La historia de Natanael Espinoza Rincón es un testimonio de perseverancia y amor por la música, todo comenzó en el Museo de las Aves.
En 2008, Espinoza hizo su primera aparición como director de orquesta.
En el retrovisor de esta semana, traemos la apasionante historia de Natanael; un alma enteramente volcada a la música.
Natanael Espinoza: ¿Cómo fueron sus inicios?
Su pasión por la música comenzó desde muy pequeño, inspirado por su madre y su afición a la música clásica.
La obra de Vivaldi, especialmente “Las Cuatro Estaciones”, fue una de sus primeras experiencias musicales y dejó una huella profunda en su infancia.
Ese amor por la música lo acompañó hasta su juventud en su natal Ensenada, Baja California, para luego tomar la decisión de mudarse a Saltillo en 1998.
Allí, en la Escuela Superior de Música de la Universidad Autónoma de Coahuila, Natanael comenzó a forjar su sueño como músico, especializándose en violonchelo.
Saltillo no solo le dio una carrera, sino también una vida llena de oportunidades. Recuerda cómo esta ciudad lo recibió con los brazos abiertos, permitiéndole no solo estudiar y crecer profesionalmente, sino también formar una familia.
Su curiosidad por explorar nuevas áreas dentro de la música lo llevó a la dirección de orquesta, un camino que abrazó completamente, sintiendo que era lo que quería hacer por el resto de su vida.
Espinoza no se conformó con lo aprendido y decidió viajar para perfeccionar su arte. Se preparó en Europa del Este y en Nueva York, elevando sus habilidades y conocimientos al más alto nivel.
En 2008, junto con un grupo de entusiastas de la música clásica, dio vida a la Orquesta Filarmónica del Desierto, un proyecto que nació con la visión de enriquecer la vida cultural de Saltillo.
Desde su primer recital en 2015, la orquesta ha crecido hasta convertirse en una organización sólida, con casi 80 personas entre músicos y administradores.
Cada presentación es una experiencia única, donde Natanael destaca la magia de dirigir una orquesta, comparándolo con tocar un instrumento gigante que transforma cada nota en una expresión magnífica.
La Orquesta Filarmónica del Desierto no solo ha cautivado a su público local, sino que ha llevado su talento a nuevos horizontes, participando en festivales, colaborando con artistas reconocidos y creando bandas sonoras.
La dedicación y visión de Natanael Espinoza continúan siendo un motor que impulsa este proyecto a seguir conquistando corazones.
