondicionamiento de cascos. Esto es muy importante ya que por ley, en los Estados Unidos, los cascos tienen que ser reacondicionados al menos cada dos años.
Dicho proceso de seguridad es regulado por una asociación que vela por la seguridad del deporte de contacto en la Unión Americana. En pocas palabras, si una lesión le sucede a un jugador y es debido a la falta de seguridad en el equipamiento, los problemas legales para el equipo serían inmensos, es por eso que se recurre a empresas certificadas, como Riddell, para el trabajo de sus cascos.
Riddell es una empresa que comenzó haciendo botines para futbol americano, al día de hoy tiene arriba del 70 por ciento del mercado utilizando sus cascos, desde niños hasta profesionales.
Actualmente también elaboran hombreras, protecciones para piernas, guantes, memorabilia y más. Incluso tienen su propia marca de uniformes.
Aunque uno pensaría que la NFL es el mayor negocio para empresas como Riddell, Fernando nos aclara que aunque es la gran ventana, no es de donde se obtienen más ganancias, ya que en Estados Unidos existen cerca de 4 millones de jugadores de este deporte, por lo que las ventas en volumen a escuelas y prepas es muchísimo más redituable.
Desafortunadamente, este trabajo de reacondicionamiento solo se ve en Estados Unidos, la razón es sencilla: en México no existe una asociación que regule la seguridad.
Hay cascos que lamentablemente están en malas condiciones y exponen al jugador nacional, sin embargo, Fer admite que es un deporte caro, en donde muchas veces se expone al jugador a fuertes lesiones.
Su trabajo lo motiva y bastante. En convenciones ha tenido oportunidad de conocer a Peyton Manning, y aunque no pierde la visión de ser una empresa manufacturera que tiene que entregar resultados, las juntas son diferentes, hablan, obviamente, de deportes, el personal puede andar en tenis, incluso shorts.
En su vida fuera de la empresa el futbol americano, al igual que su familia, juega un papel importante.
Jugó de pequeño en la Laguna en Vikingos de San Isidro y Borregos del Tec de Monterrey, es aficionado a los Bills de Búfalo y la Universidad de Texas.
Además tiene un podcast en Spotify llamado The Football Guy, uno en el cual habla de lo económico, deportivo y el impacto del futbol americano.
Cada semana tiene un invitado y gusta mucho de fomentar el deporte en México
¡No se lo pierdan! Carácter, disciplina y formación integral es lo que ofrece un deporte como el futbol americano, uno que ha logrado combinar la pasión de un lagunero en Monterrey con su trabajo. Uno que conlleva una gran responsabilidad, cuidar y proteger, sin dejar de lado la estética, a los millones de jugadores de futbol americano en los Estados Unidos, mediante el reacondicionamiento de una herramienta esencial: el casco.