En una serie marcada por la tensión y el dramatismo, los Saraperos de Saltillo rescataron el último juego de la serie al vencer 5-4 a los Toros de Tijuana, en un emocionante cierre de tres juegos en el Estadio Francisco I. Madero. Tras dos derrotas ajustadas, el equipo local se reivindicó con carácter, defensa oportuna y un batazo de poder que encendió las tribunas.
El despertar ofensivo de Saraperos ante toros de Tijuana
El juego comenzó cuesta arriba para la novena saltillense. Tijuana tomó ventaja desde la primera entrada con una carrera impulsada por Junior Lake, y en el cuarto episodio parecía que el juego se les iba de las manos con dos anotaciones más, colocando la pizarra 3-0 a favor de los visitantes.
Pero la historia cambió con el despertar ofensivo del Sarape en la parte baja del cuarto inning. Renato Núñez conectó un imparable que llevó al plato a Brandon Villarreal para abrir el marcador local, y Alejandro Mejía no se quedó atrás, sumando una más que encendía las esperanzas. Para la quinta entrada, la remontada se volvió realidad: J.P. Martínez igualó el juego y Villarreal repitió como protagonista al anotar tras un jonrón decisivo del “Samurai” Mejía, que le dio la vuelta al juego con autoridad (5-3).
El desenlace fue digno de una serie de alto voltaje: en la novena entrada, Blake Rutherford conectó un rodado que parecía prolongar la amenaza, pero una revisión de jugada confirmó el out en primera base, gracias a la conexión entre José Peraza y Alex Mejía. Así, Saltillo selló una victoria vital.
Con este resultado, Saraperos reafirma que el espíritu de lucha sigue intacto. Ahora, buscarán mantener el impulso y corregir el rumbo en los próximos encuentros. Porque en Saltillo, la pasión por el béisbol no se rinde… y cuando el honor está en juego, el Sarape responde con garra.
La pasión de la afición saltillense estuvo presente en cada jugada, con las gradas viviendo al ritmo del equipo. El apoyo incondicional de los fanáticos fue clave para inspirar a los Saraperos a mantener el rumbo y sacar adelante este importante triunfo. La energía del público es un recordatorio de lo vital que es la conexión entre el equipo y su gente.
Daniel Morales y Ernesto Martínez
