Lucía Simentall, fundadora de Fleur en Saltillo, es mucho más que una empresaria; es un ejemplo vivo de cómo la pasión, la innovación y la determinación pueden transformar un sueño en una realidad próspera.
Desde pequeña, Lucía mostró su espíritu emprendedor, explorando diferentes caminos y aprendiendo en cada paso.
Abriendo el camino: La historia de Lucía Simentall
Su historia es un recorrido que combina la creatividad, el trabajo duro y una visión clara de crecimiento. A los 17 años, ya participaba en la organización de eventos sociales, donde las flores se convirtieron en su primer amor.
Con una formación en diseño de modas y algunos estudios en negocios, Lucía ha sabido diversificar sus habilidades y adaptarse a los cambios del mercado, siempre con la mira puesta en la innovación.
Los inicios y el nacimiento de Fleur Saltillo
La historia de Fleur comenzó en 2013, justo el 10 de mayo, en un momento que marcaría su vida y la de Saltillo.
“Empecé en mi casa y, después, nos movimos a una bodega. Desde ahí, ya no nos hemos movido”, relata con orgullo. La pasión por las flores y su espíritu de emprendimiento la llevaron a expandir su negocio, inaugurando varios locales, hasta llegar a tener cuatro en Saltillo.
Pero el camino no fue fácil. Lucía enfrentó el escepticismo de quienes le decían: “No sabes nada de flores, ¿qué vas a estar vendiendo?”.
Sin embargo, ella no se dejó vencer por esas dudas. “Sí, no sé nada, pero estoy dispuesta a aprenderlo todo”, afirma con una sonrisa.
Durante estos años, también fundó Atelier, una línea de fabricación propia de cajas y materiales para floristas, que nació en plena pandemia.
“Tuvimos que innovar y crear nuestros propios proveedores. Eso nos ha permitido seguir creciendo y consolidarnos”, explica.
La evolución y la innovación constante
Lucía no solo ha sido una emprendedora incansable, sino que además se ha convertido en una verdadera amante de la tecnología.
“La verdad es que siempre he sido muy tecnológica”, dice. Sin cursos específicos, ella misma ha aprendido a dominar las redes sociales, las plataformas digitales y las aplicaciones que están en auge, como TikTok e Instagram, donde invierte tiempo en estudiar, preguntar y experimentar.
“Me pongo a picarle a todos los botones y reviso con las personas que se encargan de las redes, consulto, estudio, aprendo”, relata. Gracias a esa actitud, hoy su negocio tiene entre un 60 y un 70% de ventas digitales, y siempre busca estar a la vanguardia.
“Cuando sale una nueva aplicación o tendencia, ya la estamos usando. Por ejemplo, ahora con inteligencia artificial, TikTok e Instagram, estamos siempre en la línea de frente”.
Su capacidad de adaptarse y anticiparse a los cambios ha sido clave para mantener a Fleur en un nivel competitivo y relevante.
“Nosotros planeamos las campañas con un año de anticipación, como las grandes marcas. Así, todo está listo para cuando llega el momento”, explica.
La maternidad y el equilibrio de vida
Para Lucía, ser madre y empresaria es un reto que ha aprendido a gestionar con amor y organización. “Trabajo con mi pareja, y tenemos un espacio aquí mismo para estar con nuestra hija”, comparte.
La oficina y el hogar se integran, permitiéndole acompañar a su pequeña en su crecimiento sin perder la pasión por su negocio.
“Fleur es una forma de vida. Es como una planta que florece día a día, y siempre hay que cuidarla”, dice con ternura, resaltando que su mayor logro no solo es el crecimiento empresarial, sino también el poder brindar un entorno armonioso y responsable a su familia y equipo.
Los desafíos y aprendizajes
Como mujer en un mundo de hombres, Lucía ha enfrentado retos importantes. “Mi mayor desafío ha sido mantener la salud mental”, reconoce, “porque todo el tiempo estamos en constante movimiento, en una carrera que nunca termina”.
Sin embargo, su espíritu de liderazgo y su visión clara la han ayudado a superar obstáculos y seguir adelante.
“Llego a estudiar cómo funciona una fábrica con 200 empleados, aunque todavía no tengo esa cantidad, pero actúo como si ya la tuviera”, señala.
Esa mentalidad le permite planear con visión de futuro, siempre pensando en el crecimiento sostenido de sus negocios.
Para Lucía, uno de los mayores satisfactores de su trabajo es ver cómo Fleur ha sido un canal de evolución para muchas personas.
“Me llena de orgullo que muchas hayan trabajado conmigo, que Fleur haya sido un punto de apoyo en su crecimiento”, expresa con humildad. Su legado no solo se mide en ventas o expansión, sino en la capacidad de inspirar y transformar vidas.
Reflexión final de Lu
Lucía Simentall es una prueba de que los sueños, cuando se combaten con pasión, innovación y disciplina, pueden florecer en cualquier circunstancia.
Su historia refleja que, más allá de los obstáculos, el compromiso con el crecimiento personal y profesional puede convertir a una emprendedora en un referente en su comunidad.
“Mi consejo es que nunca dejen de aprender, que confíen en su talento y que, con pasión y esfuerzo, las flores pueden florecer incluso en los momentos más difíciles”, concluye, dejando una inspiración para quienes sueñan con hacer realidad sus propios proyectos.
