Daniela Espinosa, es una saltillense apasionada por la joyería; manipula gemas y fuego, dos de las cosas más increíbles que nos brindó la naturaleza en el inicio de los tiempos. Las piedras preciosas despertaron en ella una pasión que desde muy pequeña sabía que tenía y hoy, se declara aprendiz de la vida, así como creadora de tres marcas de joyería fina, una de ellas, Mariluna Joyería de Autor
Los inicios de Mariluna Joyería de autor
Daniela está al frente de tres marcas de joyería, Mariluna Joyería de Autor, una marca especializada en joyería fina y piezas personalizadas elaboradas con oro y gemas naturales. Mariluna Joyería con cuarzos que ofrece diseños fabricados en baño de oro y cuarzos, por último, LUZINTICA Joyería, en colaboración con su colega y amiga de Antillón Joyería, crean dijes de plata intencionados e inspirados en situaciones y personas cercanas a ambas. Esta marca nació durante la pandemia con el propósito de conectar a través de la distancia.
Representa el ciclo de la vida y la constante necesidad de reinventarnos en cada etapa.
Pero en palabras de Daniela, Mariluna llegó en el momento preciso y crucial de su carrera: Parte de un proyecto fue crear una marca, esto me sirvió de guía para aterrizar mis ideas y durante una conversación con mi hermana, surgió el nombre “Mariluna”.
El nombre viene de ese sentimiento de paz y conexión que siento al ver el mar y la luna. Representa el ciclo de la vida y la constante necesidad de reinventarnos en cada etapa.
El proceso creativo y de fabricación
Daniela, quien lleva la batuta, dejó ver su personalidad relajada cuando le pregunté cómo es el proceso creativo y su forma de inspiración: Me encanta trabajar de noche, con una buena playlist, un buen té y una velita todo fluye. Busco inspiración en momentos de calma, en personas que admiro y en experiencias de la vida.
Aunque admitió, que la otra cara de la moneda, le costó. Pues fueron años de encontrar a proveedores que pudieran surtirle la mejor calidad y asegura que los que tiene actualmente son los mejores. A la par, ella y su círculo de amigos joyeros han podido tejer una red de apoyo en donde se aconsejan, comparten recursos, conocimientos y sobre todo, se ayudan.
La introspección de Daniela
Daniela me cuenta que desde pequeña le encantaba crear joyas y accesorios. Hacía pulseras y recuerdos para eventos sociales, pero sabía que había un problema pues en Saltillo, no existía una carrera específica en joyería. Aunque tenía en mente que buscaba dedicarse a esto, fue hasta después que encontró un diplomado en Monterrey: Me dio la oportunidad de desarrollar mis habilidades, esta etapa la recuerdo con mucha emoción ya que conecté con gente maravillosa que se han convertido en amigos y colegas.
Busco inspiración en momentos de calma, en personas que admiro y en experiencias de la vida.
Luego vino el ponerse manos a la obra, para ella, desenvolverse en el campo de la joyería saltillense le ha brindado la oportunidad de interactuar con otros joyeros, quienes están siempre a en la mejor disposición de colaborar, además, es gratificante para ella crear conexiones con clientes, desde los más leales a través de los años, hasta los más nuevos.
A la par, durante el camino se ha topado con retos; equipar su taller, gestionar el tiempo entre su vida personal y profesional, al estar al mando de tres marcas.
El futuro cercano
Para este 2024, Daniela está enfocada en seguir aprendiendo y produciendo. Continuar creando desde la intención del amor y dedicación; actualmente está tomando un curso de Gemología impartido por el Gemological Institute of America (GIA) pero su visión es clara, nuevos proyectos con mucho cariño están ya siendo cocinados en nuevas colecciones.
No tiene una joya favorita porque todas los son, las piezas que hace junto a su proceso son gratificantes para ella y reafirman su pasión por todo este mundo. En especial las gemas, cada una es un pedacito de toda la grandeza del universo, cada una contiene algo mágico.
Daniela finaliza con una reflexión puntual. La joyería es más que un accesorio, conecta con todos nuestros seres queridos, emociones, momentos, es como tener un cachito de su cariño de una forma más tangible. Es bonito cuando alguien te regala una joya, es un recordatorio de que te pensó.