La presidenta del Consejo de Cero Pobreza, Nona Salinas, nos compartió un poco de la trayectoria profesional y personal que la han impulsado en su búsqueda de mejoras personales y sociales.
Es una mujer de 35 años con una visión clara y una determinación inquebrantable, y que ha seguido un camino extraordinario en su vida. Nona Salinas, presidenta del Consejo de Cero Pobreza, es un ejemplo inspirador de cómo la pasión por ayudar puede llevar a una transformación personal y comunitaria.
Todo comenzó en Monterrey, donde estudió arquitectura, una carrera que le permitió entender la importancia del diseño y los espacios.
“Me llamaba la atención cómo un espacio bien diseñado puede mejorar la vida de las personas”, explicó mientras recordaba sus años de estudiante. Sin embargo, la arquitectura no sería su único camino, pues al graduarse y trabajar brevemente en la constructora de su padre, siempre sintió el deseo de participar en algo profundamente transformador.
Nona Salinas: Reciclaje de ideas
“Quería hacer algo con impacto y fue en la Ciudad de México donde encontré esa inspiración”, destacó. Fue mientras trabajaba en una empresa de software, que observó cómo la basura era separada en la esquina de la oficina.
“Me pregunté por qué lo hacían si todo iba al relleno sanitario. Ahí descubrí que había un negocio detrás del reciclaje,” recordó.
Fascinada por el potencial del tema y su conexión con el cuidado del medio ambiente, decidió regresar a Saltillo y emprender su propio negocio: una recicladora de plástico.
Durante nueve años, Nona dirigió su negocio. Pero como muchas empresas, la pandemia del Covid-19 cambió su rumbo. “Al principio, con el alza del dólar, todo iba muy bien.
Pero luego, el precio del plástico reciclado bajó drásticamente y el negocio dejó de ser rentable”, comentó. A pesar de sus esfuerzos por mantener la empresa, finalmente tomó la difícil decisión de cerrar. “Le di un año más, pero los precios no mejoraban, y esa fue la única opción”, confesó.
Pero su espíritu emprendedor no se detuvo allí. Mientras cerraba un capítulo, Nona abría otro. Se dedicó a pequeños proyectos de arquitectura y, al mismo tiempo, comenzó a desarrollar su pasión por los viajes, compartiendo itinerarios y tips en una página de Instagram.
“Me encanta viajar y quería compartir eso con los demás, además de explorar la posibilidad de vender itinerarios personalizados”, comentó con entusiasmo.
Un gran proyecto
Su rol como presidenta de Cero Pobreza comenzó cuando su primo Carlos Salinas, fundador de la organización, le pidió involucrarse más activamente. “Empecé como voluntaria, pero poco a poco me fui metiendo más en las actividades”, afirmó Nona.
Finalmente, hace dos años, Carlos le ofreció la presidencia de la organización, un reto que Nona aceptó con humildad y determinación.
“Sabía que era un paquete enorme, pero también entendía lo importante que era continuar con la visión de erradicar la pobreza extrema en México”, subrayó.
Cero Pobreza es una asociación sin fines de lucro con un objetivo ambicioso: erradicar la pobreza a través de un enfoque integral.
“Nos dimos cuenta de que no podíamos abordar solo un aspecto, como la salud o la educación, porque todos están interconectados. Necesitábamos un modelo robusto que atendiera cada uno de estos factores “, explicó.
Así nació el modelo de los siete ejes de la asociación: educación, vivienda, economía, salud y bienestar, alimentación y agua, servicios básicos e infraestructura.
Erradicar y enfocar
Este modelo incluye desde la planeación inicial, donde la organización realiza un censo detallado de la comunidad, hasta la implementación de talleres y brigadas en áreas clave como salud, educación y economía.
“Es emocionante ver cómo una comunidad se transforma, no porque les demos una cosa, sino porque les damos las herramientas para convertirse en sus propios agentes de cambio”, destacó Nona.
Uno de los ejes más característicos es el de salud y alimentación. “Nos enfocamos en enseñarles a las personas a mejorar su alimentación dentro de sus posibilidades, compartiendo recetas más saludables y haciendo pequeñas mejoras que, a la larga, tienen un gran impacto“, mencionó.
También aprovechó para explicar cómo fomentar el ahorro y el microemprendimiento, apoyando a personas con ideas de negocio a llevarlas a cabo de manera sostenible.
El camino hacia la erradicación de la pobreza es largo y complicado, pero Nona está decidida a seguir avanzando.
Su historia no solo es la de una mujer que ha transformado su carrera, sino también la de alguien que está transformando comunidades enteras.
Con cada paso que da, Nona Salinas sigue demostrando que el verdadero cambio comienza desde adentro, tanto en la vida personal como en la vida colectiva. Su entrega y compromiso son un gran testimonio del empuje que tiene toda persona interesada en un cambio real en la sociedad.
“Es un reto enorme, pero creo profundamente en el poder de las personas para cambiar sus propias vidas cuando se les da el apoyo adecuado”
Restaurante favorito: Ten con ten
Platillo recomendado: Lasaña de alcachofas o risotto con trufa
Destino favorito: Madrid
