Lee la columna de Rita Fishburn correspondiente al mes de noviembre.
“Un amigo es alguien que conoce la canción que hay en tu corazón y puede cantarla cuando hayas olvidado la letra”. C.S. Lewis
Cuando las cosas se ponen difíciles, todos necesitamos a alguien cercano en quien confiar; es decir, una red de apoyo. Cultivar y mantener relaciones interpersonales saludables con los que nos rodean, es fundamental para la salud mental a largo plazo.
La dinámica familiar ayuda a desarrollar la brújula moral del niño y las estrategias generales para interactuar con el mundo.
Todos llevamos experiencias e impresiones formativas desde los primeros años hasta la edad adulta, las cuales se definen en gran medida por las relaciones con los miembros de la familia y las amistades.
En la escuela, lo que pasa en el patio o recreo es tan importante como lo que ocurre dentro del salón de clases. Nadie hace automáticamente amigos, entonces, ¿cómo seleccionan sus amigos los niños?
Para los niños de 3 años, su enfoque es simplemente hacer actividades y jugar juntos.
Los niños mayores de preescolar ya empiezan a fijarse en conceptos más abstractos como la confianza, el apoyo mutuo y también los intereses compartidos.
En los primeros años de la primaria, el respeto mutuo es crucial; los niños buscan poder contar con un compañero cuando sea necesario.
Por ello, las infracciones de esta confianza se toman muy en serio. En primaria superior y secundaria, el criterio principal es el de intimidad y lealtad, caracterizado por la capacidad de compartir pensamientos y sentimientos personales.
A esta edad, los niños buscan amistades que muestren comportamientos agradables para ellos, como sentido del humor o amabilidad, sumado a un carácter servicial y leal. Al mismo tiempo, evitan a todos aquellos que presentan comportamientos agresivos, críticos, deshonestos o burlones.
Podemos apoyar a nuestros niños en el aprendizaje para tener amigos. Cuando nos platiquen sobre lo que pasó, escuchemos atentamente, comprendiendo que el niño está tratando de entender el mundo que le rodea y, muchas veces, distorsiona lo que ocurre.
Preguntémosle “¿y tú qué hiciste antes de que eso pasara?”, para que puedan reflexionar y ver si ellos mismos detonaron el comportamiento del otro.
Ayudemos a los niños a explorar formas diferentes de actuar si un episodio similar se repite en sus vidas. Los niños necesitan de los adultos para aprender a resolver y prevenir problemas sociales, los cuales son tan importantes como sus aprendizajes académicos.
Es vital recordar que su lóbulo frontal aún está en desarrollo y depende de nosotros, los adultos, capacitarlos en el manejo de relaciones interpersonales.
El ejemplo siempre arrastra. Los adultos debemos fomentar que los niños inviten amigos a jugar a casa. Si no sabemos a quién invitar, preguntémosle a su maestra para obtener orientación sobre quiénes se llevan bien en la escuela.
En el libro de Brian Hare y Vanessa Woods, “Survival of the Friendliest”, su investigación sugiere lo contrario de la famosa teoría de Darwin: “la supervivencia del más apto”, que decía que los organismos mejor adaptados a su entorno son los más exitosos en sobrevivir y reproducirse.
Sin embargo, los autores declaran que el más amistoso es el que fue exitoso. Por ejemplo, los perros, con características “suaves” y amistosas, han evolucionado con éxito y actualmente hay millones de perros (900 millones) en comparación con la cantidad de lobos (200 mil).
Los científicos afirman que la soledad equivale a fumar 15 cigarrillos al día. En el libro “El secreto de las zonas azules”, de Dan Buettner, se investigan 5 áreas del mundo donde hay más centenarios.
Un factor común en todas ellas es que sus habitantes conviven a diario con gente querida.
Y como dijeron Los Beatles, “con un poco de ayuda de mis amigos”.
“Hay un anhelo casi sensual de comunión con quienes se comparte una gran visión. La plenitud inmensa de la amistad entre aquellos que se dedican a promover la evolución de la conciencia tiene una cualidad imposible de describir.” – Pierre Teilhard de Chardin
- Libros sugeridos:
“Florecer: La nueva psicología positiva y la búsqueda del bienestar”, de E. P. Seligman.
”Cómo ganar amigos e influir sobre las personas”, de Dale Carnegie.