Con 95 años de historia, el Teatro Isauro Martínez (TIM) es una de las joyas arquitectónicas y culturales más importantes de Torreón, y al frente de su Patronato se encuentra Antonio Anaya Finck, bisnieto de don Isauro Martínez, el visionario que dio vida al recinto.
Contador de profesión, Antonio no tiene duda de que el espacio no puede albergar otra cosa sino “magia”, pues sobre las tablas del TIM se han presentado artistas de renombre tanto de talla nacional como internacional.
Por ello, ante su profunda herencia familiar, y abrazando un firme compromiso con la preservación del teatro, asumió la responsabilidad de continuar con el legado de su bisabuelo, asegurando que este espacio siga siendo un referente cultural, no solo de La Laguna, sino a nivel nacional.
“Es un orgullo realmente ser bisnieto de don Isauro y, sobre todo, representar al Patronato, que ha hecho una labor extraordinaria”.
-Antonio Anaya Finck, presidente del Patronato del Teatro Isauro Martínez-
Pasión por la cultura
Anaya Finck creció con el teatro como un segundo hogar. Desde niño, sus abuelos lo llevaban a recorrer los pasillos del recinto y a vivir la magia de sus espectáculos.
“Me tocó desde chiquito. Mi abuela, María Luisa, hija menor de don Isauro Martínez, nos llevaba siempre al teatro. Crecí con ese sentido de pertenencia y responsabilidad”, relata.
A la par, su pasión por la fotografía lo llevó a documentar cada detalle del sitio, lo que con el tiempo se convirtió en un testimonio visual invaluable.
Hoy, como Presidente del Patronato, su objetivo es preservar y mejorar el TIM, enfrentando los retos de su mantenimiento y modernización sin perder su esencia histórica.
La figura de don Isauro para Antonio Anaya Finck
Para Antonio, don Isauro Martínez fue un pionero en su época.
Antes incluso de la construcción del Palacio de Bellas Artes, en la Ciudad de México, el empresario y visionario edificó el teatro, que fusionó estilos arquitectónicos árabes, moriscos y españoles, reflejando la diversidad cultural de Torreón.
“Mi bisabuelo tuvo la visión de crear un recinto cultural con doble propósito: cine y teatro”, explica Anaya Fink.
Este espacio no solo ha sido testigo de la transformación de la Ciudad, sino que ha servido como termómetro social y artístico de La Laguna, acompañando su desarrollo a lo largo de casi un siglo.
Para Antonio, este legado es más que historia: es una responsabilidad.
“Toda la familia ha tratado de participar en lo que se pueda para preservar esta joya”, afirma.
Así, su labor en el Patronato es garantizar que el Teatro Isauro Martínez continúe siendo un referente cultural, a través de la conservación de su estructura y la generación de actividades que involucren a la comunidad.
95 años de historia y celebración del TIM
El aniversario del Teatro Isauro Martínez no es solo una fecha simbólica; es una oportunidad para revitalizar su impacto en la sociedad lagunera, asegura Antonio.
Entendiendo esto, para conmemorar sus 95 años, se organizaron diversas actividades culturales, que incluyeron presentaciones artísticas, conferencias y exposiciones.
“Lanzamos una campaña que se llama ‘Vamos al teatro’, porque queremos recuperar esa tradición de asistir al teatro como parte de la vida cotidiana de los laguneros”.
-Antonio Anaya Finck, presidente del Patronato del Teatro Isauro Martínez-
Por ello, el Patronato también ha trabajado desde años atrás en la ampliación de su oferta cultural, integrando el Teatro Alfonso Garibay y la escuela de música Santa Cecilia en colonias de bajos recursos, fomentando el acceso a la cultura para todos.
Además, el teatro cuenta con una galería de arte contemporáneo y una serie de talleres de voz, canto, literatura y artes plásticas, fortaleciendo su papel como epicentro cultural.
Para Antonio, el Teatro Isauro Martínez no es solo un edificio, sino un símbolo de identidad regional.
“El reto es lograr que la gente se sienta parte del teatro, que no lo vea como algo privado, sino como un espacio suyo”, enfatiza.
Con tales efectos, la participación de la comunidad y el apoyo de los tres órdenes de Gobierno, así como de empresas y ciudadanos, han sido clave para mantener vivo este recinto.
“El teatro vive de donativos y del esfuerzo colectivo de quienes creemos en la cultura como un pilar fundamental para el desarrollo social”, agrega.
“La misión es clara: que este teatro siga siendo el corazón cultural de Torreón. El teatro es de todos”, asegura Antonio.